Es noticia
Había una vez un carguero cutrecillo en Ibiza que no podía, que no podía, que no podía navegar
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

Había una vez un carguero cutrecillo en Ibiza que no podía, que no podía, que no podía navegar

Menuda traca final ha dado el ‘Don Pedro’, el buque hundido ayer en la bocana del Puerto de Ibiza. Ya se le veían maneras cuando el

Menuda traca final ha dado el ‘Don Pedro’, el buque hundido ayer en la bocana del Puerto de Ibiza. Ya se le veían maneras cuando el viernes pasado tuvo un escape de ácido nítrico en Palma. Pero nadie se esperaba su final. Fue salir de Ibiza y estamparse contra un islote. Porque mira que la isla del Dado Grande, que así se llama por su tamaño, está marcada en las cartas de navegación, pero ni por esas: el capitán se despistó en la noche, se metió por un sitio extraño e indebido y… Pataplof. Menos mal que sus veinte ocupantes salieron ilesos, aunque ocho de ellos con contusiones e hipotermia causadas al lanzarse al mar.

El ‘Don Pedro’ era viejo, de 1984, porque su empresa propietaria estira la vida de sus barcos casi hasta la siguiente reencarnación, por eso de romper los precios con los transportes a bajo coste. Y si no que se lo pregunte al ‘Carmen del Mar’, un ferry de pasajeros de la misma naviera, matriculado en los años 70 (no hay que recurrir al carbono 14 para afirmarlo) y que a principios de este mes fue precintado en Denia: tenía 30 deficiencias relacionadas con la seguridad e higiene, una forma elegante de decir que las cucarachas se paseaban por su cubierta en días soleados.

La naviera, muy conocida en el sector, se llama Iscomar y debe cuatro millones de euros al Estado. Se trata de dinero recaudado de las tasas sobre el transporte que cobra a sus clientes y que tenía que haber pagado a la Autoridad Portuaria de Baleares. En realidad debía casi seis millones de euros, pero pagó una parte y aplazó el resto de la deuda tras un inusual acuerdo con el presidente de este organismo, Joan Verger, quien, en vez de prohibirle la navegación, como hubiera sido preceptivo, optó por dejarles seguir con el negocio.

Verger era un cargo de confianza del ex presidente de las islas Jaume Matas, del PP, y la familia propietaria de Iscomar, los Seguí, orbita por las esferas populares. Discreta y reservada, en consonancia con su Menorca natal, la saga tiene entre sus filas un senador del PP y hasta la co-propiedad del Diario de Menorca.

El enfado del sector marítimo balear alcanzó proporciones bíblicas cuando Matas premió después al patriarca y dueño de Iscomar, Andrés Seguí Mercadal, con la medalla de oro de las islas. Pero la tortilla se ha dado la vuelta: el PP ya no gobierna las islas y Verger ha sido cesado, al ser un cargo de confianza.

El ‘Don Pedro’ era un roro (significa roll on-roll off, vamos, que el cargamento rodado entra por la proa y sale por la popa) que, al hundirse, ha llevado al fondo del mar 200 toneladas de combustible fuel y gasóleo a poco más de dos millas de una joya de la naturaleza.

Se trata de una única planta marina de la especie Poseidonia que tiene 25 kilómetros y cien mil años de vida. No es un error de redacción: es el ser vivo más grande y longevo del mundo y habita en la Reserva Natural de Las Salinas, que tiene un extenso fondo marino entre Ibiza y Formentera. Pocos saben que la claridad de las aguas de Formentera se debe a la elevada producción de oxígeno de esta gramínea, cuyas ramas se concentran más en esa isla.

Expertos llegados de Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid trataban ayer de sellar dos de los tres boquetes abiertos en el casco del barco hundido para impedir el escape de combustible y colocaban barreras preventivas. El vertido llegó al propio puerto de Ibiza y una mancha de 2,3 millas de largo –unos cuatro kilómetros- por media milla de ancho avanzaba anoche por el mar. Menos mal que se dirigía en dirección contraria a la Poseidonia, hacia el cabo Martinet. Pero todos están pendientes de las corrientes.

Por cierto que el accidente se produjo justo enfrente de la playa den Bossa, la más larga de la isla y la más conocida de Europa a causa de su tamaño, los deportes que cobija y porque allí está la discoteca Space. Los hoteleros están que tiemblan.

Menuda traca final ha dado el ‘Don Pedro’, el buque hundido ayer en la bocana del Puerto de Ibiza. Ya se le veían maneras cuando el viernes pasado tuvo un escape de ácido nítrico en Palma. Pero nadie se esperaba su final. Fue salir de Ibiza y estamparse contra un islote. Porque mira que la isla del Dado Grande, que así se llama por su tamaño, está marcada en las cartas de navegación, pero ni por esas: el capitán se despistó en la noche, se metió por un sitio extraño e indebido y… Pataplof. Menos mal que sus veinte ocupantes salieron ilesos, aunque ocho de ellos con contusiones e hipotermia causadas al lanzarse al mar.

Ibiza