Las ‘armas’ de los Mossos para vigilar el Tour de Francia: tarteras, crema solar, y cascos sin homologar

Con tartera y crema solar. Así es como se tienen que presentar los policías que prestan el servicio de seguridad en las dos etapas del Tour de Francia que transcurrirán por tierras catalanas entre hoy y mañana. 400 kilómetros de vía que deberán ser vigilados por casi 300 agentes que no tendrán tiempo ni para ir al lavabo.

“Esto vulnera todas las normativas legales que existen”, se queja a El Confidencial Antonio Lara, secretario general del Sindicato de los Mossos d’Esquadra (SME-CCOO). Los agentes de Tráfico destinados a esta labor son 170, con turnos de 12 horas cada día. Estos agentes tienen suerte por un lado, ya que cobrarán horas extraordinarias. Pero tienen un problema por otro: los cascos oficiales que utilizan han sido reformados para incorporar el bluetooth. “Los arreglos que se hicieron han invalidado la homologación que tenía BMW”, añade Lara.

Otra cosa son los efectivos de Seguridad Ciudadana, es decir, las patrullas de a pie encargadas de mantener el orden público y de garantizar los pasos por la meta o de que no haya incidentes. El centenar largo de agentes destinados a estos menesteres se divide en dos subgrupos: los Mossos veteranos y los de prácticas, que acaban el cursillo precisamente este mes de julio. Todos ellos deberán hacer 12 horas y media seguidas de servicio.

A ellos fueron destinadas las órdenes que, colgadas en los tableros de anuncios de las respectivas comisarías, les recomendaban acudir al servicio provistos de crema solar y les advertían de que debían llevar la tartera con la comida. Ello, en lenguaje llano, quiere decir dos cosas: primero, que no se les va a pagar la comida; y segundo, no van a tener tiempo de ir de restaurante.

El SME-CCOO ya ha interpuesto los correspondientes recursos ante la Administración contra la vulneración de las normas laborales. “Han tenido bastante tiempo como para planificar correctamente el servicio. No es de recibo que los policías tengan que aguantar más de 12 horas seguidas de servicio. Además, los de Seguridad Ciudadana no cobrarán horas extraordinarias, sino que las horas realizadas de más se compensarán con las horas de remanente que los agentes deben a la Administración”, especifica Lara. Si la respuesta es negativa, el sindicato llevará el tema ante el tribunal económico-administrativo para evitar que en el futuro se encuentren en situaciones similares.

Antecedentes polémicos

Este sindicato ya había tenido sus más y sus menos con la consejería de Interior cuando se celebró el Rally Catalunya, organizado por el RACC y la Federación Española de Automovilismo. En aquella ocasión, lograron que la Administración dotase a los agentes de una bolsa con un bocadillo, una pieza de fruta y una botella de agua. Ahora ni eso. “Las cosas se planificaron tan mal que los agentes debían buscarse la vida en los campos si tenían alguna necesidad fisiológica y, al acabar el servicio, muchos policías se encontraban en carreteras perdidas y debían apañárselas para volver a casa”.

Al margen de la planificación del evento, las quejas de Antonio Lara se centran también en la clase de evento. “Tanto el Rally Catalunya como el Tour de Francia son actos organizados por entidades privadas. Por tanto, los gastos que se deriven de ellos no tiene porqué pagarlos el ciudadano. En el tema de tráfico, los únicos competentes son los Mossos d’Esquadra, por lo que esta división debería participar obligatoriamente en la vigilancia. Pero los demás servicios podrían encargarse perfectamente a una empresa de seguridad privada. No es de recibo dedicar efectivos policiales a un evento que tendría que pagarse de bolsillos privados. Sin embargo, los del Tour saben que acudiendo a la Generalitat el tema les sale gratis. O al menos gratis para ellos, porque sobre quien recae finalmente cualquier gasto ocasionado es sobre el ciudadano que paga sus impuestos”, afirma Lara.