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Timmermans abandona su ‘exilio’ en EEUU: ¡Qué tiemblen los cimientos de la renovación en el PP!
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Timmermans abandona su ‘exilio’ en EEUU: ¡Qué tiemblen los cimientos de la renovación en el PP!

Fue el pasado 1 de marzo. José María Aznar, ex presidente del Gobierno, era la estrella invitada de un mitin en la localidad madrileña de Valdemoro,

Fue el pasado 1 de marzo. José María Aznar, ex presidente del Gobierno, era la estrella invitada de un mitin en la localidad madrileña de Valdemoro, invitado por Esperanza Aguirre, y en el que también participaba su amigo Manuel Pizarro, fichaje estrella de la campaña y quien se deshizo en elogios hacia el jefe. Entre los invitados, una figura de excepción, alguien a quien hacía tiempo que no se veía por estos barrios. Un poco antes del comienzo del acto, a las puertas del polideportivo, pudo asistirse a la siguiente escena protagonizada por nuestro hombre:

“Deja paso”, le dijo uno de los organizadores a la persona que se ocupaba de facilitar el acceso de los vip al recinto. “¿Quién es éste?”, preguntó el segundo. “¿No lo sabes?”, añadió el primero, “es Alfredo Timmermans...”, dijo como quien menta a un poderoso... Y Timmermans se llegó hasta los primeros puestos, cerca del escenario, para aplaudir a quien junto a las elecciones perdió también su confianza en él, es decir, Aznar. Y es que Timmermans pasó de ser el todopoderoso secretario de Estado de Comunicación al que había que pedir cita con muchos meses de antelación para poder robarle un minuto de su tiempo, a tener que pedir árnica en los despachos de Telefónica.

Fue Luis Abril el que le salvó de la quema, porque tal y como iban las cosas era poco previsible que Aznar, y mucho menos Rajoy, pensaran en él para algún puesto relevante en Génova o en FAES. Así que, vistas las circunstancias y que el pobre Timmermans se sentía incapaz de perder ingresos a cuenta de quedarse en el paro, Telefónica lo envió como su representante comercial en Estados Unidos a a la oficina que la compañía tiene en Nueva York, un cargo con rango de Director General y una remuneración bastante bien cuadrada de ceros.

Pero cuatro años después, Timmermans y su mujer, la periodista Pilar García de la Granja, han vuelto a Madrid. Dicen las malas lenguas que estaban hartos de Nueva York y de no poder ver a sus amigos salvo por Navidad y Pascua de Resurrección, así que Alfredo descolgó el teléfono, llamó a su amigo Luis, y le dijo: “Quiero volver”. No se sabe cuando tuvo claro que lo suyo al otro lado del Atlántico tocaba a su fin, pero según parece Luis Abril ya le ha resuelto el desajuste y Timmermans se ha instalado de nuevo en la capital de España. Pero aunque sigue en nómina de Telefónica, en aquel mitin de Valdemoro pudo escucarse un “qué querrá este, ¿será que espera cargo de nuevo?”. Si era así, se ha quedado con las ganas... aunque, por si acaso, que tenga cuidado Rajoy.

Fue el pasado 1 de marzo. José María Aznar, ex presidente del Gobierno, era la estrella invitada de un mitin en la localidad madrileña de Valdemoro, invitado por Esperanza Aguirre, y en el que también participaba su amigo Manuel Pizarro, fichaje estrella de la campaña y quien se deshizo en elogios hacia el jefe. Entre los invitados, una figura de excepción, alguien a quien hacía tiempo que no se veía por estos barrios. Un poco antes del comienzo del acto, a las puertas del polideportivo, pudo asistirse a la siguiente escena protagonizada por nuestro hombre: