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¿Sucesión de Rajoy? Todos quietos hasta después de las municipales
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Federico Quevedo

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¿Sucesión de Rajoy? Todos quietos hasta después de las municipales

Y puede ocurrir que el PP no mejore en votos, pero sin embargo logre recuperar algunas alcaldías merced a pactos con Ciudadanos, aunque eso no haría más que empañar la realidad

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

Hace un par de fines de semana, tal y como ya adelanté en este blog, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, reunió a sus fieles —junta directiva regional, alcaldes y presidentes locales y provinciales del partido— en Santiago de Compostela para enviarles un mensaje de ánimo y trasladarles básicamente dos ideas: una, que él se va a volver a implicar en la campaña de las municipales de 2019 como ya lo hizo en la campaña de las autonómicas lo que, traducido del lenguaje político, significa que el PP gallego quiere hacer una campaña muy personalizada y alejada de las siglas del partido.

Y, segunda, que mejor no hablar de su posible marcha a Madrid, no vaya a ser que de tanto manosearlo se acabe estropeando. No es literal, pero fue el sentido de su afirmación. De hecho, en los días posteriores, tanto en algunas entrevistas como en su intervención en unos conocidos desayunos informativos a los que acudió su mayor rival, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, Feijóo repitió hasta la saciedad algo que también ha dicho el propio Rajoy: que todo se andará allá por 2020, fecha prevista para las elecciones generales.

La fecha de 2020 quizás quede demasiado lejos porque, en privado, fuentes del PP gallego reconocen que a lo mejor no se puede esperar tanto

Es decir, que ambos son conscientes de que a día de hoy no se puede dar nada por seguro y que la elección del candidato va a depender de la sucesión de acontecimientos. Sin embargo, la fecha de 2020 quizás quede demasiado lejos porque, en privado, fuentes del PP gallego reconocen que a lo mejor no se puede esperar tanto, y que tendrá que ser después de las elecciones municipales y autonómicas —y europeas— de junio de 2019 cuando realmente el PP se plantee si Mariano Rajoy volverá a ser su candidato en las generales, o no. En principio, la voluntad del presidente del Gobierno es volver a ser candidato, a pesar de que en su entorno familiar hay quien le aconseja que no lo haga.

Pero Rajoy tiene intención, primero, de acabar la legislatura y, segundo, de volver a presentarse. En ambas cosas es incombustible al desaliento. Para la primera no necesita nada porque, lejos de lo que podría parecer, el Gobierno está en condiciones de aguantar dos años con los presupuestos de 2017 si no logra acuerdos para hacer los de 2018 y los de 2019. Es cierto que desde un punto de vista estético, y ya no digamos político, es una alternativa muy fea, pero eso no parece preocupar a Rajoy que, además, entiende que de ese modo se evita hacer más concesiones como la del cupo vasco que tanto desgaste le ha supuesto.

Recientemente, una ministra del Gobierno me reconocía en privado que esa posibilidad, la de prorrogar dos años los presupuestos de 2017, está sobre la mesa y tiene bastantes probabilidades de convertirse en una realidad. Pero para la segunda, es decir, ser candidato, Rajoy necesita que el PP tenga un resultado digno en las elecciones de junio de 2019. ¿Qué quiere decir un resultado digno? "Pues básicamente no perder ninguna alcaldía más e, incluso, recuperar alguna de las importantes", dicen fuentes del partido. Obviamente, si el PP recuperara, por ejemplo, Madrid, Rajoy lo vendería como un éxito.

Pero Rajoy tiene intención, primero, de acabar la legislatura y, segundo, de volver a presentarse. En ambas cosas es incombustible al desaliento

Y puede ocurrir que el PP no mejore en votos, pero sin embargo logre recuperar algunas alcaldías merced a pactos con Ciudadanos, aunque eso no haría más que empañar la realidad, pero haría difícil plantear una sucesión de Rajoy. Lo que de verdad llevaría a cuestionar la continuidad del actual presidente es que el PP sufra una debacle, lo cual no está lejos teniendo en cuenta lo que dicen las encuestas. Es en ese caso en el que probablemente el propio Feijoo plantee la necesidad de un congreso extraordinario que elija a un nuevo candidato. Hasta entonces, todos quietos.

Hace un par de fines de semana, tal y como ya adelanté en este blog, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, reunió a sus fieles —junta directiva regional, alcaldes y presidentes locales y provinciales del partido— en Santiago de Compostela para enviarles un mensaje de ánimo y trasladarles básicamente dos ideas: una, que él se va a volver a implicar en la campaña de las municipales de 2019 como ya lo hizo en la campaña de las autonómicas lo que, traducido del lenguaje político, significa que el PP gallego quiere hacer una campaña muy personalizada y alejada de las siglas del partido.

Mariano Rajoy Alberto Núñez Feijóo Santiago de Compostela