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Rajoy, de comida con colegas registradores y sus verdinas de temporada
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Rajoy, de comida con colegas registradores y sus verdinas de temporada

El expresidente sigue con su nueva vida lejos de la política y pasando tiempo libre con excolegas, también de profesión. Esta semana tocó con registradores de la propiedad

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. (EFE)
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. (EFE)

Mariano Rajoy continúa con su nueva vida —"hay mucha después de la política", reconocía él mismo ante algunos periodistas un tiempo después de la moción de censura— y dedica grandes ratos a compartir mesa y mantel con excompañeros del Partido Popular y de otros muchos ámbitos. Esta semana tocó con compañeros registradores de la propiedad, con los que se dio cita el martes en el restaurante Ampudia de Madrid.

Uno de esos lugares tradicionales para amantes de la buena comida, la tranquilidad de la sobremesa y platos de toda la vida. Se encontraron en un pequeño reservado dentro del propio restaurante, lo que no impidió que otros comensales vieran al expresidente, le saludaran e incluso se fotografiaran con él, como prueba la página de Facebook del local.

Rajoy, que encaja de lleno con esos valores, especialmente el relativo a la sobremesa, disfrutó de un buen plato de verdinas de temporada —en la carta dice que las hay con almejas y langostinos, aunque también con rabo de toro— y no renunció antes a un entrante de pulpo a la gallega con el resto de sus compañeros. Compartieron una larga comida, como tantas otras de las que lleva celebradas después de dejar el Palacio de la Moncloa.

Hace solo unos días se reencontraba con su sucesor, el aspirante a la presidencia del Gobierno Pablo Casado, en un restaurante cercano a la sede del partido de la calle Génova. El nuevo jefe de los populares quiso reunirse con Rajoy solo un día después de confirmarse la repetición electoral. Y, por ahora, demuestra seguir los pasos de su antecesor: discurso moderado y apelación directa al voto útil. Todo lo contrario a lo que hizo en las pasadas elecciones, en las que el PP consiguió el peor resultado de su historia a base de un discurso duro más cercano a Vox.

Más allá de los almuerzos con excompañeros, Rajoy lleva una vida tranquila alejada de la actividad política. Caminatas por la mañana, despacho en el Registro de la Propiedad del paseo de la Castellana y ratos con amigos algunas tardes. Este verano también fue protagonista de una divertida anécdota en el chiringuito de moda de la isla de Formentera, Beso Beach, cuando fue aclamado por el resto de comensales al grito de "¡presidente, presidente!" después de que un grupo de chicas que estaban de despedida de soltera se acercaran y le pidieran selfis que acabaron inundando las redes sociales. Desde luego, hay mucha vida después de la política.

Mariano Rajoy continúa con su nueva vida —"hay mucha después de la política", reconocía él mismo ante algunos periodistas un tiempo después de la moción de censura— y dedica grandes ratos a compartir mesa y mantel con excompañeros del Partido Popular y de otros muchos ámbitos. Esta semana tocó con compañeros registradores de la propiedad, con los que se dio cita el martes en el restaurante Ampudia de Madrid.

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