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Aznar y sus problemas con la izquierda en el Club de Golf Guadalmina
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Aznar y sus problemas con la izquierda en el Club de Golf Guadalmina

José María Aznar está en Marbella con los palos de golf a la espalda. Su sonrisa es radiante. El ex presidente del Gobierno exorciza demonios con

José María Aznar está en Marbella con los palos de golf a la espalda. Su sonrisa es radiante. El ex presidente del Gobierno exorciza demonios con su putter cada mañana. Se sube bien temprano en el bugui y, con su bolsa repleta de palos, se encamina al Club de golf Guadalmina, muy cerquita de su casa de vacaciones.

En cuanto pisa terreno marbellí se lanza al campo de golf porque concibe este deporte como una buena carta de presentación para cualquier encuentro con otro mandatario.  Driver en mano se dirige al tee para hacer unas bolas. Don Francisco Hernández, toda una eminencia en impartir clases en este santuario golfístico de la “jet set” marbellí, está estresadísimo con el swing del ex presidente. El teacher de Aznar es un profesor de esos de toda la vida, de los que no se casa con nadie, sea quien sea el personaje que tiene enfrente. Al menos mientras él imparta las normas.

En fin que durante una larga temporada don Francisco ha tenido a Aznar en el lugar de los primerizos: en el driving range. De este espacio destinado específicamente para lanzar bolas, practicar el swing y ejercitar la puntería, el ex presidente se cansó y le sabía a poco. Así que encarecidamente le pidió a su “gurú” que le lanzara al terreno de juego. El maestro, cansado ya de oírle al alumno que estaba preparado, le concedió el beneplácito del hoyo 1 y allí lanzó sus primeras bolas. No se sabe si por un "un mal lie” o por qué, pero el caso es que todas iban fuera. Aznar, como buen jugador de pádel que es, no controla su swing y le metía el envite a la bola una y otra vez utilizando la fuerza del lado derecho. Como no podía ser de otra manera. Siempre a droite señor Aznar.

José María, que fue cocinero antes que fraile, es decir jugador de pádel antes que de golf, tiene viciado el tiro. Por ello, el bueno de don Francisco, armándose de paciencia y valor, le aconsejó al político que cambiase la táctica: “Mire José María, esto solo se puede solucionar si le da más cancha a la izquierda", y Aznar que oye el maléfico sonido de la palabra, con esa rapidez mental que le caracteriza, se cuadra ante el profesor y le dice: “¿A la izquierda? ¿He oído bien? ¿Ha dicho a la izquierda? A esa no le doy yo ni agua... Prefiero dejar el golf antes que hacer concesiones a la ‘izquierda’". Y la carcajada de ambos retumbó por todo el “tee” de Guadalmina.

Si José María Aznar quiere su match play no tendrá mas remedio que seguir los pasos de su querida Esperanza Aguirre, que ella sí que sabe dar “chance a la izquierda” con tal de conseguir unos birdies espectaculares.

José María Aznar está en Marbella con los palos de golf a la espalda. Su sonrisa es radiante. El ex presidente del Gobierno exorciza demonios con su putter cada mañana. Se sube bien temprano en el bugui y, con su bolsa repleta de palos, se encamina al Club de golf Guadalmina, muy cerquita de su casa de vacaciones.