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Agag y Bañuelos triunfan en Fráncfort con su descapotable eléctrico
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Agag y Bañuelos triunfan en Fráncfort con su descapotable eléctrico

'Veni, vidi, vici'. Con la resaca del fracaso de Madrid 2012, perdón 2016, quiero decir 2020, reconforta ver a un español triunfar fuera de las fronteras.

Foto: Alejandro Agag y Jean Todt, en pleno destape del Spark-Renault SRT_01E.
Alejandro Agag y Jean Todt, en pleno destape del Spark-Renault SRT_01E.

Veni, vidi, vici. Con la resaca del fracaso de Madrid 2012, perdón 2016, quiero decir 2020, reconforta ver a un español triunfar fuera de las fronteras -Rafa Nadal no cuenta-. Eso es lo que hicieronAlejandro Agag y Enrique Bañuelos en el salón internacional del automóvil de Fráncfort, donde destaparon su descapotable de esa nueva competición que se han inventado y que se llama Fórmula E. Con ‘E’ de España, porque aunque tenga su base en Hong Kong, la idea es made in Spain… y la pasta, porque Agag y Bañuelos compraron sus derechos por 40 millones de euros.

¿Una Fórmula 1 con coches eléctricos?”. Al principio, la idea en el mundillo del automovilismo no se tomó muy en serio. “Oye tú, que lo apoya la FIA”. Poco después fue cogiendo cuerpo cuando Agag, CEO del holding formado en torno a la Fórmula E, se hizo una fotografía con el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Jean Todt. “¡Ostras, que McLaren, Renault, Williams, Michelin, DHL, Tag-Heuer y Qualcomm están en esta historia!”. Por ejemplo, Michelin pone cuatro millones para ser el suministrador oficial de neumáticos. Ahora sí que ha cogido forma esta carrera, y ello se pudo ver esta semana en el salón de Fráncfort, con decenas de cámaras y periodistas alrededor del que pretende ser el monoplaza eléctrico más rápido del mundo. El destape de Agag (hacia el coche) provocó una difusión a nivel mundial de la noticia, incluso apareció en la portada online de la prestigiosa publicación de Autosport, la que es considerada como la ‘biblia’ del automovilismo, algo que Agag no consiguió ni con su equipo en GP2 (segunda división tras la Fórmula 1).

No habrá una ‘relaxing race with café con leche’

La competición que se ha ‘inventado’ el yerno de José María Aznar ha encontrado un gran apoyo alrededor del mundo. Como Willy Fog, se recorrió el globo en busca de ayuntamientos que se quisieran identificar (pagar) con este proyecto verde y ecológico. Evidentemente, en España no escudriñó, por lo que estas carreras sin ruido de motores ni olor a gasolina no pararán por nuestro país. No habrá unarelaxing race with café con leche, que diría su suegra. Se pasearán por Berlín, Roma, Londres, Los Ángeles, Miami, Pekín, Buenos Aires, Río de Janeiro, Bangkok y Putraya.

Siendo ecológica y sin petróleo, donde tampoco se dejarán ver -lógicamente- será por ciudades tan de moda como Doha o Abu Dabi. Allí, aunque paguen mucho, lo hacen con petrodólares y no les interesan inventos eléctricos… salvo que lo descubrieran ellos. Porque la madre del cordero de esta competición es el equipo o empresa capaz de dar con una batería pequeña, ligera y de larga duración. Si la F1 es un banco de pruebas donde se desarrollan muchas ideas que luego se trasladan a los coches de calle, en la Fórmula E se pretende que ocurra lo mismo, en este caso con la tecnología eléctrica. ¿Se imaginan un móvil con una batería que dure un mes o un coche que pueda andar 1.000 kilómetros sin recargar la pila? Más allá de ganar un gran premio eléctrico, darían un ‘pelotazo’ mundial, en el que estarán Bañuelos y Agag.

Veni, vidi, vici. Con la resaca del fracaso de Madrid 2012, perdón 2016, quiero decir 2020, reconforta ver a un español triunfar fuera de las fronteras -Rafa Nadal no cuenta-. Eso es lo que hicieronAlejandro Agag y Enrique Bañuelos en el salón internacional del automóvil de Fráncfort, donde destaparon su descapotable de esa nueva competición que se han inventado y que se llama Fórmula E. Con ‘E’ de España, porque aunque tenga su base en Hong Kong, la idea es made in Spain… y la pasta, porque Agag y Bañuelos compraron sus derechos por 40 millones de euros.

Fórmula 1 Enrique Bañuelos
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