Es noticia
La corrupción andaluza y sus terminales madrileñas: el caso de Telvent (Abengoa) y la hija de Manuel Chaves
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

La corrupción andaluza y sus terminales madrileñas: el caso de Telvent (Abengoa) y la hija de Manuel Chaves

El PSOE almeriense no ha tenido mejor ocurrencia que denunciar por corrupción a una empresa que apodera Paula Chaves Iborra, hija del presidente de la Junta

El PSOE almeriense no ha tenido mejor ocurrencia que denunciar por corrupción a una empresa que apodera Paula Chaves Iborra, hija del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Se trata de Telvent Tráfico y Transporte S.A., integrante de la UTE que se adjudicó la Ciudad Digital de Almería y que ha sido denunciada por el PSOE local ante la Fiscalía Anticorrupción de Madrid –junto con la práctica totalidad de la corporación municipal almeriense, del PP- por presunta corrupción.

En la misma UTE participó también la firma Inabensa, que igualmente apodera (desde mayo de este año) Paula Chaves. Telvent ha recibido, entre otros, el contrato para implantar la red de radiocomunicaciones del Ayuntamiento de Sevilla. Y ahí tenemos a los esforzados socialistas almerienses denunciando a una empresa sin reparar en que su apoderada es la hija del presidente de la Junta, socialista para más señas. ¿Qué hacer? El escándalo en la calle, Chaves en el ojo del huracán, cabreado como pocas veces, y el inefable Gaspar Zarrías en la picota. ¿Se abre la veda sobre las actividades de la familia formada por Manuel Chaves y Antoñita Iborra?

Para comprender los entresijos de tan peculiar situación habría que elevar el punto de mira y otear el horizonte para poder descubrir el bosque del entramado de intereses cruzados existente en la Andalucía de Chaves entre la clase política, una serie de empresas influyentes, el estamento de la vieja nobleza y no pocos medios de comunicación. Porque resulta que ambas sociedades, Telvent (implicada en casos como el de Xfera o la Zona Franca de Cádiz) e Ibadesa, son filiales de un grupo andaluz con mucho pedigrí: Abengoa, a cuya nómina de favores está apuntado lo más granado del establishment social, político y empresarial de la región.

El Consejo de Administración de Abengoa (y Telvent) está imputado por la Audiencia Nacional, tras sucesivos recursos infructuosos, en cuatro supuestos delitos por el caso Xfera, con peticiones de cárcel y pendiente de apertura de juicio oral. De los cuatro consejeros imputados, dos de ellos, los hermanos Benjumea, tienen el honor de ser miembros recientes de una institución tan venerable como la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, que entre otras exigencias reclama de sus distinguidos miembros la pureza de sangre y el no haber ejercido el comercio, requisitos que no parecen chocar frontalmente con el hecho de estar sometidos a peticiones de 3 y 4 años de cárcel por delitos como la apropiación indebida.

Son cosas aparentemente consuetudinarias en la Andalucía de hoy y de ayer, la Andalucía de siempre. Cosas que se ven como normales entre la clase dirigente andaluza, tanto como para pedir a los imputados que te coloquen a tu hija, se supone que con un buen sueldo, en una empresa sujeta a escándalos y cuyo trabajo, obviously, va a consistir en conseguir contratos para Telvent del Gobierno de la Comunidad Autónoma, situación y entresijos que los medios de comunicación locales –con la excepción de Internet- suelen silenciar cuidadosamente.

Y es que Abengoa ejemplifica como nadie el entramado de intereses empresarial, político y mediático que caracteriza a la Andalucía de Chaves, construido a través de los años a base de favores mutuos, esquema que ha permitido a unos mejorar el negocio con ayudas fiscales, contratos públicos, etc., además de blindajes judiciales y protección mediática, y a otros poder colocar a la familia, que de eso se trata, de cuidar muy bien a la familia.

Claro que tantas seguridades, tantos compromisos cruzados, no logran evitar que el historial de la compañía haya quedado salpicado de casos de corrupción con Gobiernos de distinto signo. Por ejemplo, con Gobierno PSOE, consejeros de Abengoa resultaron imputados por delitos de falsedad y apropiación indebida en el célebre caso Filesa. Con Gobiernos PP y PSOE, el caso Xfera ha dejado como imputados a cuatro consejeros y directivos del grupo, con peticiones confirmadas por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Con Gobierno PP, Telvent resultó enganchada en el caso de la Zona Franca de Cádiz. Con Gobierno PSOE, la misma Telvent acaba de resultar implicada en el escandalete almeriense.

Y es que basta echar una ojeada a los prominentes compañeros de viaje que el grupo despliega tanto en su Consejo de Administración, como en el consejo asesor, la fundación, etc. La lista es larga:

Por la nobleza: S.A.R. el Infante don Carlos (consejero Telvent); Álvaro Fernández Villaverde, duque de San Carlos y marqués del Viso, entre otros (consejero de Abengoa); Carlos Fritz-James Stuart, duque de Huéscar (Fundación Focus)

Por el PSOE: Rafael Escuredo (consejo asesor Abengoa); José Rodríguez de la Borbolla (Fundación Focus); Cándido Velázquez, ex presidente Telefónica, gran cliente de Abengoa (consejo asesor).

Por el PP: José Manuel Fernández Norniella, el gran amigo de Rato (consejo asesor), y Manuel Olivencia, suegro de Javier Arenas (Fundación Focus).

Por los medios: Ignacio de Polanco (Prisa, consejo de Abengoa); José Terceiro (Prisa, consejo de Abengoa y presidente del consejo asesor); Javier Benjumea, (vicepresidente de Abengoa y consejero grupo Vocento).

El PSOE almeriense no ha tenido mejor ocurrencia que denunciar por corrupción a una empresa que apodera Paula Chaves Iborra, hija del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Se trata de Telvent Tráfico y Transporte S.A., integrante de la UTE que se adjudicó la Ciudad Digital de Almería y que ha sido denunciada por el PSOE local ante la Fiscalía Anticorrupción de Madrid –junto con la práctica totalidad de la corporación municipal almeriense, del PP- por presunta corrupción.