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Sin "abrazos fraternales" ni "ósculos de paz": los masones vuelven tras el covid
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Sin "abrazos fraternales" ni "ósculos de paz": los masones vuelven tras el covid

Desde el 6 de julio, la masonería ha vuelto a su actividad en España pero, eso sí, con un "decálogo preventivo", mascarillas, hidrogel y sin contacto en sus rituales

Foto: Fachada de la sede de la Gran Logia de España en Madrid. (EFE)
Fachada de la sede de la Gran Logia de España en Madrid. (EFE)

El coronavirus y el confinamiento han afectado toda la sociedad. Incluso la 'secreta': la masonería. En España, desde el pasado 6 de julio, han vuelto a sus reuniones pero, eso sí, con restricciones: la pandemia y la distancia física les impiden practicar los "abrazos fraternales" ni darse "ósculos de paz".

Así lo anunciaba el pasado 6 de julio el gran maestro de la Gran Logia de España, que emitía "el decreto número 1.286" por el que se permite "reanudar la actividad masónica de todas las Respetables Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia de España". Afectadas por la pandemia, todas las actividades masónicas se habían suspendido por otro decreto de 12 de marzo. Una prohibición que se ha ido prorrogando hasta que, casi un mes después de suspendido el estado de alarma, la cúpula de la masonería española ("el gran maestro, tras consultar al Gran Consejo Rector y la totalidad de los grandes maestros provinciales") ha dado el visto bueno a la reanudación de sus reuniones.

Sin embargo, el propio decreto masón recoge "un decálogo preventivo" para "evitar hasta donde sea humanamente posible la transmisión en nuestros templos". Y, como no podía ser menos que el resto de la población, estas sociedades antaño rodeadas de misterio se reúnen con el "obligatorio uso de mascarilla en los templos" y, por si acaso, consideran "recomendable el uso de pantallas de protección".

El virus logró lo que nunca había sucedido: "Incluso en las guerras, los masones habíamos encontrado el momento de celebrar los encuentros rituales"

También recomiendan que "las herramientas de trabajo deben ser desinfectadas antes y después de su uso" y recuerdan a los hermanos masones que es preceptivo el uso del hidrogel y mantener una distancia mínima de seguridad de metro y medio "al sentarse en el templo". Eso sí, quedan "terminantemente prohibidos los intercambios de abrazos fraternales y ósculos de paz".

El coronavirus ha 'logrado' lo que nadie antes había conseguido: "Incluso durante todas las guerras armadas de los últimos 300 años, los masones hemos encontrado el momento de celebrar nuestros encuentros rituales", aseguran. Y el covid, por primera vez en la historia, ha hecho suspender "los trabajos masónicos" y sus formas simbólicas de abrazos, reuniones, etc. Y recuerdan al filósofo coreano Byung-Chul Han, que acaba de publicar 'La desaparición de los rituales'.

"La crisis del coronavirus ha acabado totalmente con los rituales. Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física. La pandemia ha dado lugar a una sociedad de la cuarentena en la que se pierde toda experiencia comunitaria (...) El virus aísla a las personas (...) El virus consuma la desaparición de los rituales. No me cuesta imaginar que, después de la pandemia, los redescubramos", dice el filósofo. "Los masones de todo el mundo, sin duda, lo haremos", añade la Gran Logia. Eso sí, de momento, con mascarilla, gel y sin ósculos de paz ni abrazos fraternales.

El coronavirus y el confinamiento han afectado toda la sociedad. Incluso la 'secreta': la masonería. En España, desde el pasado 6 de julio, han vuelto a sus reuniones pero, eso sí, con restricciones: la pandemia y la distancia física les impiden practicar los "abrazos fraternales" ni darse "ósculos de paz".

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