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Ángeles Caballero

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Pachanga de sábado con los amigos de Albert Rivera

Los amigos de Rivera se han juntado en un seminario organizado por Thinking Heads para hablar y piropearse con él, con testimonios y discursos que mezclaron lo liberal y lo cursi

Foto: Albert Rivera, exlíder de Ciudadanos. (EFE)
Albert Rivera, exlíder de Ciudadanos. (EFE)
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Los sábados por la mañana tienen su encanto. Se aprovecha para hacer recados y se remata con el aperitivo. Por eso el logro de Albert Rivera de hoy es indiscutible. Ha conseguido que un buen puñado de personas permanezcan casi cinco horas delante del ordenador para escuchar a sus amigos hablar de liderazgo. Una pachanga por la que había que pagar diez euros. De quitarse el sombrero.

Los amigos de Rivera son todos seres extraordinarios. Emprendedores, incansables, visionarios y resilientes. Se han juntado en un seminario organizado por Thinking Heads para hablar y piropearse con él, con testimonios y discursos que mezclaron lo liberal y lo cursi. Con esos mensajes algo perversos que te repiten machaconamente que si no sales de tu zona de confort es porque eres un vago redomado o lo que es peor, quizá comunista. Porque todos sabemos que los sueños, si los deseas con una fuerza desmedida, se acaban cumpliendo.

El expresidente de Ciudadanos insiste en que se ha reencarnado en emprendedor del mundo jurídico y miembro activísimo de la sociedad civil. Por eso sus amigos son también entrepreneurs, deportistas, periodistas y políticos. En su agenda tiene de todo eso y más. Él defiende el liderazgo, la comunicación, lo de caer y volver a levantarse, España y el networking. Es todo un poco agotador, cuando encima tienes el cesto de la plancha a punto de desbordarse.

placeholder El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)

El primero de los bloques se dedicó al mundo empresarial. Estaba Clemente Cebrián, uno de los fundadores de El Ganso. La marca que va a vestir a la selección española de fútbol y la que vistió a Rivera en la presentación de su último libro. “Lo vais a petar con las zapatillas”, vaticinó Albert, que definió al Hospital de Ifema como “símbolo de la resistencia”. Otro.

“Hay que competir, no hay otra opción, y aprovechar lo que te hace diferente”, nos dijo Dimas Gimeno, expresidente de El Corte Inglés, con una foto de Freddy Mercury enmarcada de fondo y cara de que lo de conectarse esta mañana lo hacía más por amistad que por ganas.

Cierta pereza mostró también Luis Figo, mucho más contenido que en las redes sociales. Una pena. Fue uno de los protagonistas del bloque dedicado al liderazgo deportivo junto con el exfutbolista Albert Luque, Javier Imbroda y Theresa Zabell. El deporte, ya saben, que es muy importante en la vida.

"Albert, eres la leche. Estas cosas son las que necesita España. Sigue así, no pares. Gracias como siempre por existir", dijo un seguidor

Más activos estuvieron los periodistas Verónica Fumanal y un irreconocible Fernando de Páramo, ambos exasesores de comunicación de Rivera en Ciudadanos. Fue maravilloso trabajar con ellos, fue un honor trabajar para él. Todo bien, todos cracks.

Sí fue interesante la parte en la que se habló de fake news y el mal llamado ministerio de la verdad. Y también los comentarios de los asistentes a las intervenciones. “Albert, eres la leche. Estas cosas son las que necesita España. Sigue así, no pares. Gracias como siempre por existir”, dijo un entusiasmado seguidor. Otros pidieron las olimpiadas para Madrid y una de las asistentes pidió paz ante ciertas críticas a las preguntas: “Las preguntas a Figo no son malas. Es importante no caer en la negatividad y la crítica”. Ommmmmmm.

placeholder El líder del Partido Popular, Pablo Casado (i), saluda al exdirigente del PP Alberto Ruiz-Gallardón (d). (EFE)
El líder del Partido Popular, Pablo Casado (i), saluda al exdirigente del PP Alberto Ruiz-Gallardón (d). (EFE)

Casi a las dos de la tarde apareció Alberto Ruiz-Gallardón, coqueto y engolado, tan listo como siempre y con una envidiable biblioteca de fondo, que tras defender Madrid como defiende Isabel Pantoja el interior de Cantora, se fue porque tenía una comida con la familia. Se quedó para el final Leopoldo López, a unas horas en las que rugía el estómago y los organizadores lanzaban miradas nada sutiles a sus móviles. Las 128 personas que aún resistían a las 14:39 horas no paraban de mostrar su admiración por el político venezolano y suplicar a Rivera que regresara a su anterior trabajo.

En definitiva, ha sido un poco lo de siempre. Solo que esta vez costaba diez euros.

Los sábados por la mañana tienen su encanto. Se aprovecha para hacer recados y se remata con el aperitivo. Por eso el logro de Albert Rivera de hoy es indiscutible. Ha conseguido que un buen puñado de personas permanezcan casi cinco horas delante del ordenador para escuchar a sus amigos hablar de liderazgo. Una pachanga por la que había que pagar diez euros. De quitarse el sombrero.

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