Buruaga cobrará 60.000 euros por programa a TVE

Si finalmente el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española (RTVE) aprueba el próximo día 26 el proyecto de programa España Opina (una copia literal de Madrid Opina), Ernesto Saénz de Buruaga cobrará a la televisión estatal pública una media de 60.000 euros por programa hasta un total de cincuenta, lo que hace una cifra global de tres millones de euros.

Además, la productora Pulso, relacionada con el grupo Secuoya, utilizará los medios técnicos de TVE para realizar dicho programa, e incluso uno de los ayudantes de Saénz de Buruaga –conocido en el argot televisivo como Chanclas– ya ha estado viendo platós y decorados en las instalaciones de RTVE.

Todo indica, según señalan fuentes de Torrespaña, que Buruaga ha contado con ayuda política y la presión ante José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, de ex altos dirigentes de la derecha (fundamentalmente José María Aznar y otros mandos del ala más ‘dura’ del Partido Popular), tal y como ocurrió en su día en Telemadrid o en la Televisión de Murcia, donde se embolsó una importante suma y dejó empantanado al ente regional murciano meses después.

“La cifra de 60.000 euros por programa es tan obscenay tan hinchada en una producción tan barata –se paga una cantidad no superior a los 500 euros a los tertulianos– y con un formato tan de quita y ponque habrá que llevar el tema al Parlamento y a los tribunales de justicia”, manifiesta un dirigente sindical. Se recuerda al respecto que en el Estatuto de Radiotelevisión Española se prohíbe producir programas de corte informativo y debate fuera de la casa, cosa que ahora sucede.

Pero antes Ernesto Sáenz de Buruaga y su productora tendrán que logar una mayoría en el Consejo de Administración del grupo audiovisual público, porque hace un mes tres consejeros que representan al Partido Popular –en Moncloa no se ve con buenos ojos el regreso del antiguo director de Informativos de Aznar– se abstuvieron de dar su aprobación, y el proyecto quedó varado. Pero el presidente Sánchez estaba dispuesto a que el programa-debate de Buruaga siguiera adelante, básicamente para contrarrestar otros programas en las televisiones privadas de cariz netamente de izquierdas.