Los restos del cinturón rojo en la costa marrón: un dolor de cabeza para Lobato

El líder de los socialistas madrileños no considera que esta condena sea corrupción y esquiva los escándalos que llegan desde el sur. A finales de mes pasa por el juzgado todo el equipo de gobierno de Móstoles. El pensamiento político en su capítulo excusas para no levantar el culo del sillón, la suela de la moqueta o dejar el bastón está vivo, muy vivo, en constante evolución. Al tronco clásico “el dinero público no es de nadie” le ha salido una rama en Alcorcón de lo más florida.

La alcaldesa, condenada a cinco años de inhabilitación para administrar bienes ajenos de titularidad pública o privada, ha dado los primeros pasos para aprobar unos presupuestos de más de 180 millones de euros… ¿Mejor ejemplo de bien público que un presupuesto municipal? Nada, nada… ese dinero no es, efectivamente, de nadie. El Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid considera a Natalia de Andrés “responsable, subsidiariamente, de llevar a la insolvencia a la Empresa municipal de gestión inmobiliaria de Alcorcón (EMGIASA)”, aprecia el juez “graves y constantes irregularidades contables reiteradas en tres ejercicios”.

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Resulta escandaloso que hubiera hasta reparto de dividendos porque los libros de cuentas eran un poema dadaísta. La sentencia también apunta al Ayuntamiento si hay que devolver dinero a los acreedores, concretamente tendrá que hacerse cargo del 25%, pero Podemos, que gobierna en coalición, sigue en la conga y no dice ni mú. La oposición, PP y Vox, han pedido para el lunes un pleno extraordinario con dos puntos del orden del día, según la portavoz popular Ana Gómez, “dar cuenta de la sentencia y una moción con la petición de dimisión de la alcaldesa y el cese de dos eventuales que también han sido inhabilitados”.

De momento, Natalia de Andrés, responde que no va a dimitir y que va a recurrir. Hubo un tiempo en el que se quería fijar por ley el momento en el que un cargo público tenía que dejarlo. Se especulaba con la imputación, con la apertura de juicio oral, con la condena. Ahora esas cosas, como la transparencia, han dejado de ser esenciales para la calidad democrática. Luego nos extrañamos del tufo. En el caso de Alcorcón nos dicen que las decisiones se tomarán cuando la “sentencia sea firme”. Pero eso ya será inapelable y lo firmará un juez, no depende de la alcaldesa.

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El recién estrenado líder del socialismo madrileño no quiere líos, de Andrés iba en las primarias con el otro candidato y eso siempre deja rozaduras, por eso Lobato se ha agarrado al clavo ardiendo de que tiene derecho a recurrir, que es una obviedad, y que si no prospera “asumirá consecuencias”, otra. ¡Ah! Y que lo va a analizar. También llevó al comité de ética la imputación de todo el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Móstoles y todavía no sabemos nada de lo que ha concluido. Es curioso como en una entrevista en la SER trataba de justificar que esto de gestionar hasta la ruina una empresa pública con reparto de dividendos incluido no es corrupción porque es de un juzgado mercantil. Mérito en el alambique de los argumentos.

Eso no será corrupción sino que Robin Hood vivía en el Ayuntamiento

Como dice un fontanero de esos que han visto todas las cañerías de los partidos: “Está el PSOE de Madrid que parece el PP de antes pero claro Boadilla no es Alcorcón aunque el albondiguilla vaya a ser condenado”. En unos días, 16 y 28 de febrero, los miembros del equipo de gobierno de Móstoles irán desfilando por el juzgado como investigados por perdonar impuestos a una ITV, dinero que efectivamente “no será de nadie” porque nunca llegó a las arcas municipales. Pero eso no será corrupción sino que Robin Hood vivía en el Ayuntamiento.

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Agencias

Esto solo es atribuible a la clásica permisividad madrileña o a que han adaptado mal las varas al sistema métrico de las responsabilidades políticas porque a García Albiol le montaron una moción tras aparecer en los Papeles de Pandora por tener un poder para una sociedad en Belice. El ex alcalde no tuvo que esperar al recurso porque no hubo, tampoco investigación ni imputación ni juicio ni condena, solo escándalo, portadas, matraca y el espantajo de la “mujer del césar”. La gran habilidad política en estos lances del socialismo madrileño del ex cinturón rojo es la discreción. La suerte, que enfrente el PP está a codazos entre Génova y Sol por determinar quién y cuándo se pone Ayuso a mandar en el partido.