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El hijo de Jesús Gil 'le echa el muerto' a su padre
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El hijo de Jesús Gil 'le echa el muerto' a su padre

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Eso deben pensar al menos los herederos de Jesús Gil. Su hijo mayor, el que fuera alcalde

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Eso deben pensar al menos los herederos de Jesús Gil. Su hijo mayor, el que fuera alcalde de Estepona, Gil Marín, aseguró la pasada semana en el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, que la firma que supuestamente le vincula con una  operación urbanística cuyas presuntas irregularidades se están investigando y en la que aparecen imputados él y su hermana Miriam, es en realidad a la rúbrica de Don Jesús. Está claro que ahora todos quieren cargarle el ‘mochuelo’ al que fuera jefe del clan urbanístico en Marbella. Ahora bien, lo que no podía imaginarse el juez Ricardo Puyol es que hasta los propios hijos de Gil iban a dejar tan claramente de manifiesto “la sinvergonzonería” de su padre.

 

Para demostrar que no era su firma la que aparecía en los documentos que le mostró el instructor, el vástago de Gil tuvo que realizar una prueba caligráfica para comparar su rúbrica con la que estaba estampada en el papel de los convenios. Para esta demostración, el ex regidor de Estepona tuvo que hacer los ‘deberes’ y transcribir un texto jurídico, así como firmar indistintamente seis o siete veces en diferentes documentos para completar las pruebas caligráficas antes de abandonar las dependencias judiciales. El documento es una comunicación de la empresa Promociones del Guadalquivir SA, de la que entonces era administrador único Gil y Gil, informando a otra sociedad de un ingreso en su cuenta por valor de más de 1,2 millones de euros.

En su comparecencia, Jesús Gil hijo recalcó una y otra vez que no sabía “absolutamente nada” del citado ingreso económico y aseveró que no había firmado ningún documento relacionado con dicha operación, por lo que las afirmaciones de los investigadores de la Udyco, que  mantienen que los actos llevados a cabo en la operación urbanística tenían como único fin el enriquecimiento de las personas cercanas al Ayuntamiento y los empresarios que participaron en los mismos, “no se corresponden con la verdad”.

“Me gustaría volver como el Cid montando a Imperioso”

Si su padre levantara la cabeza (en un programa de televisión dijo que “me gustaría volver como el Cid montando a Imperioso después de muerto”), no daría crédito a la cantidad de delitos que, según le atribuyen, le habría dado tiempo de cometer en solitario en su breve vida política en Marbella. Si hacemos caso a las declaraciones que los imputados del  'Caso Malaya' han realizado ante el juez, tendríamos que solo existe un único culpable en todo el proceso: Jesús Gil.

El próximo lunes día 30 regresan a la Audiencia Provincial de Málaga las vistas de los recursos de apelación contra el segundo auto de procesamiento, por el que el juez instructor amplió en más de una quincena el número de encausados y atribuyó nuevos delitos a varias de las personas ya imputadas. Las defensas ya han anunciado que la culpabilidad sólo es atribuible al que fuera regidor del municipio.  

Mientras tanto, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, Ricardo Puyol, donde declaró esta semana el hijo de Gil, sigue investigando los delitos de malversación de caudales públicos, fraude, delito contra la ordenación del territorio, prevaricación y blanqueo de capitales en esta  operación urbanística y la  venta de varias parcelas pertenecientes a la finca El Pinillo.

En este procedimiento, uno de los casi treinta derivados de la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción en julio de 2006 en relación con convenios y permutas urbanísticas, se encuentran imputados, además de los dos hijos de Gil, más de una veintena de personas, entre ellas, el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz y el ex asesor urbanístico Juan Antonio Roca. El Tribunal de Cuentas cifra dicho perjuicio en, al menos, un millón de euros, cuantía que podría multiplicarse por diez al contemplar los posteriores negocios de compraventa de los terrenos.

Así están las cosas. Mientras unos le echan la culpa a los “muertos” y otros distraen la atención de sus ultrajes diciendo “que la Pantoja le puso los cuernos”, el pueblo de Marbella se seca económicamente sin que nadie pueda hacer nada para remediar su descalabro.

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Eso deben pensar al menos los herederos de Jesús Gil. Su hijo mayor, el que fuera alcalde de Estepona, Gil Marín, aseguró la pasada semana en el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, que la firma que supuestamente le vincula con una  operación urbanística cuyas presuntas irregularidades se están investigando y en la que aparecen imputados él y su hermana Miriam, es en realidad a la rúbrica de Don Jesús. Está claro que ahora todos quieren cargarle el ‘mochuelo’ al que fuera jefe del clan urbanístico en Marbella. Ahora bien, lo que no podía imaginarse el juez Ricardo Puyol es que hasta los propios hijos de Gil iban a dejar tan claramente de manifiesto “la sinvergonzonería” de su padre.

Miguel Ángel Gil Marín Julián Muñoz Juan Antonio Roca