Por comisiones de investigación que no quede: el polémico coronel Martínez Inglés pide al Congreso que indague la supuesta participación del Rey en el 23-F

Inasequible al desaliento, el coronel en la reserva Amadeo Martínez Inglés, vuelve a la carga. Quien durante el enlace del Príncipe Felipe y doña Letizia fuera interceptado por los equipos de seguridad intentándose colar de uniforme y sin invitación en la ceremonia del enlace, ha decidido cargar contra el padre del novio: el Rey. Y para ello, no ha tenido mejor idea que enviar un documento al presidente del Congreso, Manuel Marín, para exigirle que abra una Comisión de Investigación que “depure de una vez las responsabilidades en las que pudo haber incurrido el monarca español” en la intentona golpista del 23 de febrero de 1981.

El militar -que antes del incidente de la boda real ya era famoso por pedir la profesionalización del Ejército cuando todavía había mili y por acudir de uniforme a una manifestación contra la guerra de Iraq- ha acompañado su sorprendente petición con un documento de 40 folios, escueto resumen de “las investigaciones que durante los últimos veintidós años he realizado, a título personal, sobre los hechos”, en el que, asegura, se “apunta con abundantes indicios racionales al rey Juan Carlos como presunto máximo responsable de la maniobra político-militar-institucional”.

Bien es cierto que no es la primera vez que Martínez Inglés carga contra la figura del monarca por la intentona que protagonizaron Tejero y compañía -de hecho ya publicó un libro titulado 23-F. El golpe que nunca existió-, pero no había conseguido que nadie le hiciera mucho caso. Ahora, al menos, se puede apuntar un logro: Marín, riguroso con el reglamento de la Cámara Baja como siempre, ha remitido copia del documento a todos los grupos parlamentarios, muchos de los cuales, como ha podido constatar El Confidencial, no salen de su asombro ante el contenido del documento enviado por el coronel.

Y no es para menos. Prolijo en detalles, llega a enumerar hasta dieciséis supuestos “indicios racionales de la máxima responsabilidad del Rey Juan Carlos” en los sucesos de aquel día. Y concluye con seis folios de conclusiones y cargos contra Su Majestad, además de una amenaza: “Si por las razones que sean, señor presidente del Congreso, no cree oportuno tomar esas medidas (...), sin duda asumirá sobre sus hombros una gravísima responsabilidad personal. Que se encargarán de recordarle continuamente su propia conciencia, la mirada acusatoria de todo un pueblo y el implacable dedo acusador de la historia”. Cualquiera no le hace caso al coronel.