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Margallo y la política en el palco del Real Madrid
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Israel García-Juez

La Feria de las Vanidades

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Israel García-Juez

Margallo y la política en el palco del Real Madrid

 Siempre se ha dicho que en el palco del Real Madrid se hacían interesantes contactos y jugosos negocios. Sólo así se entienden las luchas a muerte que

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Siempre se ha dicho que en el palco del Real Madrid se hacían interesantes contactos y jugosos negocios. Sólo así se entienden las luchas a muerte que se producen entre los candidatos a presidir el club merengue y lo que cuesta obtener un cargo que no está remunerado. Camino de 19 años de oficio, es la primera vez que escucho a un ministro, en concreto el de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, decirle a su colega marroquí, Youssef Amrani, que es una pena que el miércoles no esté en la capital para ver juntos el partido en tan privilegiado lugar. 

Además hay una cosa que no entiendo. El señor Amrani es ministro delegado ante el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de Marruecos. ¿Eso qué significa, que él reporta ante otro que sí ostenta la Cartera? Vamos a centrarnos porque todo esto se produjo con motivo del desayuno (cuando es en el Villamagna las cositas están más ricas) informativo que cada poco tiempo organiza Europa Press.  

Margallo fue el encargado de introducir al personaje, pero curiosamente de él no dijo nada más que era un buen y viejo amigo. El resto del tiempo se dedicó a decir verdades como que España en 2012 ya es el primer socio comercial de Marruecos superando a Francia (tendrá que ver la salida de Sarkozy y la llegada de Rajoy, me pregunto inquieto) y ahora hay más de 18.000 empresas patrias operando allí. También aseguró que la llamada Primavera Árabe será un proceso político pero también económico. 

Youssef es un hombre de formas exquisitas que cuando se pone nervioso habla en francés. Aprovechó el desayuno para practicar su español y soltó un extenso parlamento que a veces sonaba un poco perdido. Su palabra fuerza es ‘diálogo’ y no hay problema que no se pueda solventar. Incluso cuando un servidor de ustedes le preguntó por Ceuta y Melilla afirmó que se analiza el asunto. Margallo al tiempo dijo: sí, pero seguirán siendo españolas. Sólo le faltó darle una colleja a su colega y decirle aquello tan tópico de: niño, no juegues.  

Amrani quiere ofrecer a los empresarios españoles la posibilidad de operar en el Magreb y en todo Medio Oriente con un mercado potencial de más de 100 millones de personas. Y funcionar con la UE como si fuera un miembro más aprovechando a su vez las oportunidades que ofrece el Viejo Continente y toda Iberoamérica. Con la ayuda de Alá y de Mohamed VI, que Dios guarde muchos años, se están llevando a cabo los procesos para democratizar el país y convertirlo en un Estado plenamente moderno. Para las 40 familias españolas que están pendientes de adoptar niños marroquíes y que la Kafala les dificulta la vida, los Ministerios de Justicia de ambos países buscan una solución consensuada.  

Entre el público pude ver al teniente general, Félix Sanz Roldán, director del CNI, que va con traje para pasar desapercibido y que nadie sepa que es el jefe de los espías españoles, que los hay y muy buenos por cierto. También vi al presidente del Foro Soria XXI, Amalio de Marichalar, que le da un sentido nuevo a eso de sacar partido a los trajes. Si estamos hablando de moda masculina, siempre tendré un guiño para mi admirado Francisco de Bergia, director de Relaciones Institucionales de Telefónica.  

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, también tiene buena pinta pero se inquietó un poco con lo de Ceuta no vaya a ser que volvamos a tener que reeditar gestas bélicas como las de la Isla Perejil, debió pensar. Como ejemplo de lo que debería ser una política de Asuntos Exteriores en condiciones -opinan muchos que debería ser la misma al margen de quien sea el inquilino de la Moncloa- acudieron al acto Trinidad Jimenez, que desde que dejó el Gobierno cada vez está más guapa, y Diego López Garrido, que aunque tiene pinta de boxeador los que le conocen hablan de él como un político con mayúsculas con visión de Estado. Ahmadou Souilem, embajador de Marruecos en España, declinó la invitación a café del señor camarero y optó por el clásico té moruno. 

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Siempre se ha dicho que en el palco del Real Madrid se hacían interesantes contactos y jugosos negocios. Sólo así se entienden las luchas a muerte que se producen entre los candidatos a presidir el club merengue y lo que cuesta obtener un cargo que no está remunerado. Camino de 19 años de oficio, es la primera vez que escucho a un ministro, en concreto el de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, decirle a su colega marroquí, Youssef Amrani, que es una pena que el miércoles no esté en la capital para ver juntos el partido en tan privilegiado lugar.