Ikea se come sus perritos y albóndigas tras las pegas a la carne roja de la OMS

Mala semana para la multinacional sueca Ikea. La controvertida advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el potencial riesgo cancerígeno del consumo de la carne roja ha causado efectos colaterales inesperados. Más allá del éxito de sus muebles, el fabricante escandinavo es popular también por los alimentos típicos que vende en sus restaurantes, donde los productos estrella son los perritos y las albóndigas a precios de saldo.

Sin embargo, el impacto generado por el informe de la OMS se ha traducido de forma negativa en las cocinas españolas de Ikea. En cuestión de días, el apetito por las bolitas guisadas y la carne embutida mermó de forma inmediata entre su clientela, casi hasta un 25%, según la información interna manejada por la dirección, sin que hubiera de por medio otro episodio de relevancia que justificara un descenso tan drástico respecto al consumo habitual.

La mala prensa generada sobre el consumo de carne roja estos días no es el primer episodio relacionado con aspectos saludables que termina afectando, de una forma u otra, al producto estrella del menú de Ikea: el plato de diez albóndigas con salsa de nata, mermelada de arándanos rojos y puré de patatas (todo por tres euros). Un contexto crítico que ha obligado a la multinacional a lanzar al mercado una versión vegetariana de sus populares 'balls'.

Además de poco saludable, como clasificó recientemente Noruega a los comestibles de Ikea, las albondigas han sido protagonistas de algún caso controvertido, como cuando una partida de bolas de carne fue apartada en España después de que se apreciara la presencia de restos de ADN de caballo. Sin embargo, tanto entonces como ahora, el apetito por la cantina se irá recuperando a golpe de venta de muebles y complementos del hogar.