Ideas ligeras
Por
Aguafé de Losantos
La expectación conlleva muchas veces a la decepción y en este caso la casa de Jiménez Losantos brilló más que su esperada entrevista con Bertín Osborne
“Preparada para el acontecimiento televisivo del año”, decía mi amiga Isabel en Twitter. Pero la expectación conlleva muchas veces a la decepción. Y la casa de Federico Jiménez Losantos brilló más que su esperada entrevista con Bertín Osborne.
Se esperaba al Federico desatado de cada mañana, pero vimos a un Federico descafeinado. No le queríamos correcto, preparando una ensalada de garbanzos y bebiendo un “aguafé”. Pero conocimos a María Torres, la mujer que lo acompaña desde hace 45 años. Su presencia y su voz fueron lo mejor de ese acontecimiento televisivo que no fue.
Tampoco fue una entrevista. Fue una charla de dos conocidos que desde anoche quizá son amigos. Que piensan parecido, que se jactan de decir lo que piensan, sin filtro alguno. “El único lujo que me puedo permitir es decir lo que me da la gana”, dijo el periodista.
Pero el de Orihuela del Tremedal (Teruel) tiene en su casa de Madrid una biblioteca de ensueño que se nota que ha leído. Y en el pueblo, como se encarga de decir al menos una vez por semana, guarda miles de ejemplares, especialmente de novela negra, para leer cuando el pelotón del pasmo aprieta, las temperaturas bajan, con un chocolate caliente en la otra mano.
Y EN EL PRÓXIMO PROGRAMA…
— Mi casa es la tuya (@micasaeslatuya) January 17, 2020
Federico Jiménez Losantos recibe a @bertinosborne en su casa y nos concede una entrevista que va a dar MUCHO QUE HABLAR. La semana que viene, en @telecincoes.#MiCasaNormaDuval 🏡 pic.twitter.com/DxfqwNyxqW
Está preparando la segunda parte de la memoria negra del comunismo, pero el libro definitivo será aquel que recopile sus motes. Se pasó demasiado por alto esa parte. Se te escapó vivo, Norberto. Quizá porque te sabes pocos. Mi favorito sigue siendo ‘Freddy el químico’ cuando se refería a Rubalcaba, aunque ‘Bolita de azufre’ para Soraya Sáenz de Santamaría es de una maldad deliciosa.
Se incidió demasiado en la infancia, cuando los oyentes, sus fieles ‘Federicas’, o ‘Fedeliebers’, se la saben toda. Hijo de zapatero y maestra, estudió gracias a una beca, sacaba buenas notas, la etapa de Barcelona y el tiro en la rodilla de Terra Lliure, su amor y posterior desprecio por el comunismo… Tampoco fue novedad su animadversión por el “rojerío”, el actual gobierno. Aproveché para lavarme los dientes y quitarme las lentillas. Desátame o apriétame más fuerte, Federico. Pero no.
“En vez de estar pensando en España estaba pensando en Malú”, dijo de Albert Rivera, al que tildó de “insoportable” durante su último año de actividad política. Llamó “lerdo total” a Alberto Garzón. Me brillaron los ojos. Esto se anima. Tampoco. Bertín insistía en cierto blanqueamiento del personaje. Y éste se dejó llevar por el flow. Dijo que desde que tiene hijos procura no hablar de la vida privada ni las familias para no hacer daño. Yo me acordé de las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero y del bebé de Carolina Bescansa, así como detalle.
Muchas gracias Federico por recibirme así en tu casa. Me ha encantado poder charlar contigo de tantas cosas, ¡qué bien me ha caído María! Gracias a todos los que nos habéis seguido esta noche, ¿os ha gustado? #MiCasaFederico 🏡 pic.twitter.com/hDpXM1NPQm
— Bertín Osborne (@BertinOsborne) January 24, 2020
Me hubiera gustado que apareciera Pedro Jota por la casa, ahora que parece que no se llevan demasiado bien. Son como Ágatha Ruiz de la Prada y Luismi Rodríguez, como Mar Flores y Elías Sacal, como Brad y Jennifer. Ni contigo ni sin ti. Volverán.
“No tengo la efervescencia de él”, dijo su mujer. Pero esas burbujas anoche brillaron por su ausencia. El lunes, a las seis de la mañana, será otra cosa.
“Preparada para el acontecimiento televisivo del año”, decía mi amiga Isabel en Twitter. Pero la expectación conlleva muchas veces a la decepción. Y la casa de Federico Jiménez Losantos brilló más que su esperada entrevista con Bertín Osborne.