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Cierres y mesas vacías: los clientes dan la espalda a los restaurantes de lujo de Madrid
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Cierres y mesas vacías: los clientes dan la espalda a los restaurantes de lujo de Madrid

Los altos ejecutivos han dejado los menús en restaurantes de lujo por el válium y otros tranquilizantes. Cosas de la crisis y de vivir angustiados pensando

Los altos ejecutivos han dejado los menús en restaurantes de lujo por el válium y otros tranquilizantes. Cosas de la crisis y de vivir angustiados pensando en el fin de los bonus millonarios y en los recortes de empleo. Por eso lo de ir a comer fuera está quedando para unos pocos y vaya si se nota: los restaurantes andan de capa caída y sólo hace falta darse una vuelta por algunos de los más afamados de la capital. Eso los que siguen abiertos, porque otros como Nicolás, junto a la Puerta de Alcalá, ya han echado de cierre.

 

No se trata de establecer ningún triángulo maldito –como el de las Bermudas- donde el negocio de la hostelería se esté yendo a pique, ya que todos los restaurantes sufren la crisis. Sin embargo, es cierto que los exclusivos, los gastronómicos, los de autor, la viven con más dureza. Ese triángulo es en realidad un cuadrado y tiene cuatro vértices en Zalacaín, Jockey,  Horcher y Nicolás: de Alonso Martínez al Retiro y de ahí a Nuevos Ministerios. Entre ‘bajas’ y lesiones, poco queda de lo que fueron.

Los aparcacoches esperan en la puerta a vehículos que no llegan, mientras las vajillas permanecen impolutas. Y la puerta de Nicolás... pobre Nicolás, que recibió durante un cuarto de siglo a actores, escritores y políticos. Esa puerta ya está cerrada y nunca volverá a abrirse: los grabados de Barceló o Sicilia que colgaban de sus paredes ya no tendrán quién los contemple en medio de un almuerzo sugerente.

En la Villa y Corte ir de uno al otro sin parar era el pan de cada día para el famoseo y lo más granado del empresariado, pero la imagen de las salas es hoy bastante desangelada: dos o tres clientes en mesas desperdigadas cuando antes había que ser muy amigo del maitre o portada de Hola para hacerse con una silla sin reserva previa.

Los chefs internacionales (incluso para esto tiene retraso España) llevan sufriendo esta situación desde hace meses y algunos han puesto manos a la obra. Joel Robuchon, por ejemplo, que acumula casi dos decenas de estrellas Michelín entre sus locales de medio planeta, ya ha advertido de que “los restaurantes van a cerrar si no se adaptan” y ofrece en algunos de sus establecimientos londinenses menús por 20 euros. ¿Acabará la clásica hamburguesa de Horcher al precio de un Big Mac? Tiempo al tiempo.

Los altos ejecutivos han dejado los menús en restaurantes de lujo por el válium y otros tranquilizantes. Cosas de la crisis y de vivir angustiados pensando en el fin de los bonus millonarios y en los recortes de empleo. Por eso lo de ir a comer fuera está quedando para unos pocos y vaya si se nota: los restaurantes andan de capa caída y sólo hace falta darse una vuelta por algunos de los más afamados de la capital. Eso los que siguen abiertos, porque otros como Nicolás, junto a la Puerta de Alcalá, ya han echado de cierre.