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Cultura de partido
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Juan Carlos Rodríguez Ibarra

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Cultura de partido

El expresidente del Gobierno Felipe González ha mostrado su apoyo a Pedro Sánchez pese a haber reconocido que no apoyó su candidatura en primarias. Todo forma parte de la cultura del PSOE

Foto: Carmona, González, Sánchez y Gabilondo, durante la conferencia municipal del PSOE de la pasada semana. (Efe)
Carmona, González, Sánchez y Gabilondo, durante la conferencia municipal del PSOE de la pasada semana. (Efe)

El PSOE celebró el pasado domingo, día 12 de abril, unas jornadas sobre política municipal de cara a las elecciones locales y autonómicas del próximo mes de mayo. En la clausura de dicho acto, además del candidato a presidir la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y del secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, tomó la palabra, el exsecretario general socialista y expresidente del Gobierno de España, Felipe González, quién con su habitual y convincente retórica realizó un par de declaraciones que han sembrado de comentarios las tertulias radiofónicas y televisivas, y de opiniones de algunas columnas periodísticas.

Felipe González reconoció públicamente que él no había votado a Pedro Sánchez para la Secretaría General del PSOE. Se sabe, por lo que le manifestó ese mismo día, en un programa de televisión, a la periodista Pepa Bueno, que en las elecciones primarias que organizó el partido socialista, votó al entonces candidato Eduardo Madina, "del que sabía que se presentó pero no quería ganar”. Se supone que cuando Felipe desvela esa contradicción de Madina (presentarse para no querer ganar) es porque hablaría con él antes de la votación, o porque el instinto del que fue máximo dirigente del PSOE le hacía saber que la actitud del diputado vasco era más la de un perdedor que la de un ganador.

No entra dentro de la cultura del PSOE el doble juego. Eso es lo que dijo González, que como no trata de combatir a Sánchez, se pone a su disposición

En mi opinión, el problema de Eduardo Madina no era tanto de voluntad, sino de temor. En alguna ocasión en la que intercambié opiniones con él sobre la posibilidad de queoptara a la Secretaría General del PSOE, su respuesta siempre fue la siguiente: “El PSOE es demasiado partido como para que yo aspire a dirigirlo”. Esa respuesta entra dentro de lo que hasta hace unos pocos años era cultura del partido socialista que, en boca del ya desaparecido y respetado Presidente de la Comisión Ejecutiva Federal, Ramón Rubial, consistía enque los militantes tenían la obligación de ponerse a disposición del partido sin manifestar la más mínima aspiración que revelara la intención de ocupar cargos orgánicos o institucionales. La entrada en la Comisión Ejecutiva Federal sólo estaba reservada a aquellos afiliados con algunos trienios de militancia a sus espaldas y con unas cuantas batallas ganadas en la fábrica, en la Universidad o en las elecciones municipales, autonómicas o generales. Quien era elegido para sentarse en el máximo órgano de dirección era porque lucía en su pechera unas cuantas condecoraciones de servicio a la causa socialista. Por eso a Madina le parecía demasiado grande ese partido como para aspirar a sentarse tan pronto en el primer sillón de mando.

A continuación, tras el reconocimiento del sentido de su voto en las primarias, González, afirmó que, elegido Pedro Sánchez, él se ponía a su disposición para lo que quisiera el actual secretario general socialista. “Pedro Sánchez, elegido secretario general, como el anterior, y el anterior y el anterior, me tiene a su disposición, con absoluta lealtad”. También esa declaración y esa actitud forman parte de la idiosincrasia de la organización socialista. El secretario general del PSOE puede gustar más o menos, los militantes se pueden identificar mucho o poco con el elegido pero en tanto en cuanto no se articule una alternativa para sustituirlo por los cauces democráticamente establecidos, la lealtad, la responsabilidad y la cultura democrática obliga apoyar al que se ha considerado por la mayoría la mejor opción para la dirección socialista. Como norma democrática se podría decir que al secretario general del PSOE o se le apoya o se le presenta una alternativa para sustituirle. Lo que no entra dentro de la cultura de ese partido es el doble juego, el sí pero no, el ya veremos más adelante. O se le ayuda en todo lo que se pueda, con la máxima libertad de opinión, o se le trata de sustituir a cara descubierta. Eso es lo que dijo González, que como no trata de combatir a Pedro Sánchez, se pone a su disposición para apoyarle.

Cuando ese apoyo se complementaba con el 'para lo que quieras', González indicaba que Pedro Sánchez tiene su aliento para ser candidato a La Moncloa

Cuando ese apoyo se complementabacon el “para lo que quieras”, Felipe González estaba indicando que Pedro Sánchez tiene su aliento para ser el próximo candidato a la presidencia del gobierno, porque eso también entra dentro de la cultura democrática del PSOE y del legítimo deseo del actual secretario general socialista. Un sistema parlamentario como el español no admite un formato de elección por primarias para designar a los candidatos a presidente local, regional o estatal. La cultura de partido da por supuesto que, dependiendo de los niveles territoriales, el candidato a la Presidencia del Gobierno o de la comunidad autónoma es el secretario general del partido federal o del regional. Por eso, cuando en un congreso socialista, tras los correspondientes debates en las diferentes ponencias, se elegía a la persona que, desde la secretaría general, encarnaría la definición ideológica y los programas aprobados, se sabía que era ese dirigente al que le correspondería la responsabilidad de ocupar la candidatura a la Presidencia del Gobierno o de la comunidad autónoma correspondiente. Así fueron las cosas cuando las cosas le iban bien al PSOE, entre otras razones, porque si probamos a poner dos cosas en el vértice de un ángulo, se podrá observar que en la punta de ese ángulo sólo cabe una; la otra sobra y terminará cayéndose.

El PSOE celebró el pasado domingo, día 12 de abril, unas jornadas sobre política municipal de cara a las elecciones locales y autonómicas del próximo mes de mayo. En la clausura de dicho acto, además del candidato a presidir la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y del secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, tomó la palabra, el exsecretario general socialista y expresidente del Gobierno de España, Felipe González, quién con su habitual y convincente retórica realizó un par de declaraciones que han sembrado de comentarios las tertulias radiofónicas y televisivas, y de opiniones de algunas columnas periodísticas.

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