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El suelo del PSOE, el techo electoral de Pedro Sánchez
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El suelo del PSOE, el techo electoral de Pedro Sánchez

Los resultados de las cuatro últimas elecciones generales muestran los peores resultados del PSOE con el exsecretario general como candidato socialista

Foto: Pedro Sánchez, durante un acto electoral como candidato a la Presidencia por el PSOE. (EFE)
Pedro Sánchez, durante un acto electoral como candidato a la Presidencia por el PSOE. (EFE)

Desgaste: Acción y efecto de desgastar o desgastarse.
Desgastar: 1. Quitar o consumir poco a poco por el uso o el roce parte de algo. 2. Pervertir, viciar. 3. (desus). Desperdiciar o malgastar. 4. Perder fuerza, vigor o poder.

Si hablamos del PSOE como fuerza electoral, y para la situación que viven en el partido hoy en día, aplicarían las acepciones 3 (que, nótese, está en desuso) y la 4. A nivel orgánico, es decir, al hablar del desarrollo de la vida de un ente, el orden en el que se nos presentan las acepciones en el diccionario de la RAE, también aplicaría a la evolución (¿involución?) sufrida por el PSOE.

Por supuesto Iglesias y Monedero llevan tiempo interpretando la situación socialista en la manera como la define la acepción 2, pero no deja de ser un argumento político, si no electoralista, que no podemos analizar como un hecho objetivo.

En YouTube pueden encontrar una entrevista que la gente de Mongolia hizo a un fantástico Eduardo Madina. Es una entrevista tan interesante como amena en la que Madina nos lleva con agilidad y determinación por distintos temas, incluso por los tweets ofensivos, de los que resuelve que, los que hacían sobre él, ofensivos no eran, pero tienen una calidad concreta (les aconsejamos que vean el vídeo que les hemos vinculado para que puedan entender en su totalidad el comentario).

Pero al tema; alrededor del minuto 23 Madina habla de que los errores económicos cometidos por el ejecutivo de Rodríguez Zapatero no fueron los que llegaron en su segunda legislatura, sino los que se hicieron con margen y etapa de crecimiento, es decir; los de la primera legislatura.

Como saben, la primera legislatura de Rodríguez Zapatero transcurre desde 2004 a 2008. En marzo de 2008 se producen las 'margin calls' sobre los derivados inmobiliarios, Paulson y Bernanke acuerdan el rescate del banco y… bueno, todo aquello quedaba muy lejos, al otro lado del Atlántico mientras aquí había una convocatoria electoral.

Así que, el mismo marzo de 2008, el PSOE revalida victoria tras 4 años de bonanza y de buen crecimiento, lo que ve recompensado con un +2,4% sobre el resultado de las elecciones de cuatro años atrás, llegando a acariciar los 11,3 millones de votantes.

Así que, si agrupamos lo visto hasta aquí, podemos hacer un alto en el camino y afirmar que Madina explicaba a Mongolia la acepción 3 de la definición de desgastar y el gráfico de arriba evidencia la acepción 4.

En el gráfico hemos agrupado el voto recogido en las 4 elecciones que han tenido lugar desde 2008 a 2016 ordenando las provincias de mayor a menor por el porcentaje de votos recogidos por el PSOE en las primeras de las elecciones.

¿En qué podemos evidenciar la degradación? Pues que en 2008 el mayor porcentaje fue en la provincia de Sevilla con un 58,1% y el menor Murcia con un 32,9%. 8 años más tarde Jaén da el mejor resultado (37,4%), Sevilla da casi 4 puntos menos que Jaén y Lleida marca el mínimo con 12,4%.

Foto: Susana Díaz, a su llegada este 5 de abril a la sede del PSC en Barcelona. El segundo por la derecha, Joaquim Fernández. (EFE)

Pero junto a Lleida se hunde todo Cataluña y Cataluña era el sitio en el que el PSOE representaba la izquierda moderada, la socialdemocracia europea, la izquierda divina y, sobre todo, quién logró frenar al PSUC.

Pues el PSC-PSOE, el que salió victorioso de aquella guerra de desgaste, el que ha dado alcaldes y hasta dos presidentes de la Generalitat, hoy en día ha perdido el pulso de la izquierda junto a más de un millón de votos en 8 años.

