De Caja Madrid a Caja Europa: Blesa se lanza a la conquista del mundo

Si te tienes que fusionar, mejor que sea a lo grande. Eso es lo que debe de pensar Miguel Blesa, el todavía presidente de Caja Madrid, que ha comprado el dominio Caja Europa en Internet, lo que sugiere que ése será el nombre de la entidad a que dé lugar la futura fusión de la caja madrileña. Un nombre un tanto exagerado, porque nadie piensa que vaya a comprarse un banco en Europa, aunque todo tiene su por qué.

Si de lo que se trata es de fusionarse con un par de entidades de otras comunidades autónomas -como el famoso proyecto con CAM y Caixa Galicia-, el nombre lógico sería Caja España. Pero claro, ese nombre ya está cogido por la caja leonesa, inmersa a su vez en un proceso de fusión a tres bandas con Caja Duero y Caja Burgos. Así que, si España no puede ser, pues tiremos por elevación hasta Europa, ya puestos...

Curiosamente, este nombre tiene connotaciones para Caja Madrid, ya que su sede tradicional estaba en Torre Europa, el famoso rascacielos negro del distrito financiero de Azca en la capital de España, y la actual está en las Torres KIO, que se llaman Puerta de Europa aunque nadie las conozca por ese nombre. Sí, esas torres inclinadas en la Plaza de Castilla que siguen trayendo por la calle de la amargura a Los Albertos, empantanados en un juicio tras otro 22 años después de la estafa (prescrita pero probada, según el Constitucional) a sus socios de Urbanor.

Además, así marca distancias con las catalanas Terrassa, Sabadell y Manlleu, que han decidido llamarse Unió de Caixes Catalanes. Ellas mirándose al ombligo y nosotros apuntando a Europa, mucho más glamouroso, dónde va a parar, deben de pensar en la planta noble de las susodichas torres. O a lo mejor ha sido idea de los expertos en 'ingeniería de la marca' (esa cosa que nadie sabe qué es pero que queda muy bonita en los power points, como el 'coaching'), que suelen tener en cuenta este tipo de aspectos y otros todavía más inverosímiles a la hora de buscar nombres.

Porque lo que nadie pone en duda, ni siquiera dentro de la entidad, es que Caja Madrid no va a seguir independiente durante mucho tiempo. Por un lado, porque el Banco de España le va a exigir (perdón, a pedir) que absorba alguna de las múltiples cajas pequeñas que no están en condiciones de sobrevivir a la crisis actual. Con la ayuda inestimable del dinero del FROB, claro.

Por otro, porque a la propia Caja Madrid le vendría muy bien una fusión para salvar su apurada situación actual, con caída de beneficios, aumento de la morosidad, una tasa de cobertura que es la más baja del sector, una enorme exposición a inmigrantes y promotores inmobiliarios, etc. La última evidencia de esta situación es la rebaja del rating de sus preferentes -incluidas las que acaba de colocar a sus clientes de red- a niveles de bono basura por parte de S&P. Una fusión que, para ser efectiva, necesita incorporar a dos cajas de tamaño medio (como Caixa Galicia y la CAM), dada la enorme dimensión de la cuarta entidad financiera del país.

Y en tercer lugar, porque las escasas posibilidades de supervivencia de Blesa pasan por una fusión, es decir, por que Caja Madrid se convierta en Caja Europa. De lo contrario, tendría que abandonar inevitablemente el sillón. Algo que puede producirse de todas formas si Gallardón cae en desgracia cuando, como todo indica, el COI niegue los Juegos Olímpicos a Madrid dentro de 15 días en Copenhague. Si eso se confirma, se abrirá la lucha final entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre para colocar a sus respectivos candidatos en la poltrona más deseada de la banca española.