"Vente pa' Madrid", Ayuso volverá a enfadar al resto de comunidades autónomas

Aquella declaración de Ayuso de “Madrid es España dentro de España” en la ya lejana cumbre de las banderas junto a Pedro Sánchez tenía un sustrato de acción política. No sé si voluntario o dejado al azar, pero ahí está. El PP ya no necesita un “think tank” que le cante por donde va la vereda de la derecha con ramalazo liberal, basta con seguir lo que hacen en la Puerta del Sol.

El episodio de judicializar el reparto de una parte ínfima de los fondos europeos, 9 millones de casi 200.000, ha sido una prueba y eso que después del ruido algunos gobiernos populares se han dado cuenta de que era la alpargata de Brian (el de los Monty Python). El caso es que la Consejería de Lasquetty está amojonando el terreno en materia fiscal y económica, ¡porque volverá a ser la economía, estúpidos! Así que hoy ha llevado a la reunión del Consejo de Gobierno la Ley de Mercado Abierto, que es la versión empresarial del “vente pa' Madrid” de los Ketama y la norma autonómica de complemento y desarrollo de la Ley de Unidad de Mercado de Rajoy que nació en el estrés de la crisis y ha crecido mal.

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I. S. C.

¿Que usted tiene un aserradero en Quintanar de la Sierra?, pues se puede instalar en Getafe sin solicitar permisos o licencias que ya tenga en Burgos. Cualquier entidad establecida en cualquier punto de España podrá hacerlo en la Comunidad de Madrid sin más papeleo. Esto también vale para la circulación de productos y para el reconocimiento automático de licencias para operar en la región. Además, se suprimirá la regulación propia en aquellos casos en los que los requisitos de acceso a la actividad sean mayores en Madrid que en otras autonomías. Aquí se podrá pasar con la nota más baja.

Esta nueva ley supondrá un aumento del PIB de más de punto y medio en unos años

Este desalambre normativo, que va a escocer en otras comunidades y que seguro aparece en la campaña electoral de Castilla y León con ese nuevo “Madrid nos roba” que esbozó el candidato Tudanca con algo de pudor, tiene unas cuentas generosas para la región. El cálculo del Gobierno madrileño señala que esta nueva ley supondrá un aumento del PIB de más de punto y medio en unos años y 50.000 nuevos puestos de trabajo. Se dice el cuánto pero no el cuándo.

Madrid pasa a la acción ante las continuas alertas de los efectos negativos de la fragmentación del mercado nacional, eso de las 17 regulaciones, que con mayor o menor virulencia vienen señalando la Comisión Europea, el FMI, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia o el día a día de operadores económicos nacionales a los que les resulta más sencillo exportar a Polonia que instalarse en Extremadura.

El Gobierno de Madrid deja esta Ley de Mercado Abierto empaquetada con destino a la Asamblea de Madrid y la Consejería de Economía se apunta el segundo proyecto de ley del año después del blindaje fiscal para evitar la subida de impuestos con el truco de la armonización. Así es como una ley que tendría que ser de ámbito nacional se convierte, como tantas, en materia autonómica con la correspondiente batalla normativa y política. Esto de atraer empresas de fuera no es nuevo, Cifuentes lo intentó con el Brexit y se lo encargó a Daniel Lacalle. Esta vez es Lasquetty el que tiene que marcar las muescas en el cinturón. Los que quieran buscar en esto una subtrama de las cosas de Sol y Génova vayan circulando que aquí no es y no hay.