El Confidente
Por
Pablo Iglesias, su padre y Billy el Niño
El exvicepresidente del Gobierno aprovechó una charla para desvelar conversaciones del Consejo de Ministros y reivindicar fondos para un cine que plantee “la batalla cultural”
Pablo Iglesias se manifestó en su versión original hace unas semanas en una sala de los Cines Golem de Madrid. Asistió al estreno de una película documental sobre el policía Antonio González Pacheco, ‘Billy el Niño’, y después participó en una charla coloquio junto a una de sus víctimas. Una de sus reflexiones en la charla resume la vieja nueva vocación del exvicepresidente del Gobierno: "Menos leyes de memoria y más películas y más series".
El fundador de Podemos, nombrado recientemente presidente del 'think tank' de la formación morada, compartió confidencias ante una sala a mitad de aforo, incluidas conversaciones mantenidas en el Consejo de Ministros con su ahora compañera de tertulias Carmen Calvo: "Se lo decía; la clave sería dar dinero a cineastas para que hicieran cine". Se refería a obras centradas en la denuncia de hechos como el documental que acababa de presenciar. "A Pilar Miró le encantaba el Siglo de Oro, pero no el siglo XX", añadió.
Recordó que su padre fue detenido en 1973 y llevado a la sede de la Dirección General de Seguridad, adonde la policía franquista trasladaba a los opositores al régimen para realizar los interrogatorios. "No le torturaron, no era nadie. Unos tortazos y unos tirones de pelo", rememoró Iglesias, a quien aquello, dijo, le marcó la infancia.
Su intervención estuvo centrada en demostrar que las producciones audiovisuales o los reportajes en los medios de comunicación sobre quién fue Billy el Niño lograron que la sociedad conociera las prácticas de un personaje del que hace 10 años nadie había oído hablar. Y, a su juicio, eso es más eficaz que cualquier iniciativa parlamentaria.
Ante un público a favor, lanzó otra confidencia sobre el día que en el Congreso acusó al expresidente del Gobierno Felipe González de tener las manos manchadas de cal viva. "Me reventaron", dijo Iglesias sin ningún atisbo de arrepentimiento. Más bien al contrario, se jactó de que gracias a eso mucha gente joven se enteró de la existencia de los GAL. Luego insistió en la necesidad de hacer un cine que plantee "la batalla cultural".
Antes de terminar, admitió que el día que le llamó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para informarle de la muerte de Billy el Niño —mucho antes de que se enterase todo el mundo—, asumió que ese era su mayor fracaso como miembro del Gobierno. "No conseguimos ni quitarle las medallas".
Pablo Iglesias se manifestó en su versión original hace unas semanas en una sala de los Cines Golem de Madrid. Asistió al estreno de una película documental sobre el policía Antonio González Pacheco, ‘Billy el Niño’, y después participó en una charla coloquio junto a una de sus víctimas. Una de sus reflexiones en la charla resume la vieja nueva vocación del exvicepresidente del Gobierno: "Menos leyes de memoria y más películas y más series".