¿Quiere comprar la casa de un Nobel? Tendrá que pedir permiso para alicatar los baños

“Vivienda unifamiliar de 3 plantas. Superficie construida en 630 metros cuadrados. La estructura del edificio es metálica, incluso las viguetas de los forjados. Las fachadas son de muro de fábrica de ladrillo macizo. La cubierta inclinada a cuatro aguas es de estructura de madera. El arbolado existente, un cedro de gran valor, se encuentra protegido. La edificación no se encuentra protegida”. Es cuestión de días que este anuncio de Idealista tenga que ser corregido. Quedan suspendidas aquellas actuaciones “que afecten al bien” y “tendrá que ser la Consejería de Cultura y Turismo la que pueda autorizar obras que no perjudiquen la integridad y los valores”.

Queda bajo el manto de la ley madrileña de Patrimonio Histórico. El precio sigue en los 4,7 millones de euros. La casa de Velintonia 3, actualmente Vicente Aleixandre 3 y 5, fue lugar de encuentro de poetas de la generación del 27, del 36, y de los 50. Ahora será declarada Bien de Interés Patrimonial. La humedad, el silencio y el abandono corren más que la burocracia, pero el Gobierno central y el autonómico han decidido ganar a la ruina, o al menos intentarlo. Poner a salvo las varias memorias que cobijan esas paredes y la sombra de ese cedro, lo único protegido hasta ahora. Las conversaciones con Gerardo Diego, Hierro, Neruda, Hernández... y Lorca al piano. El plan de Carmena para proceder a una expropiación como se hizo con la casa de Peironcelly 10, inmortalizada por Robert Capa, nunca se materializó. Quizá la iconografía de la Guerra Civil tiene más fuerza, para algunos, que el testimonio del “exilio interior”. Aleixandre en el 77 consiguió el Nobel por la “gran renovación, en la época de entreguerras, de las tradiciones de la poesía española”, en el 49 el "Francisco Franco" y en el 50 fue nombrado Académico.

Esta vez la cosa va en serio. En unos días el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, el BOCM, publicará la resolución para iniciar el proceso de declaración como BIP y antes de seis meses será una realidad. A la espera de saber si se convertirá en una “Casa de la poesía” abierta a todos, como fue la casa del poeta y premio Nobel, obtendrá el segundo grado de protección. Será cuestión de tiempo y entendimiento que el inmueble sea adquirido por la Administración, una o varias, porque en el mercado libre no ha tenido éxito alguno y ahora, con las limitaciones y compromisos que supone la declaración BIP, parece difícil que el capital privado se haga con la casa. Sería además frustrante para quienes han peleado por abrir puertas y ventanas de un espacio que se ha ventilado poco desde 1984, pero que cuando lo ha hecho ha sido una bocanada de poesía y libertad. Esta vez la maquinaria se ha puesto en marcha.

Se reconoce el valor simbólico de la casa por haber sido el lugar de su producción literaria

Primero, el Informe de la Dirección General de Bellas Artes, uno de los últimos firmados por María Dolores Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, antes de dimitir por discrepancias con Iceta y la salida de piezas de los museos nacionales, reconoce el “valor histórico y cultural” de esta casa. Porque como ya determinó el Superior de Justicia con el Teatro Albéniz, “los arquitectónicos no son los únicos relevantes a efectos de protección de un inmueble”. Por eso informa a la Consejería madrileña de la “necesidad” de declarar Bien de Interés Patrimonial el inmueble. Es lo que ha hecho el departamento de Marta Rivera de la Cruz. Cuando se publique la resolución, habrá un mes de información pública, además hay que pedir informes a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Real Academia de la Historia y notificarlo al Registro General de bienes de interés Cultural del Ministerio y de la comunidad. En la resolución reconoce que es uno de los pocos elementos de la Colonia Metropolitana pero destaca especialmente el “valor simbólico de la casa por haber sido escenario de la vida y lugar de producción literaria” además de “centro de reunión de los amigos del poeta” del 27 a los novísimos y más allá. “Todo ello convierte a la casa de la calle Velintonia en un inmueble significativo de la historia de la literatura española del siglo XX, pero también de la literatura universal”. Ahora solo queda saber qué va a ser de este inmueble en el futuro y quizá tenga que ver con la percepción que cada uno tiene de cuestiones como la memoria, la libertad y la poesía. Ahora está en manos de la política.