Al Gobierno le sale el tiro por la culata con el juez de la Gürtel y Bárcenas

Al Gobierno le ha salido el tiro por la culata. La comidilla de la carrera judicial era desde hacía meses que el Ejecutivo de Mariano Rajoy había usado sus hilos para sacar al juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional. Este joven instructor no tiene la plaza heredada de Baltasar Garzón en propiedad, sino que estaba en comisión de servicios. Así que el Consejo General del Poder Judicial sacó esta plaza a concurso.

Todos aquellos que veían una ‘mano negra’ en la salida de Ruz estaban esperando a ver a quién tenían preparado como sustituto. Esta plaza se concede por estricto orden de antigüedad, así que la única manera de garantizarse el éxito era buscar a un magistrado con mucha antigüedad dispuesto a aterrizar en un juzgado tan complejo como el Central de Instrucción número 5, que investiga actualmente el 'caso Gürtel' o 'papeles de Bárcenas', asuntos especialmente peliagudos para el PP.

Diversas fuentes judiciales atestiguan que algún vocal conservador del CGPJ habría hecho el trabajo de buscar algún magistrado ‘de la cuerda’ para controlar estos casos o por lo menos silenciarlos o llevarlos con la máxima prudencia en los próximos meses. Está a punto de empezar la carrera por las elecciones autonómicas y municipales, que se celebran en mayo, y después vienen las nacionales. Cada vez que salta una noticia nueva del extesorero del PP Luis Bárcenas vuelve a sobrevolar la imagen de esa corrupción que salpica al partido y esa contabilidad B que al parecer manejó durante años.

Estas fuentes aseguran que fueron tanteados tres o cuatro jueces con suficiente antigüedad como para asegurarse el puesto. El nombre que con más fuerza sonó, según miembros de la carrera judicial, fue el de Carlos Valle, titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid, y a la par magistrado que tiene encima de la mesa la fuga de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre. Concretamente, este magistrado ha defendido que el suceso de la dirigente 'popular' debía seguirse por una mera falta y no por un delito de desobediencia, como le obligó la Audiencia Provincial de Madrid.

Parece ser que, cuando ya estaba casi convencido de optar a la plaza de la Audiencia Nacional, en el último momento se echó para atrás, con el asombro y malestar de vocales conservadores y del propio Ejecutivo. Su mala jugada ha provocado que el juez que más antigüedad tenga sea José de la Mata, de tinte progresista, que incluso llegó a ocupar el cargo de director general de Modernización de la Administración de Justicia con Francisco Caamaño como ministro de Justicia –nombrado por José Luis Rodríguez Zapatero cuando este era presidente del Gobierno–.

Ya estaban avisados aquellos que decidieron que Ruz no debía seguir en la Audiencia Nacional de aquel refrán que dice: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. A mediados de marzo, De la Mata aterrizará en el juzgado que tantas glorias dio a Baltasar Garzón, y aquellos que le conocen ya lanzan un aviso: es un juez muy trabajador y se pondrá al día de todos los temas, por muy complejos que sean, en poco tiempo.