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Roostiq, todo lo que los Bardem hubieran querido cocinar en Madrid y no pudieron
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Roostiq, todo lo que los Bardem hubieran querido cocinar en Madrid y no pudieron

Nuevo lugar de referencia en el concurrido barrio de Chueca sobre los restos del que fuera bar/restaurante de la familia Bardem, la popular -hace años- Bardemcilla

Foto: Horno de leña napolitano del restaurante Roostiq. (Roostiq)
Horno de leña napolitano del restaurante Roostiq. (Roostiq)

Un empresario de provincias, abulense para más señas, se ha propuesto convertir un nuevo formato de restauración en la comidilla del barrio madrileño de Chueca. Y para más señas, lo hace desde las entrañas del que fuera negocio familiar de los Bardem, la antigua tasca conocida como la 'Bardemcilla'. Sin embargo, poco tiene que ver el nuevo proyecto y lo que antes fue un lugar de encuentro informal.

El encargado de resucitar este enclave para la oferta gastronómica del centro de Madrid es un funerario. Tal cual. Destrás de 'Roostiq', nombre de la propuesta que acaba de estrenarse en el eje de Augusto Figueroa, epicentro estos días de las fiestas del Orgullo, está el empresario Alberto Álvarez, a la sazón presidente del grupo Interfunerarias, el negocio familiar que es ahora un operador a nivel nacional.

Un horno de leña, una parrilla y productos de la finca familiar de los Álvarez a las afueras de Ávila (verduras, frutas, hortalizas, embutidos y pollo) son el eje de 'Roostiq'. Las cañas y tapas que antaño despachaban los Bardem han dejado paso a un espacio de tres ambientes, con barra para coctelería, salón para comer y cocina a la vista, con el sello de la jovencísima y pujante diseñadora de interiores María Villalón.

Aunque pasa por ser relativamente desconocido, detrás de Roostiq está la pasión y obsesión de un amante de las pizzas, de las masas y del pan. Álvarez es un amante de la cocina que heredó una funeraria, pero al que su determinación por abrirse paso en la restauración le hace parecer descendiente de una saga de maestros pizzeros en el casco antiguo de la Siena medieval. No es el caso, pero por momentos lo parece.

Un empresario de provincias, abulense para más señas, se ha propuesto convertir un nuevo formato de restauración en la comidilla del barrio madrileño de Chueca. Y para más señas, lo hace desde las entrañas del que fuera negocio familiar de los Bardem, la antigua tasca conocida como la 'Bardemcilla'. Sin embargo, poco tiene que ver el nuevo proyecto y lo que antes fue un lugar de encuentro informal.

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