Los pasos perdidos de Amparo Moraleda, de casi ministra a fabricar bombillas

Hubo un tiempo no muy lejano, bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, en el que fue la mujer de moda. Amparo Moraleda pasó de presidenta anónima de IBM a star system del empresariado español en un abrir y cerrar de ojos, tras un suceder infinito de menciones, atenciones y elogios por doquier. En la España de las cuotas paritarias, el marketing político había descubierto un diamante en bruto sobre el que construir su campaña.

Aquel desproporcionado interés, hasta convertir su nombre en candidato para una cartera presidencial, resultó contraproducente para la propia Moraleda, que no supo cómo manejar aquel súbito éxito, portada de un suplemento dominical incluida. Aun así, el aura que rodeó su figura durante esa época hizo que un gigante como Iberdrola, atento siempre a las oportunidades políticas del mercado laboral, se fijara en ella parasu cúpula.

El flechazo entre la eléctrica y la ejecutiva duró poco menos de tres años. Ya con la mayoría absoluta del PP pisando los salones de La Moncloa, las bondades de Amparo Moraleda comenzaron a lucir con menos brillo, hasta el punto de que su salida de Iberdrola se resolvió por las malas, después de que su situación laboral llegara al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (Smac) de la Comunidad de Madrid. Al final, hubo acuerdo sobre la bocina.

Desde entonces, la expresidenta de IBM ha tenido la suerte de recalar en un par de consejos de administración con cierto lustre. Además de formar parte del Consejo Rector del CSIC, como cuota académica, Moraleda despacha en cotizadas como Corporación Alba, Meliá Hoteles o Alstom, una agenda que no le ha generado incompatibilidades para reengancharse al mercado laboral como presidenta de un joven proyecto de eficiencia energética.

Esta misma semana, sin ir más lejos, la compañía SSIE, es decir, Sistemas y Servicios de Iluminación Eficiente, dedicada a proyectos de ahorro energético mediante tecnología LED, que además incluyen fórmulas de autofinanciación a través de renting, informaba de la incorporación como presidenta de Amparo Moraleda. Su nuevo reto pasa por hacer empresa desde la base y conseguir que una start up con 1,5 millones de facturación se haga grande.