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Ángeles Caballero

Ideas ligeras

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Es simplemente ocio, estúpidos

Voy al fútbol con la única y sana intención de ver ganar a mi equipo. En vez de pancartas, llevo bocadillos de jamón y chorizo. Mi única patria es la denominación de origen Guijuelo

Foto: Incidentes en los aledaños del Camp Nou durante la celebración del partido aplazado de LaLiga Barcelona-Real Madrid. (EFE)
Incidentes en los aledaños del Camp Nou durante la celebración del partido aplazado de LaLiga Barcelona-Real Madrid. (EFE)

Me encanta el fútbol. Vibré con la final del Mundial de Sudáfrica, lloré por la derrota del Atleti en las finales de la Champions frente al Real Madrid. Me gustan los derbis, los clásicos y los mediopensionistas. El Barça-Madrid, el Madrid-Atleti y el Getafe-Leganés. Me levanto del sofá porque soy puro nervio, hago la croqueta y croquetas, suelto improperios, me abrazo a los míos.

Me encanta el cine. El pasado fin de semana vi, creo que por vigésima vez, 'Love Actually'. Me he estremecido de nuevo con la voz de Joni Mitchell y con la de Colin Firth pronunciando aquello de “Bonita Aurelia”. He visto dos veces 'Wonder Woman', lamenté no caber en ese corsé. Me encantó 'Mientras dure la guerra', de Alejandro Amenábar. También 'Los puentes de Madison'.

Me encantan más cosas. Por ejemplo, leer. Acabo de terminar un libro breve, 'Háblame de ti', la carta que Andrea Camilleri le escribió a su bisnieta Matilda, de cuatro años. Me gusta cómo cuenta su paso del fascismo al comunismo, cómo se recuerda hablando con su padre, en italiano para lo formal y en siciliano para lo sentimental.

Dejadnos en paz. Queremos ir al cine, al fútbol o a un concierto porque nos da la gana. Guardad vuestras monsergas para quien quiera escucharlas

Aún no puedo creerme que George Michael y Whitney Houston hayan muerto. Me encantan Michael Jackson, Beyoncé y Miguel Bosé. No me sé ni una canción de Extremoduro, pero sí unas cuantas de Marc Anthony y Maluma.

Pero todo lo hago mal. Voy al fútbol y al baloncesto con la única y sana intención de ver ganar a mi equipo. En vez de pancartas, llevo bocadillos de jamón y chorizo. Mi única patria es la denominación de origen Guijuelo. Colaboro con deportes que, como todos saben, solo mueven oscuros y sucios entramados de poder.

¿El Madrid? Franquismo. ¿El Barcelona? Independentismo. ¿El Atleti? Pues también fascismo. ¿El Getafe y el Estu? Cosas de excéntrica mujer de periferia. Soy cómplice del capitalismo y solo pienso en divertirme y desconectar. En vez de, qué sé yo, reivindicar la igualdad salarial en el deporte o defender a la afición del Rayo Vallecano, formada única y exclusivamente por votantes de izquierda. Ya.

Mi cerebro es maleable como pura plastilina. Así que no es de extrañar que en 'Love Actually' una cazurra como yo sea incapaz de ver la letra pequeña de esa película. La sexualización de algunos personajes, las relaciones de poder, la importancia de los cuidados. El protagonismo de ellos, el segundo plano de ellas.

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Y qué decir de 'Wonder Woman'. Una muchacha con los muslos prietos al aire para dominar el mundo, pudiendo ir en chándal como Rosalía. Y blandeando en tablas por amor. Puaj.

Y del rigor histórico de Amenábar, ni hablamos. Y del asqueroso misógino republicano de Clint, menos. Debería buscar el DVD por casa y quemarlo en la terraza. Y trasmitirlo en Instagram para demostrar mi fiel compromiso por la democracia y los derechos humanos.

El pasado fascista de Camilleri debería ser una línea roja. Pero es que el comunismo ha matado a más personas, que lo he leído y lo he escuchado. Así que a ver qué hacemos, Andrea. Con el placer indescriptible que me produce ver y escuchar al actor que hace de Salvo Montalbano, mientras charla con su ayudante Fazio y se come unos 'spaguetti vongole' en el restaurante de Enzo. ¿Renuncio a ese pasado después de lo visto y leído?

“La gente va al cine a pasar el rato, no a emborracharse de ideología progre”, ha dicho Rocío Monasterio. Tiene razón la portavoz de Vox

He visto en concierto a Beyoncé y a Jennifer Lopez porque no estoy a lo que hay que estar: defender el feminismo verdadero, no a señoras que sufren por amor y pasan un hambre terrible para lucir palmito en el escenario y en los videoclips. He cantado más veces 'Felices los cuatro' de las que serían recomendables por los guardianes de las esencias. Todas las esencias. He visto el documental de Michael Jackson, pero sigo subiendo el volumen cuando suena 'Beat it'.

Dejadnos en paz. Queremos ir al cine, al fútbol o a un concierto porque nos da la gana. Guardad vuestras monsergas para quien quiera escucharlas. Dejad de ver colaboracionismo y estulticia por todas partes. La mayor parte de esa letra pequeña solo la veis vosotros.

“La gente va al cine a pasar el rato, no a emborracharse de ideología progre”, ha dicho Rocío Monasterio. Tiene razón la portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid. Pero le falta añadir que tampoco vamos a hacer censos de buenos patriotas. Qué hartura.

Me encanta el fútbol. Vibré con la final del Mundial de Sudáfrica, lloré por la derrota del Atleti en las finales de la Champions frente al Real Madrid. Me gustan los derbis, los clásicos y los mediopensionistas. El Barça-Madrid, el Madrid-Atleti y el Getafe-Leganés. Me levanto del sofá porque soy puro nervio, hago la croqueta y croquetas, suelto improperios, me abrazo a los míos.

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