Victoria Federica y Froilán, los mejores defensores de la república

¿Quién está haciendo más daño a la estabilidad de la monarquía, Pablo Iglesias Turrión o Victoria Federica y Froilán? ¿Quién se lo está pasando mejor que nadie, Leonor y Sofía comiendo sopas de berzas y aprendiendo siete idiomas o sus primos mayores haciendo… bueno, eso que hacen?

Porque no me negarán, estimados lectores, lo bien que viven los nietos mayores del emérito y cómo han entendido que, a falta de heredar corona, han venido a este mundo a dar espectáculo y a hacer lo que el resto de mortales pagadores a Hacienda no podremos jamás. No madrugar, no dar palo al agua y pasarse las normas por su realísimo forro. Al menos por ahora.

Ya habrá tiempo de recogerse, de formar una familia como Dios manda y cumplir todos los preceptos posibles. Pero hoy exprimen la vida como nadie. Son como Carmina y Carmen, la Bordiú, cuando reconocían, sin rubor alguno, que pocas veces habían trabajado en su vida. A los pies de todos ustedes. Quién pudiera.

Los gastos efectuados por los nietísimos con la tarjeta 'black' que publicaba este periódico son solo una muesca más en el expediente de los hijos de Jaime de Marichalar y Elena de Borbón. No son los únicos, pero sí los que más han tirado de datáfono. El abuelo materno estará orgulloso.

Debe ser maravilloso ser Victoria, debe ser fabuloso ser Froilán. Muchachos a los que la vida siempre dará una oportunidad, por torpes que sean. ¿Que no se nos dan bien los estudios? No importa, siempre habrá una universidad internacional de todos los santos que nos acoja y no nos apriete. Siempre habrá un amigo 'entrepreneur' que nos fiche como lo que haga falta.

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¿Que el Altísimo no nos ha dado el don de la belleza tal y como la entendemos en este Occidente heteropatriarcal y normativo? Bah, siempre estará al quite el '¡Hola!', especializado en suavizar las sombras de sus personajes con un lenguaje propio. Siempre les dirán que tienen “belleza particular”, “original estilo” y cosas así.

Y mientras, a consumir, que hay que activar la economía. No importa de dónde proceda la liquidez, hablar de dinero siempre ha sido una ordinariez en el Club de los Cinco (apellidos compuestos).

Los dos hermanos ejemplifican eso a lo que muchos aspiramos, que no es otra cosa que el rentismo. Pero hay algo magnético y fascinante en ambos personajes. Con sus días y sus noches repartidas entre el rancio abolengo y la horterada más suprema. Blasón de día, Georgina Rodríguez de noche.

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Recordemos, por ejemplo, cuando ella hizo su fiesta de puesta de largo (magnífico concepto), se rodeó de los suyos y entre todos le regalaron un cerdo vietnamita envuelto en una bandera de España. A saber a quién le pasaron los gastos del porcino rojigualdo. Un ágape en el que tuvieron a bien contratar a Juan Magán, también conocido como ‘el rey del electro latino’.

Para ellos, no hay normas, no hay nueva normalidad, porque están anclados en la antigua, cuando solo creían en una religión, la impunidad

Son dos criaturas que celebran los veranos en Marbella, abonados al festival Starlite, entre reservados con botellas de champán, brillo de cristales Swarovski y un kebab de recena. Si se aburren o se cansan, alguien les prestará una finca, la casa en Sotogrande o algún otro destino más formal cuando toque. Para ellos, no hay normas, para ellos, no hay nueva normalidad, porque permanecen anclados en la antigua, cuando solo creían en una religión, la impunidad, para hacer lo que les apeteciera en cada momento. ¿Llevar la mascarilla o los cierres perimetrales? Eso es como madrugar, cosa de pobres.

Y mientras, que siga el espectáculo. Y en cuanto vuelva el abuelo, al palco de las Ventas. Sangre de su sangre.