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El nuevo Nuevo Testamento socialista
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Gonzalo López Alba

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El nuevo Nuevo Testamento socialista

La competencia política con Podemos y Ciudadanos, que achican el espacio del PSOE por la izquierda y por el centro, explican la revisión de su programa

Foto: El líder del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)

'El nuevo Nuevo Testamento' ('Le tout nouveau testament') es el título de una película belga de género inclasificable y fugaz paso por la cartelera española, en que la hija de Dios, que vive en Bruselas, se revela contra su padre y a través de las redes sociales anuncia al mundo el día de su muerte, con lo que provoca que todos se planteen qué hacer con los días, los meses o los años que les quedan por vivir.

Escribir el nuevo Nuevo Testamento socialista es lo que pretende con su programa electoral el líder del nuevo PSOE, Pedro Sánchez, marcando distancias no solo con el Antiguo de Felipe González, que contiene los libros históricos, sino también con el Nuevo que encarnó José Luis Rodríguez Zapatero, impelido como está por la urgencia de actuar antes de que la socialdemocracia perezca bajo los cascotes de la aluminosis ideológica que afecta a su iglesia en toda Europa,desde que en los años setenta empezó a perder la batalla de las ideas frente al neoconservadurismo que en los ochenta pusieron en práctica Ronald Reagan y Margaret Thatcher; aunque el reloj del socialismo español nunca haya estado bien sincronizado con el del resto de Europa, pues, a contracorriente, esa década fue la de mayor brillo y éxito en la historia del PSOE.

Sánchez, como los autores del Nuevo Testamento bíblico, ha apartado los textos considerados apócrifos (falsos o que no forman parte del canon, como la Tercera Vía de Tony Blair o el Nuevo Centro de Gerard Schröder, que se dejaron seducir por la “responsabilidad individual” y la desregulación de los mercados en detrimento de la solidaridad colectiva y la intervención del Estado en la economía). Pero en su revisión de los evangelios socialistas, intenta conjugar el regreso a los viejos postulados que constituyen la esencia de su religión política con una adaptación a los nuevos tiempos, como en su momento hizo Zapatero con cierta heterodoxia, amalgamando la tercera vía con el republicanismo de Philip Pettit.

Renovarse o morir

Como ha escrito en este diario Ignacio Varela, que durante muchos años y en distintas etapas fue analista oficial del PSOE, “lo único que se ha escuchado a la socialdemocracia europea desde que estalló la crisis es una quejumbrosa protesta por las políticas de austeridad de la derecha merkeliana y una estéril añoranza del Estado del bienestar que construyeron sus ancestros [de la mano con la democracia cristiana] en el siglo pasado. Nada útil” ('El PSOE ya no es el partido que más se parece a España'). Y, además, subraya también Varela, “al PSOE le siguen pesando como una losa los cuatro primeros años de la crisis”.

El senador Ignacio Urquizu, profesor de Sociología y principal autor intelectual del apartado sobre democracia del programa electoral, ha advertido de que “los partidos socialistas, una vez pierden el Gobierno, comienzan a incrementar sus deseos de recuperarlo, y este anhelo genera movimientos ideológicos hacia la izquierda. 'La ‘vuelta a las esencias’ es el argumento más utilizado. Ante una derrota electoral, la mayor tentación de un partido político es argumentar que el descalabro se explica por haber traicionado los verdaderos valores” ('La crisis de la socialdemocracia: ¿qué crisis?').

A los recortes aplicados por Zapatero en el comienzo de la Gran Recesión se achaca desde el interior del PSOE su descalabro electoral de 2011, y las bases, y una parte de la dirigencia, hubieran querido un giro más claro a la izquierda. Pero el programa electoral es sustancialmente moderado. Es así, entre otras razones, porque el núcleo dirigente del PSOE cree que el modelo español reclama profundas reformas, pero rechaza su demolición; y también porque, hasta la fecha, nadie ha ganado unas elecciones generales en España sin el llamado 'voto de centro'.

Sánchez reescribe los evangelios socialistas intentado conjugar sus postulados históricos con un reformismo de nueva planta para adaptarse a los nuevos tiempos

Lo que ahora se plantea no es solo un retorno a las esencias por efecto reflejo de la pérdida del poder. Urquizu coincide con algunos de los principales teóricos modernos de la socialdemocracia, como Adam Przeworski y José María Maravall, en que “detrás de los cambios ideológicos de la izquierda está la competición política”. Ydesde los tiempos de la sopa de siglas de la Transición, no ha habido en España mayor competencia política que ahora, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, que achican el espacio socialista por la izquierda y por el centro. A la postre, como reconoce Urquizu, “la evolución ideológica de la socialdemocracia no deja de ser una adaptación constante a las circunstancias” y, “si los partidos socialistas han ido modificando sus propuestas políticas, es porque la realidad ha cambiado”.

La 'cuarta fase'de la socialdemocracia

Con Sánchez al timón, tras dar por superada la fase de 'resignación'que fue el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba, un fracasado ensayo de gatopardismo (cambiar todo para que nada cambie) a pesar de sus esfuerzos por renovar la letra del alfabeto socialista, el PSOE intenta recuperar su identificación con el 'reformismo', la primera etapa por la que históricamente ha pasado la izquierda desde que asumió la política parlamentaria, según el esquema dibujado por los citados Przeworski y Maravall, que llaman “remedialismo” a la fase intermedia de esa evolución.

Así las cosas, Sánchez intenta abanderar una 'cuarta fase'en la evolución ideológica del PSOE, en que la democracia, la economía, la financiación del Estado de bienestar y la lucha contra la desigualdad y la exclusión de los derrotados por la crisis aparecen como sus principales desafíos, sin desdeñar la existencia de otros tan acuciantes como el avance o muerte de la Unión Europea, la gobernanza de los fenómenos migratorios o la preservación del medio ambiente.

El regreso a “las esencias” es un clásico de la izquierda cuando pierde el poder

De todos ellos, en una perspectiva histórica, como señala Urquizu, el más importante es “el cuestionamiento de la democracia” que se vive en España y en la Unión Europea, ya que si la socialdemocracia “no es capaz de aportar soluciones al creciente vaciamiento de poder de las instituciones representativas, tendrá serias dificultades para desarrollar su proyecto político”.

La conferencia en la que el comité federal del PSOE delegó del debate y aprobación final del programa electoral se suspendió el sábado en solidaridad con las víctimas de los atentados del viernes en París y ya no se celebrará. Puesto que el terrorismo busca trastornar la normalidad sembrando el pánico para que las emociones primen sobre la racionalidad, cabe plantearse si fue una decisión acertada. Es un debate pendiente entre los demócratas.

'El nuevo Nuevo Testamento' ('Le tout nouveau testament') es el título de una película belga de género inclasificable y fugaz paso por la cartelera española, en que la hija de Dios, que vive en Bruselas, se revela contra su padre y a través de las redes sociales anuncia al mundo el día de su muerte, con lo que provoca que todos se planteen qué hacer con los días, los meses o los años que les quedan por vivir.

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