Es noticia
¿Qué fue de Izquierda Socialista?
  1. España
  2. Interiores
Gonzalo López Alba

Interiores

Por

¿Qué fue de Izquierda Socialista?

Cuatro meses después de lograr el mayor apoyo de los militantes del PSOE desde su fundación, Izquierda Socialista pasó a estar gobernada por una gestora

Foto: José Antonio Pérez Tapias, el pasado mes de julio. (EFE)
José Antonio Pérez Tapias, el pasado mes de julio. (EFE)

Cuatro meses después de lograr el mayor apoyo de los militantes del PSOE desde su fundación por Luis Gómez Llorente, Izquierda Socialista (IS) pasó a estar gobernada por una gestora de seis miembros entre los que no figura ninguno de los que hasta ahora han sido sus referentes, y así seguirá hasta después de las elecciones de mayo. La única corriente oficial del partido –reconocida como tal desde 1983– está sumida desde noviembre en una crisis interna, precisamente cuando, ante la amenaza real de un sorpasso de Podemos, más influencia podía tener para frenar la sangría de votos que los socialistas sufren por su izquierda, el lado por el que más se escoran hacia el hundimiento.

En julio de 2014, el 15,09% de la militancia del PSOE daba su apoyo a José Antonio Pérez Tapias, el candidato presentado por IS para dirigir el partido. En el congreso extraordinario que se celebró a continuación para ratificar la elección de Pedro Sánchez como secretario general, la corriente rechazó integrarse en la Ejecutiva, pero multiplicó su representación en el Comité Federal hasta 11 miembros, escenificando el propósito de abrir su espectro para construir una auténtica “ala izquierda” con incorporaciones como la de la exministra Matilde Fernández, procedente del guerrismo, y la reconocida simpatía de José Borrell. Ese fue el objetivo que animó la candidatura de Pérez Tapias y fundamentó su rechazo a las invitaciones formuladas desde la candidatura de Eduardo Madina para agrupar fuerzas en la disputa de las primarias para la secretaría general.

Tras el éxito que representó el respaldo obtenido por Pérez Tapias, el exdiputado granadino fue elegido de manera provisional como portavoz único de la corriente en una asamblea celebrada en octubre. Pero apenas un mes después Pérez Tapias dimitía y, el 22 de noviembre, se acordaba la creación de la mencionada gestora.

Sin “cabeza visible” por luchas de poder

Miembros históricos de la corriente ponen nombre y apellidos al desencadenante de la crisis: Beatriz Talegón. Talegón adquirió notoriedad cuando, siendo secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas, censuró a sus mayores por pretender “promover la revolución desde un hotel de cinco estrellas y llegando en coches de lujo” a sus reuniones. Y, con el nuevo tiempo para el cambio generacional que se abrió en el partido tras la renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba, vio en Izquierda Socialista la posibilidad de una plataforma similar a la que, por ejemplo, han encontrado Alberto Garzón y Tania Sánchez en Izquierda Unida. Pero, con una actitud propia de outsider, chocó con una cultura de partido muy asentada en la corriente: sus posicionamientos han sido siempre críticos con las sucesivas direcciones, pero eso no impide que sus miembros sean “muy del PSOE”.

Con todo, y aunque los dardos se disparan contra Talegón, la crisis no habría estallado en la corriente si no hubiera encontrado el apoyo de uno de sus portavoces históricos, el valenciano Vicent Garcès, con el que trabó relación en Bruselas. Y no se trata de una cuestión nominal porque la Comunidad Valenciana es, junto con Madrid, uno de los principales polos de su irregular implantación territorial.

Más allá del impacto negativo que siempre tienen las crisis motivadas por luchas de poder, sus principales referentes sostienen que se trata de una situación coyuntural y que la corriente sigue viva. Y no sólo eso. Añaden que están participando activamente en los equipos que trabajan en la elaboración de los programas para los comicios de mayo e incluso en algunos territorios, como ocurre en Madrid con Juan Antonio Barrio, están presentes en sus comités de estrategia. Pero no pueden por menos de reconocer que la desaparición de una “cabeza visible” es un lastre para su proyección y que, desde la retirada de Pérez Tapias, ahora entregado a sus tareas como decano de la Facultad de Filosofía de Granada, la corriente ha perdido la “pegada” que conquistó en las primarias. “Estamos en stand-by”, reconocen.

La política de alianzas como seña de identidad

La crisis de liderazgo no se resolverá hasta después de las elecciones de mayo, cuando se convocará una asamblea en la que, probablemente, se vuelva al esquema de varios portavoces en lugar de uno solo. En términos políticos, sus principales dirigentes planean ‘resurgir’ en el Comité Federal que el PSOE celebrará en marzo para aprobar sus candidaturas y programas-marco para los comicios territoriales. Aseguran que el programa con el que se presentó la candidatura de Pérez Tapias sigue vigente y su propósito es aprovechar la reunión del máximo órgano entre congresos para decir que “seguimos aquí, donde siempre”.

Donde siempre es en trabajar para reforzar en el PSOE sus perfiles de izquierda y, en el horizonte que se avecina, la prueba de algodón será la política de alianzas. Aunque se da por descontado que en marzo no habrá un pronunciamiento oficial al respecto, IS insistirá, como anticipo de la posición que defenderá tras los comicios de mayo, en que “la política de alianzas tiene que ser hacia la izquierda, y ahí incluimos a Podemos. Izquierda Socialista celebra que la dirección encabezada por Sánchez haya dicho con rotundidad que no habrá pactos de gobierno con el PP, pero alberga dudas de que vaya a ser así a la vista del pánico que suscita Podemos.

La de Izquierda Socialista ha sido una crisis de crecimiento, pero en el peor de los momentos posibles. Las luchas internas por el poder pueden haber dilapidado una oportunidad única para consolidar su crecimiento porque a nadie se le oculta que muchos de los votos recogidos en julio por Pérez Tapias fueron no tanto la manifestación de una comunión de planteamientos como la tercera vía a la que se sumaron muchos de los que no querían como líder ni a Sánchez ni a Madina.

Cuatro meses después de lograr el mayor apoyo de los militantes del PSOE desde su fundación por Luis Gómez Llorente, Izquierda Socialista (IS) pasó a estar gobernada por una gestora de seis miembros entre los que no figura ninguno de los que hasta ahora han sido sus referentes, y así seguirá hasta después de las elecciones de mayo. La única corriente oficial del partido –reconocida como tal desde 1983– está sumida desde noviembre en una crisis interna, precisamente cuando, ante la amenaza real de un sorpasso de Podemos, más influencia podía tener para frenar la sangría de votos que los socialistas sufren por su izquierda, el lado por el que más se escoran hacia el hundimiento.

José Antonio Pérez Tapias Beatriz Talegón Pedro Sánchez