Pero la situación es tan crítica en toda España que esa pérdida de más de un millón de votos en Cataluña ha hecho que, de representar un 15% del total de lo logrado por el PSOE en 2008, hoy sea un 10%. Es decir; cómo habrá tenido que ser el desgaste para que un millón de votos solo representen un descenso de 5 puntos.

Vuelvan al gráfico de arriba y miren lo cercanos que están los puntos rojos y verdes. Estos representan el logro del PSOE que comandaba Pedro Sánchez en las elecciones de 2015 y 2016 y que a nosotros nos lleva a una conclusión; el suelo del PSOE es el techo electoral de Pedro Sánchez.

Para que lo vean aislando 2008 y 2016, les hemos preparado el siguiente gráfico:

En el eje vertical está el peso de la provincia respecto al total nacional en número de votantes y, en el horizontal, la pérdida en tantos por ciento que el PSOE ha sufrido en 2016 con respecto a los resultados de 2008.

Si sacamos grandes grupos, tenemos uno bastante nutrido de provincias que se agolpan en el intervalo que va de -38% a -56%, con Valencia y Madrid incluidos. Si desde aquí tuviéramos que llevar el proyecto de desarrollo electoral del PSOE, dos ideas esenciales para plantear serían: 1, arrancar el proyecto hoy mismo y, 2, ir a esas provincias a saber qué ha pasado.

Añadir que nunca insistiremos lo suficiente en que, por fin, la política, como el deporte o las finanzas, ya no es producto de la intuición, sino de la investigación. No se eligen valores en bolsa por lo que crees saber de la empresa, sino por la evolución de las acciones y el entorno de los mercados. Ya no eliges a un jugador porque sea de apariencia más atlética que otro o destaque en su club, sino porque tiene la eficiencia (la que sea) que uno necesita para su equipo. De igual manera ya no sirve creer saber qué es lo que ha pasado o lo que “la gente” piensa ante unas elecciones; hay que conocer dónde está la sociedad y qué pasa con tus votantes.

La política, como el deporte o las finanzas, ya no es producto de la intuición, sino de la investigación. Hay que conocer qué pasa con tus votantes

De hecho, parafraseando a Fassbender en 'Steve Jobs', el concepto de gente es algo a superar. No se trata de decir qué es lo que la gente quiere sino saber qué quieren las distintas personas.

Si la ciencia avanza que es una barbaridad, la matemática electoral no lo es menos. Cierto que no se pueden aplicar remedios universales, pero tampoco puede ser café para todos (si se nos permite acudir a frases hechas o lugares comunes).

Si no están aún convencidos de ello, miren este gráfico que también describe al PSOE:

Aquí hemos unido lo perdido en el intervalo 2008 – 2016 con la dispersión sufrida en votos por cada una de las provincias y es un buen punto de partida para que el PSOE se haga preguntas respecto a su campo electoral.

A fin de cuentas, en este gráfico podemos ver, cómo la territorialidad aún unifica criterios, pero también nos muestra cómo, por ejemplo, Cataluña y lo que Iceta está llevando a cabo, implica pérdida de terreno. De hecho, la primera de ellas podría ser: ¿De verdad alguien cree que un nuevo (o nueva, o no-nuevo) secretario general del PSOE va a traer automáticamente los resultados de antes de la crisis?

Pese al nuevo escenario, el daño que el PSOE se ha infligido a sí mismo es mayor que las dosis que contiene el jarabe de la democracia interna

El PSOE está demasiado centrado hoy en los militantes, en los avales y en las formas de financiación. Pero tras la voz de los militantes tocará plantearse qué ocurre con los votantes y no estamos hablando de los mismos universos. De hecho el desgaste, la erosión, es notable.

Que sí; que un nuevo escenario, el fin del bipartidismo y demás dibujos de la realidad, pero el daño que el PSOE se ha infligido a sí mismo es mayor que las dosis que contiene el jarabe de la democracia interna y se tratará de recuperar el momento fuera de las paredes de Ferraz, de las sedes locales y de las casas del pueblo.

El PSOE, en cuanto, recupere el organigrama, deberá preguntarse dónde están aquellos que les votaban o aquellos que les pueden votar y no tanto qué es lo que quiere la militancia. Ésta es solo una pregunta válida hasta las primarias.

Desgaste: Acción y efecto de desgastar o desgastarse.
Desgastar: 1. Quitar o consumir poco a poco por el uso o el roce parte de algo. 2. Pervertir, viciar. 3. (desus). Desperdiciar o malgastar. 4. Perder fuerza, vigor o poder.

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