El Confidente
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Todos quieren desayunar en el Congreso de los Diputados
Ya en años anteriores hubo una polémica con los gintónics. La cosa sigue igual. Sorprenden los precios tan baratos, que no reflejan el coste de la vida real
"La cafetería del Congreso de los Diputados refleja bien a la 'casta parlamentaria del resto de los ciudadanos representados", dice un destacado analista político tras un paseo por ese lugar de la Cámara Baja. Ya en años anteriores hubo una polémica acerca de que los gintónics costaban un 10% de lo que suele ser su precio medio fuera del palacio de la carrera de San Jerónimo.
La cosa sigue igual. Sorprenden los precios tan baratos, que no reflejan el coste de la vida real. Así, por ejemplo, un desayuno continental (bebida caliente, bollería, o tostada con mantequilla, mermelada, o tomate y aceite, o churros o porras) tiene un precio de 0,91 euros, y un desayuno especial (bebida caliente + pulga o pincho de tortilla), 1,2 euros. Fuera, justamente al lado, en una cafetería de tipo medio, esos mismos productos cuestan 6,9 euros. En el hotel cinco estrellas de enfrente, 12,6 euros.
No son los únicos. El desayuno superior (bebida caliente + pulga variada, pincho de torilla + zumo de naranja natural) cuesta 1,82 euros, el desayuno PinTort (bebida caliente + pincho de tortilla especial del día), 1,75 euros, y el desayuno macrobiótico (bebida caliente + tostada integral de hummus o aguacate + zumo de naranja natural), 2,50 euros. De los suplementos, ninguno pasa de 1,45 euros.
Esta es la vida del parlamentario. ¿Casta? Extramuros del Congreso, la vida y los precios son otra cosa. Así que nada tiene de extraño que algunos diputados críticos y divertidos reconozcan que no paran de tener peticiones: "¿Oye, cuándo me invitas a comer en el Congreso?".
"La cafetería del Congreso de los Diputados refleja bien a la 'casta parlamentaria del resto de los ciudadanos representados", dice un destacado analista político tras un paseo por ese lugar de la Cámara Baja. Ya en años anteriores hubo una polémica acerca de que los gintónics costaban un 10% de lo que suele ser su precio medio fuera del palacio de la carrera de San Jerónimo.