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Maniobras socialistas en la oscuridad
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Gonzalo López Alba

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Maniobras socialistas en la oscuridad

Las primarias abiertas para elegir candidato del PSOE en las generales no se celebrarán hasta 2015, según la hoja de ruta de los partidarios de Susana Díaz

Foto: Susana Díaz, durante una sesión de control al Gobierno andaluz. (EFE)
Susana Díaz, durante una sesión de control al Gobierno andaluz. (EFE)

Las primarias abiertas para elegir el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales no se celebrarán hasta 2015, después de los comicios municipales y autonómicos, según la hoja de ruta diseñada por los partidarios de Susana Díaz, que, mientras tanto, compatibilizaría el liderazgo nacional del partido con la presidencia de la Junta de Andalucía. Por el contrario, Eduardo Madina ha confirmado a El Confidencial que, si él resulta elegido secretario general, mantendrá el calendario aprobado y convocará ese proceso para el mes de noviembre.

A medida que se aproxima la fecha para que los candidatos al liderazgo del PSOE empiecen la recogida de avales –el viernes–, arrecian las presiones sobre los dos aspirantes con mayores posibilidades. A Díaz la presionan para que cruce el Guadalquivir y a Madina, para que deje expedito el camino para la coronación de la presidenta andaluza tras la abdicación de Alfredo Pérez Rubalcaba. Aunque haya otras candidaturas, la semana cerró con la impresión generalizada de que el 13 de julio será un duelo entre los dos, a no ser que por sorpresa surja un “mirlo blanco”.

“En una situación de normalidad, le diría a Susana que se quede en Andalucía”, asegura uno de sus valedores, para añadir a continuación que “en la situación de excepcionalidad en la que estamos, hace falta una estabilidad que sólo ella puede aportar”. No sólo se trata de que el PSOE haya perforado su suelo electoral y del cuestionamiento del bipartidismo, sino del temor del establishment socialista –que reivindica su derecho a opinar y orientar el criterio de la militancia– a que, con otro líder, el PSOE se contagie del “discurso de Podemos”, que al rebufo de su éxito europeo ha multiplicado su intención de voto. Y, con un secretario general elegido por el voto directo de los militantes, inquieta que el liderazgo derive en “cesarismo”.

Díaz también ha recibido presiones para que se quede donde está y, sobre todo, para que no improvise. Los que recelan de su marcha a Madrid quieren que, si lo hace, como todo apunta a que así ocurrirá, sea con una hoja de ruta completa: quién la sustituiría al frente del PSOE andaluz y más tarde en la presidencia de la Junta, quién la acompañaría a Madrid, cuándo se celebrarían elecciones en Andalucía… “Todo eso no se puede improvisar”, advierten. Pero dirigentes que han tenido la ocasión de hablar con la baronesa andaluza en estos días creen que no sólo ha superado sus dudas y está decidida a postularse, sino que además lo tiene todo organizado y planificado.

Técnicas de ‘aparato’

De momento, todo sigue más abierto de lo que querrían los partidarios de Díaz, que están aplicando las mismas técnicas y tácticas que los partidarios de Joaquín Almunia cuando se enfrentó en 1998 a José Borrell. Almunia recibió el apoyo de todos los barones y notables del partido, y –como pretende hacer Díaz– apabulló a su contrincante presentando su candidatura con el aval de 50.107 militantes –entonces el censo era de 382.462 afiliados y sólo se precisaban 27.000 firmas–, mientras que Borrell concurrió con el aval de tan sólo 65 miembros del Comité Federal. Contra todo pronóstico y sus propias expectativas, Borrell se impuso de forma tan aplastante que se proclamó su victoria sin que siquiera llegara a completarse el recuento de votos. Por cierto, ya entonces Almunia se declaró a favor de la elección directa del secretario general.

El tercero en discordia, el diputado madrileño Pedro Sánchez, también parece inclinado a mantener su candidatura, que no es mal vista entre los partidarios de Díaz. En opinión de éstos, puede restar votos a Madina y, si gana la presidenta andaluza, tendrá opciones para convertirse en su portavoz parlamentario, tarea que ella no podrá ejercer al no ser diputada. El candidato de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, sabe que no tiene opciones reales de ganar.

El debate sobre república o monarquía

Como a perro flaco todo son pulgas, al PSOE se le ha abierto otra vía de agua con el debate sobre república o monarquía. Aunque su militancia es mayoritariamente republicana y su electorado está dividido en dos mitades, la reclamación de algunos parlamentarios y dirigentes territoriales de que se someta a referéndum el modelo de Estado al socaire de la abdicación de Juan Carlos I resulta extemporánea por cuanto el PSOE no aprobó la fórmula republicana en su último congreso ni la incluyó en su programa electoral. Y, cuando ese planteamiento procede de parlamentarios, tiene incluso un componente fraudulento puesto que han prometido o jurado la Constitución, en la que se define el Estado español como una monarquía parlamentaria. Para la dirección del partido, se trata de posturas testimoniales y coyunturalistas que conectan con el temor a verse desbordados por ‘Podemos’ como principal referencia de la izquierda.

Cierto es que también Gómez-Llorente dijo: “Es un axioma que ningún demócrata puede negar la afirmación de que ninguna generación puede comprometer la voluntad de las generaciones sucesivas”. De modo que, seguramente, en su próximo congreso ordinario este debate se planteará a fondo y no de soslayo, como hasta ahora.

Las primarias abiertas para elegir el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales no se celebrarán hasta 2015, después de los comicios municipales y autonómicos, según la hoja de ruta diseñada por los partidarios de Susana Díaz, que, mientras tanto, compatibilizaría el liderazgo nacional del partido con la presidencia de la Junta de Andalucía. Por el contrario, Eduardo Madina ha confirmado a El Confidencial que, si él resulta elegido secretario general, mantendrá el calendario aprobado y convocará ese proceso para el mes de noviembre.

Alfredo Pérez Rubalcaba Pedro Sánchez Susana Díaz Eduardo Madina