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El polémico y extraño último cargo del médico Faustino Blanco
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El polémico y extraño último cargo del médico Faustino Blanco

El doctor gijonés fue secretario general de Sanidad durante la primera ola de la pandemia del coronavirus; nunca compareció en el Congreso ni ante los medios

Foto: El ex secretario general de Sanidad y Consumo Faustino Blanco. (EFE)
El ex secretario general de Sanidad y Consumo Faustino Blanco. (EFE)

El tiempo es relativo. Un mes es demasiado o insuficiente en función de los quehaceres de cada uno. Sin embargo, existen ciertas situaciones que no ofrecen ningún género de duda. Es el caso de Faustino Blanco, un médico gijonés que ha tardado poco más de un mes en aceptar que la dirección de la Finba (Fundación para la Investigación Biosanitaria del Principado de Asturias) no es para él. Blanco ha ocupado el cargo 35 días.

Ha sido otro trayecto casi fantasmal. Faustino Blanco fue hasta agosto secretario general de Sanidad. Expresado de otra manera: fue el número dos del ministerio de Salvador Illa durante la primera ola de la pandemia. No se recuerda una sola intervención pública suya. En el Congreso, el PP llegó a pedir su comparecencia, en balde. Trascendió que en enero se pactó su salida del departamento y que fue a petición propia.

Blanco fue hasta agosto el número dos del ministerio de Illa, en la primera ola de la pandemia. No se recuerda una sola intervención pública suya

Faustino Blanco ha estado ligado durante muchos años a la política sanitaria. Su última etapa en la Administración pública terminó en agosto, cuando dejó de ser secretario general de Sanidad, uno de los cargos más destacados del Gobierno de España, en medio de la pandemia del covid-19. Antes, entre 2012 y 2015, fue consejero de Sanidad del Principado de Asturias, época en la que impulsó la constitución de la Finba. ¿Y ahora es nombrado director? Al leer esta información, hay quien puede pensar que estamos ante un claro ejemplo de puertas giratorias. Y no es para menos.

La Ley 3/2015, reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado, estipula en su artículo 15 apartado 2 que "quienes sean alto cargo por razón de ser miembros o titulares de un órgano u organismo regulador o de supervisión, durante los dos años siguientes a su cese, no podrán prestar servicios en entidades privadas que hayan estado sujetas a su supervisión o regulación". Con esta normativa en la mano, es probable que Blanco no haya cometido ningún delito, porque ya han pasado más de dos años desde que abandonó la Consejería de Sanidad de Asturias y dejó de supervisar la Finba.

Entre 2012 y 2015, fue consejero de Sanidad del Principado de Asturias, época en la que impulsó la constitución de la Finba

No obstante, no es necesario delinquir para que su nombramiento huela raro. No solo porque él fue uno de los impulsores de la fundación, sino por las condiciones en que se produjo su designación. Para empezar, su sueldo duplicaba el de su antecesor. En concreto, se iba a embolsar 85.000 euros brutos anuales, a los que habría que sumar otros 25.000 euros en variables. Es decir, hubiese podido alcanzar los 110.000 euros, mientras que la remuneración del anterior director no superaba los 55.000 euros (48.000 fijos y 7.000 por objetivos). Esta situación fue denunciada por el sindicato Sicepa, que le puso contra las cuerdas y forzó su dimisión.

Las cifras salariales son todavía más sorprendentes si se tiene en cuenta que la Finba tiene unos 500 trabajadores y que la mayoría de ellos son mileuristas. Luego habrá quien se sorprenda de que los jóvenes investigadores españoles cojan el petate para marcharse a Alemania, cuando lo inaudito es que se queden.

Además, el anterior director fue nombrado tras un concurso público, mientras que en este caso se trata de una decisión discrecional. Esta anomalía se entiende mejor al conocer que el último encargado de adoptar la decisión fue el presidente Blas Herrero, que entró a formar parte del patronato y designado presidente durante la época en que Faustino Blanco era consejero de Sanidad del Principado de Asturias. Lo mismo sucede con el resto de miembros del patronato, que han intentado sin éxito convencer a Blanco para que se mantenga en el cargo, según informó este lunes el diario 'El Comercio'.

El tiempo es relativo. Un mes es demasiado o insuficiente en función de los quehaceres de cada uno. Sin embargo, existen ciertas situaciones que no ofrecen ningún género de duda. Es el caso de Faustino Blanco, un médico gijonés que ha tardado poco más de un mes en aceptar que la dirección de la Finba (Fundación para la Investigación Biosanitaria del Principado de Asturias) no es para él. Blanco ha ocupado el cargo 35 días.

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