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Margallo nos dio una clase de Historia, Casado nos regaló un mitin
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Ángeles Caballero

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Margallo nos dio una clase de Historia, Casado nos regaló un mitin

Margallo ha dado una lección de Historia al público que abarrotaba una de las salas del Congreso en la presentación de su libro ‘Memorias heterodoxas’. Casado se ha conformado con un mitin

Foto: El líder del Partido Popular, Pablo Casado (d), junto a la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor (c), durante la presentación del libro del exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo (i). (EFE)
El líder del Partido Popular, Pablo Casado (d), junto a la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor (c), durante la presentación del libro del exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo (i). (EFE)

“Es muy exigente, con un carácter fuerte y gruñón, pero cercano”. “Tiene una capacidad de trabajo exagerada, un nivel intelectual muy superior”. “Está siempre escribiendo y siempre leyendo”. “Nos parecía estar siempre frente a un tribunal de oposición. Aprendí lo que era la ética nicomáquea gracias a él”. “Es muy goloso, allá donde haya bombones, desaparecen”. “Dice mucho la palabra botarate”. Doce minutos de conversación con una persona que ha trabajado varios años para José Manuel García-Margallo dan para estos destacados y para dibujar ligeramente al personaje.

De todas estas cosas, el exministro de Asuntos Exteriores con el Partido Popular solo ha querido destacar una esta tarde de miércoles en la presentación de su libro ‘Memorias heterodoxas’ (Península). Y de qué manera. Porque Margallo ha dado una lección de Historia al público que abarrotaba una de las salas del Congreso de los Diputados. Qué nivel, Maribel. Pablo Casado, que se lo presentaba, se ha conformado con un mitin.

Foto: García-Margallo, durante una entrevista. (EFE)

Fueron dos horas densas que quizás uno no espera de la presentación de un libro, cuando se recurre al chascarrillo, a la palmada en la espalda, al y tú más (guapo y listo).

Eso apuntaba cuando intervino Ana Pastor Julián, la expresidenta del Congreso, que ejerció de maestra de ceremonias. Lo suyo tiene nombre de culebrón. Es La señora. Vocaliza a la perfección, trata a la gente de usted y tiene todos los elogios del mundo posibles para su excompañero de Consejo de Ministros. “Merece la pena estar en política por compartir momentos con gente como él”, dijo. Si hasta pareció que se le quebraba la voz. Ojalá alguien en mi vida me mire como ella.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Margallo tenía pocas ganas de chanza y muchas de demostrar la cabeza amuebladísima que tiene, el prodigio de memoria que Dios quiera guarde mucho tiempo así de fresca. Alabanzas a la Transición y a sus tres pilares: el procedimiento, el consenso y la “elemental prudencia”. Y esos dardos. Porque “Zapatero es el origen de muchos de los males”, la Ley de Memoria Histórica ha abierto la caja de Pandora del guerracivilismo, la mesa de diálogo con Cataluña ni hablamos.

Así que no basta con la coalición constitucionalista. Hay que hacer un llamamiento a la sociedad civil.

Margallo tenía pocas ganas de chanza y muchas de demostrar la cabeza amuebladísima que tiene

Estos guiños le bastaron al presidente de su partido para lanzarse. Primero, para defender la gestión de su partido cuando ha estado en la bancada azul, partiéndose la cara para defender la independencia de España y su soberanía financiera. “Algunos echan de menos esas legislaturas”, dijo. No serán las víctimas de la crisis de 2007, Pablo.

“Es una pena que los socialistas hayan emborronado tu legado. Otra vez la irrelevancia y el equívoco en el exterior”, afirmó. ¿Pero no nos gustaba Borrell?

Mientras, Margallo a lo suyo. “Ser centrista no significa ser de plastilina. Soy extremadamente centrista, pero extremadamente radical. En Cataluña, hay que hacer mucha pedagogía y mucho estar allí”.

Margallo, a lo suyo. "Soy extremadamente centrista, pero extremadamente radical. En Cataluña, hay que hacer mucha pedagogía y mucho estar allí"

Y Casado, ni te cuento. Que tiene que acoger a la socialdemocracia indignada, que respeta mucho a Ciudadanos pero que cada uno en su cortijo. Que le ha puesto a Torra una querella por usurpación de funciones y que en la última campaña electoral se habló “mucho de Franco y un poco de la eutanasia”. Muy poco de lo que está pasando en Cataluña. Madre mía, qué campaña he visto yo que se parece tan poco a la suya.

A las 20:49, García-Margallo estaba hablando de la legislación de Gibraltar. Casado recordaba la “asimetría informativa” en el caso de los ERE de Andalucía.

Habrá que leer el libro.

“Es muy exigente, con un carácter fuerte y gruñón, pero cercano”. “Tiene una capacidad de trabajo exagerada, un nivel intelectual muy superior”. “Está siempre escribiendo y siempre leyendo”. “Nos parecía estar siempre frente a un tribunal de oposición. Aprendí lo que era la ética nicomáquea gracias a él”. “Es muy goloso, allá donde haya bombones, desaparecen”. “Dice mucho la palabra botarate”. Doce minutos de conversación con una persona que ha trabajado varios años para José Manuel García-Margallo dan para estos destacados y para dibujar ligeramente al personaje.

José Manuel García Margallo Pablo Casado