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El caos político recupera a 'los abajo firmantes'

Los últimos en movilizarse han sido más de 350 firmantes que han suscrito un documento en favor de la concordia y el respeto constitucional entre todos los poderes públicos y partidos políticos

Foto: El exministro socialista de Interior José Luis Corcuera, uno de los firmantes del documento. (EFE)
El exministro socialista de Interior José Luis Corcuera, uno de los firmantes del documento. (EFE)

Desde que tras el célebre "J'accuse" de Zola se pusieran de moda los manifiestos de intelectuales en defensa de una causa, pocas veces se ha utilizado este recurso tanto como ahora. Probablemente, habría que volver a la Transición, cuando se sucedían los manifiestos por todo tipo de motivos.

Los últimos en movilizarse han sido más de 350 firmantes que han suscrito un documento en favor de la concordia y el respeto constitucional entre todos los poderes públicos y partidos políticos. El documento aboga por la tolerancia y colaboración de todas las instituciones contempladas en la Constitución, "cuyos principios y valores han hecho posible que los españoles hayamos vivido el periodo la libertad, de paz y progreso más amplio de nuestra historia".

Lo sorprendente es que a estas alturas haya que reivindicar lo obvio: un escenario de entendimiento, pero esto es lo que han hecho gentes como Rafael Arias-Salgado, José Luis Corcuera, Jaime Rodríguez Arana, Fernando Sanz Alonso, Luis de Grandes, Francesc de Carreras, Javier Rupérez, José María Martínez Val-Peñalosa, Pedro Bofill, Juan Van-Halen, Teresa Freixes, Jordi Casas Bedós, Alejandro Cercas, Elena Faba de la Encarnación, Rafael Martínez-Campillo García, José Antonio de Yturriaga o Eugenio Nasarre.

Se insta a los partidos políticos, en especial a sus dirigentes, a que "recuperen la sensatez y el espíritu de mutuo respeto y concordia que les son exigibles"

Los abajo firmantes, que así se presentan, apremian en su manifiesto a que los responsables políticos restituyan la colaboración leal entre los poderes públicos y a recuperar el respeto debido legalmente entre las instituciones que conforman la estructura de nuestro sistema democrático, factores que han sido esenciales para la convivencia durante las últimas décadas.

Además, apelan al Gobierno "para que ponga fin a sus discrepancias internas y evite las divergencias expresadas en declaraciones públicas, en especial las realizadas por algunos de sus miembros contra la jefatura del Estado". En su opinión, "vulneran gravemente la voluntad del pueblo español que aprobó la Constitución, en la que se establece la monarquía parlamentaria como forma política del Estado español".

Y en la misma línea, se insta a los partidos políticos, en especial a sus dirigentes, a que "recuperen urgentemente la sensatez y el espíritu de mutuo respeto y concordia que les son exigibles, poniendo fin a estériles actitudes e iniciativas que dividen y enfrentan de forma preocupante a los ciudadanos".

Desde que tras el célebre "J'accuse" de Zola se pusieran de moda los manifiestos de intelectuales en defensa de una causa, pocas veces se ha utilizado este recurso tanto como ahora. Probablemente, habría que volver a la Transición, cuando se sucedían los manifiestos por todo tipo de motivos.

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