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Las prisas de sus señorías por cazar mesa en la cena de los periodistas parlamentarios
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Las prisas de sus señorías por cazar mesa en la cena de los periodistas parlamentarios

Quedan menos de dos semanas para el gran evento político-periodístico del año. Las entradas se van agotando y nadie se quiere perder una gala ácida, de humor y de premios (algunos con mala leche)

Foto: Albert Rivera, en julio de 2015, en una jornada organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios en el Ateneo de Madrid. (EFE)
Albert Rivera, en julio de 2015, en una jornada organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios en el Ateneo de Madrid. (EFE)

Seguro que lo habrán leído. Y visto en las imágenes. Aquella cena de corresponsales en Washington, en 2011, en la que Barack Obama humilló a Donald Trump. Aquellos dardos que tanto hirieron al empresario y que fueron un acicate para su candidatura a la presidencia de EEUU. En España no se estilan ese tipo de fiestas con el presidente (y menos con el jefe del Estado, el Rey). Pero sí hay un evento del año, sin duda, de políticos e informadores. La cena organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), que siempre cae como a mediados de diciembre, en un día con pleno para garantizar la parroquia de diputados y senadores, y en la que todo el mundo desparrama. A su manera, claro.

La gala de este año será el 13 de diciembre. Martes. En el sitio de siempre, el hotel Westin Palace de Madrid, enfrente de la Puerta de Leones del Congreso. Quedan dos semanas y las entradas están a la venta. Son limitadas, en torno a 300. Los grupos están ahora metiendo presión a sus señorías para que no se olviden de pagar el cubierto (55 euros). Esa prisa se nota porque los diputados y senadores multiplican sus llamadas a los periodistas que se encargan de la venta, para cerciorarse de que aún quedan entradas, preguntar cuándo y dónde pueden abonarlas y cómo hay que confeccionar las mesas, que pueden ser cien por cien de diputados o senadores o mixtas, con los periodistas que tanto les brean a preguntas a diario. Muchos han llegado nuevos a la Cámara Baja y necesitan un tutorial de la cita de la APP. Porque en 2015 no hubo fiesta: España estaba preparándose para las elecciones del 20-D, las Cortes estaban disueltas, así que la última gala fue la de 2014, cuando el país era bipartidista (en el Congreso), Ciudadanos era un fenómeno aún catalán y Podemos había probado la irrupción sorpresa en las europeas.

La de este año es como una vuelta al cole. En 2015 no pudo haber fiesta porque coincidía con la recta final de la campaña de las generales

La cena de la APP es una ocasión para pasárselo bien y reír a mandíbula batiente. O eso se pretende. En la gala se aprovecha para premiar a diputados, senadores y europarlamentarios. Hay categorías, como en unos Goya. Solo que algunas nominaciones sientan mejor que otras. Porque están los galardones molones, como los de mejor orador, azote del Gobierno o de la oposición, senador y eurodiputado del año o parlamentario 2.0. Pero hay otros que suelen sentar como un tiro a los agraciados, como el de castigo para la prensa, el que se concede al más irrespetuoso/cansino con los medios. Así es la vida. No todo van a ser alegrías para sus señorías.

Sin fiesta de verano

Este 2016, además, hay recorte de premios. No por la crisis, sino porque la parálisis institucional que se ha prolongado 10 meses influye. La junta directiva de la APP decidió suspender este año las nominaciones a parlamentario más activo, al desconocido o ausente en las Cámaras y a diputado y senador revelación, porque habría sonado casi a guasa cuando apenas ha habido actividad en las Cámaras en un año marcado por las durísimas negociaciones para formar Gobierno y dos elecciones generales en seis meses. Se pasa así de 13 a nueve premios a los políticos. Eso sí, los elegidos pueden tener escaño en esta XII Legislatura, pero también en la anterior, la XI, la que arrancó en enero y concluyó en mayo. Así que (aviso) puede que entre los candidatos figure Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE y diputado hasta el 29 de octubre. O también Pablo Iglesias, que ya fue elegido como eurodiputado del año en 2014.

El bloqueo institucional ha hecho que la APP haya decidido reducir en esta edición el número de premios: de los 13 habituales se pasa a solo nueve

Pero como el bloqueo ha sido largo, sí se entregarán más galardones. Tres más: el de cronista parlamentario, y el de imagen y relato. Son los que se suelen dar en la fiesta de verano de la APP, a finales de junio. Pero este 2016 no pudo ser: se solapaba con la recta final de la campaña de las generales del 26-J.


Este miércoles, sobre las 10.30 horas, se harán públicos los nombres de los nominados. Los asociados podrán decidir quiénes son sus preferidos en cada categoría en la votación del 12 y 13 de diciembre. Este año todo indica que habrá lleno en el Palace. Expectación hay de sobra: la convivencia de los nuevos y los viejos (periodistas y políticos) en un ambiente distendido, la cohabitación de los dos PSOE (el sanchista y el progestora), la puesta de largo del segundo Ejecutivo de Mariano Rajoy, las pullitas y bromas a sus señorías... Y luego la barra libre, que la hay. Que no falte de nada.

Seguro que lo habrán leído. Y visto en las imágenes. Aquella cena de corresponsales en Washington, en 2011, en la que Barack Obama humilló a Donald Trump. Aquellos dardos que tanto hirieron al empresario y que fueron un acicate para su candidatura a la presidencia de EEUU. En España no se estilan ese tipo de fiestas con el presidente (y menos con el jefe del Estado, el Rey). Pero sí hay un evento del año, sin duda, de políticos e informadores. La cena organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), que siempre cae como a mediados de diciembre, en un día con pleno para garantizar la parroquia de diputados y senadores, y en la que todo el mundo desparrama. A su manera, claro.

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