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La ruta del bacalao sibarita
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Israel García-Juez

La Feria de las Vanidades

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Israel García-Juez

La ruta del bacalao sibarita

 Llevo casi una semana publicando en El Confidencial, y quería rendir un sentido homenaje a la figura del canapero. Dícese de aquél que acude a los

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Llevo casi una semana publicando en El Confidencial, y quería rendir un sentido homenaje a la figura del canapero. Dícese de aquél que acude a los eventos en Madrid en busca de un canapé, un almuerzo gratis o la remuneración en especie que algunas firmas tienden a dar a todo aquél que va a las presentaciones. Viendo mi trabajo, alguno de ustedes puede afirmar no sin razón, que el primer canapero soy yo, pero yo acudo a los actos para después elaborar una información en un medio consolidado.  

Sin embargo, hay otros que escriben en blogs que no lee nadie, que se inventan medios y que después van al Rastro a vender los libros y artículos que dan en las presentaciones. Los organizadores los tienen perfectamente localizados. De hecho, no les invitan, pero muchos acuden para reconciliarse con la figura del Buscón de Quevedo y saben burlar con una sonrisa todas las trabas habidas y por haber. Yo les denuncio, pues flaco favor hacen a mi noble oficio, pero en el fondo de mi ser admiro su rostro pétreo y su capacidad de buscarse la vida en estos tiempos adversos. Vaya este sentido homenaje a gente como Eduardo Jáudenes de Salazar, editor de Sybaris Magazine.

Entro ya en faena para contarles que en España siempre se ha consumido mucho bacalao. De ahí el famoso dicho: te conozco bacalao aunque vengas disfrazao, una aseveración muy común entre los castellanos aburridos de comer siempre lo mismo en diferentes presentaciones. Quizá por ello el triunfo del Skrei en nuestro país no debe sorprendernos. Se trata, como lo autodefinen los noruegos, del bacalao sibarita pues por su textura y sabor permite mil combinaciones sorprendentes. Pescado de manera tradicional en el Mar de Barens (nada que ver con nuestro Mediterráneo) es un manjar a precio asequible.  

Con motivo de la llegada a la capital española del Skrei número dos millones, la Ministra de Pesca y Asuntos Costeros de Noruega celebró un happeningen el Casino de Madrid (el de la calle Alcalá no el de Torrelodones donde se pueden ver humoristas de la talla de Manolito Royo) al que no pudo acudir el ministro Miguel Arias Cañete, que sólo va a aquellas degustaciones propias de una prueba de boda. Lisbeth Berg-Hansen, que así se llama esta buena mujer, dijo que el Skrei es ideal para nuestras famosas tapas y nos aportó un nuevo enfoque sobre la belleza nórdica.

Por su parte, el embajador de Noruega en España, Johan Vibe, que no tuvo reparos en acudir con toda su familia a la presentación para que los chicos merendasen, afirmó en un perfecto noruego que el éxito de los Vikingos radicaba en que llevaban en sus barcos bacalao lo que les daba fuerza para conquistar otros pueblos y llevarse a las mozas colgadas del hombro. Hay que decir también que los actuales y fornidos marineros de aquellas tierras tienen las manos muy suaves, pues después de faenar se aplican en las extremidades cremas con fórmula noruega.  

En un acto de esta índole no podía faltar tampoco el encargado de que la esencia del bacalao noruego no se pierda. Este es Terje Martinussen, que se encarga de la Denominación de Origen y que me hizo caer en la cuenta de que el noruego hablado suena igual que aquellos que dicen estar poseídos.

Por parte de nuestras autoridades acudió Carlos Domínguez, que llegaba a los micrófonos del atril con dificultad, pero que recordó al pueblo español que ahora que estamos en Cuaresma el bacalao puede ser un magnífico sustituto de la carne y así cumplimos con los preceptos católicos.

En este aspecto ayudó mucho también el chef con estrella Michelín Paco Roncero, que hizo las delicias de los asistentes con su buena mano en la cocina y aclaró, los grandes deben trabajar siempre con productos de la temporada.

Entre el público pude ver a grandes críticas gastronómicas como Paz Ivisson y otras que iban como decíamos al principio a probar una racioncita de bacalao de gratís, con acento en la 'i'. Los embajadores, que no suelen tener mucho que hacer, son el colectivo estrella en estos actos y destacó la presencia de Lone Dencker, de Dinamarca, y Neven Pelicaric, que tiene una curiosa legación pues es el Embajador de Croacia en España y también en Cuba. Por eso le verán siempre con un habano en la boca y un sombrero de ala ancha.

Cuando estaba en plena huída del escenario del crimen, interceptó mis pasos Julio Ayesa. Me piropeó a costa de mi juventud y buena pinta y me prometió contarme cosas secretas de Corinna. A ver si es verdad.

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