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Ontiveros se pregunta para qué vale Europa
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Israel García-Juez

La Feria de las Vanidades

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Israel García-Juez

Ontiveros se pregunta para qué vale Europa

 Acudo a un acto en la sede de la representación de la Unión Europea en España, en el número 46 de lo que antes era la

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Acudo a un acto en la sede de la representación de la Unión Europea en España, en el número 46 de lo que antes era la Avenida del Generalísimo en Madrid. Quiero saber por qué demonios cada vez que el Viejo Continente tiene un problema no se resuelve rápidamente. Esta semana escuchaba al pseudoministro de AA.EE. de Marruecos, Youssef Amrani, calificar la actuación de Europa como la propia de un gran dinosaurio. 
Se presentaban los fondos estructurales para el período 2014-2020, que son aquellos destinados a que la UE en su conjunto crezca de forma armónica, y todos los eurociudadanos tengamos un nivel de infraestructuras y de coberturas sociales parecidas.  

Francisco Fonseca, director de la Representación en España, nos da las primeras indicaciones de dónde está el problema; primero habla al tiempo, de la importancia de las iniciativas, y luego dice que todas están en trámite. Si son claves, ¿por qué no se aprueban rápido? Eso es lo primero que me pregunto, y él mismo sentencia: el diablo está en los detalles. 
Continuamos para bingo. Coge el micro Miguel Ángel Cabra de Luna, consejero del Cesce, a pesar de que tienen asignados 10 minutos, dedica 20 a leernos la normativa europea, cosa que desde aquí le agradezco como portavoz de los asistentes. Hay que decir para ser estrictos que Fonseca ya se refirió a él como un criminal.  

Andrea Mairate es el representante en la Comisión Europea. Es decir, todo funcionario está duplicado pues tiene un reprentante en el país de origen, y otro en la propia Bruselas. Andrea, que demuestra lo bien que se come en la capital belga, recordó que España ha recibido desde su adhesión en 1986, más de 160.000 millones de euros, lo que equivale al PIB de Finlandia, supongo para que no caigamos en el euroescepticismo. Hablaba tan bajo que hubo que subirle el micro, y confesó que los altos funcionarios europeos cuentan con un lenguaje propio que el resto de mortales desconocemos.

José María Piñero, director general de Fondos Comunitarios, aseveró que la verdad es que en Europa, desde que se plantea una idea hasta que se aprueba pueden pasar meses, si es que finalmente se aprueba. También habló de que estos fondos estructurales no son un maná inagotable, ya que, de hecho este año sólo recibiremos 20.000 kilos y hay que ver muy bien donde se ponen, pues equivalen a un Bankia y dos cajas más, digo yo.  

María Irigoyen, que es eurodiputada, se quejó de las pocas féminas que hay en los puestos de mando de la Unión, y recordó que el año que viene habrá un miembro (o miembra no sé) más: Croacia. Lo que supondrá más gente para repartir, es decir un presupuesto un 11% menor, o lo que es igual, 117.000 que equivale a la partida de un año.

Me estaba poniendo negro: todos los intervinientes diciendo que trabajan sin bases firmes, que tardan meses en hacer las cosas, que ganan una pasta, que cualquier minucia (como Chipre) nos supone perder varios meses de mejoría, y encima los que preguntaban como Cristina Gutierrez Cortines, también europarlamentaria, competían en duración con los ponentes.  

Menos mal que habló Emilio Ontiveros, presidente de AFI y el único hombre que le dijo ‘no’ a ZP. El anterior inquilino de la Moncloa le ofreció ser Ministro de Economía y, Emilio le dijio “OK, pero la política económica la hago yo, presidente”. No se volvió a saber de su candidatura y surgió la rubia Elena Salgado.  Quien lo hizo muy bien: nada le gustaba más a Zapatero que la gente obediente.

El Catedrático de la UAM habló de que EEUU está peor pero da más garantías al mercado por todo lo que se ha dicho anteriormente. Que Japón tiene la mitad de paro que Europa, pero ha puesto en marcha un plan de infraestructuras para estimular su economía y, que, mientras nos dedicamos en Europa a zarandajas varias, nos olvidamos de que lo que hay que hacer es invertir en crecimiento de todo tipo inclusivo y sostenible con un ojo puesto en los jóvenes. 

Lo demás -se traslucía de sus palabras- es tener a un montón de gente estabulada en Bruselas, el lugar donde más lobbies se concentran de todo el mundo, viviendo de la sopa boba y justificando unos elevados sueldos.   
El único peligro que acecha a estos altos funcionarios es que, según las estadísticas, la capital belga es tan aburrida, que es la ciudad que más suicidios registra de toda Europa.

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Acudo a un acto en la sede de la representación de la Unión Europea en España, en el número 46 de lo que antes era la Avenida del Generalísimo en Madrid. Quiero saber por qué demonios cada vez que el Viejo Continente tiene un problema no se resuelve rápidamente. Esta semana escuchaba al pseudoministro de AA.EE. de Marruecos, Youssef Amrani, calificar la actuación de Europa como la propia de un gran dinosaurio. 
Se presentaban los fondos estructurales para el período 2014-2020, que son aquellos destinados a que la UE en su conjunto crezca de forma armónica, y todos los eurociudadanos tengamos un nivel de infraestructuras y de coberturas sociales parecidas.