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El extraño caso de Pacheco encarcelado
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Javier Caraballo

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El extraño caso de Pacheco encarcelado

Desde que ingresó en prisión se le han venido denegando todos los permisos, algo que desde su entorno consideran "incomprensible"

Foto: El exalcalde de Jerez de la Frontera (Cádiz) Pedro Pacheco a su llegada a su domicilio en su primer permiso penitenciario. (EFE)
El exalcalde de Jerez de la Frontera (Cádiz) Pedro Pacheco a su llegada a su domicilio en su primer permiso penitenciario. (EFE)

Hace tres semanas que Pedro Pacheco ha comenzado a respirar tranquilo. Quienes lo tratan, quienes lo visitan, quienes se interesan por él en el penal de El Puerto de Santa María, en el que está preso desde el 24 de octubre de 2014, dicen que a finales del pasado año creyó tocar fondo. En una inspección rutinaria de su celda, encontraron un par de libros de más y un crucifijo de madera que no estaba autorizado, con lo que de forma inmediata perdió su condición de preso del módulo de respeto y lo mandaron al régimen común, donde la vida de un recluso es más ingrata todavía. Pero, y todo eso, ¿por qué? Nadie putea a un preso por un par de libros… ¿Qué tiene de especial la condena de Pedro Pacheco en comparación con la de otros políticos implicados en casos de corrupción? Ni siquiera hace falta comparar su situación con la de Iñaki Urdangarín, que sigue viviendo en Suiza tras una condena de seis años por el caso Noos, sino con el ingreso en prisión, casi al mismo tiempo que Pacheco, del abogado José María del Nido, que participó en el saqueo de Marbella y lleva ya meses en libertad. ¿Qué ocurre? Este es el extraño caso de Pedro Pacheco encarcelado.

El incidente carcelario del que se hablaba antes, y que le supuso tocar fondo, sucedió en noviembre pasado. En una inspección rutinaria, el funcionario de prisiones encontró en la celda de Pacheco algunas anomalías: un libro de la Revolución Rusa, un diccionario de francés/español y otro de castellano. Tres libros que si se sumaban a los que ya tenía en el estante sumaban ocho, y sólo estaban permitidos cinco. Infracción. Además, en la pared había un crucifijo de madera colgado. “Le tengo especial cariño, porque me lo regaló un preso hace dos años y siempre lo llevo conmigo”, explicó Pacheco. Infracción, puede ser un arma punzante. Además, en el recuento de almohadas también se encontró una de más. Infracción y traslado al régimen común. “Si va contra la normativa y el preso no tiene un permiso, hay que llevárselo. Los funcionarios de prisiones no retiran nada por capricho”, explicaron luego en la prisión.

Desde que ingresó en prisión se le han denegado sistemáticamente todos los permisos carcelarios que solicitaba por "especial peligrosidad"

Tras aquella incidencia, que acabó provocando algunas protestas, las cosas han comenzado a normalizarse y ya hasta se le han concedido permisos para salir de prisión -18 días cada seis meses- acaso porque en el propio Defensor del Pueblo andaluz comenzó a interesarse por lo sucedido. Se iniciaron algunas indagaciones y, al hacerlo, comprobaron que a Pedro Pacheco, desde que ingresó en prisión se le han venido denegando sistemáticamente todos los permisos carcelarios que solicitaba “porque los jueces consideran que se trata de un elemento de especial peligrosidad”, sostienen en su entorno. “Es incomprensible –añaden- porque Pedro Pacheco tiene ya 67 años, está más que jubilado y apartado de la política, y nunca ha sido condenado por apropiación de dinero, a diferencia de otros condenados por corrupción política que, sin embargo, reciben un trato distinto”.

Ciertamente, los casos que han llevado a Pacheco a la cárcel son relativamente menores, en relación con otros escándalos de la política. El más relevante, el que le llevó a la cárcel, fue el denominado ‘caso asesores’: la contratación irregular de dos asesores en el Ayuntamiento de Jerez. La Audiencia de Cádiz lo condenó a cuatro años y medio de cárcel y, cuando recurrió la sentencia al Tribunal Supremo, con lo que se encontró fue que no sólo no le rebajaron la pena sino que la endurecieron más: cinco años y medio de cárcel. “Nadie se lo explica –dicen los suyos- y los abogados a los que hemos recurrido dicen que nunca han visto algo igual, tan ejemplarizante quiso ser el Tribunal Supremo que en la propia sentencia decían literalmente ‘causa contra Pedro Pacheco y dos más’, como si el único que les importase fuera Pedro Pacheco”.

placeholder Pedro Pacheco ante la Audiencia Provincial de Cádiz. (EFE)
Pedro Pacheco ante la Audiencia Provincial de Cádiz. (EFE)

Con posterioridad a esa sentencia, después le llegó otra condena por haber otorgado una subvención de forma irregular a la Hermandad del Rocío de Jerez, para unas obras en la aldea almonteña: un año y medio de cárcel; otra condena similar por obras también adjudicadas indebidamente en la estación de autobuses y una cuarta por los mismos motivos en la construcción de unas rotondas en Jerez, la ciudad en la que fue alcalde hegemónico durante decenios con un talante arrollador, autoritario y muchas veces despótico que, como le sucede a tantos gobernantes, les acaba generando una sensación de impunidad que les conduce al banquillo. “Con independencia de que Pedro Pacheco se equivocara, que eso nadie lo discute, lo que es evidente es que parece que la Justicia lo estaba esperando desde hacía treinta años y, cuando el Supremo dictó aquella sentencia tan dura parece que sentó jurisprudencia para que se le aplicara en todo momento”, dicen en su entorno. Incluso han salido en defensa de Pacheco algunos de sus mayores rivales políticos en la provincia, como el senador socialista Francisco González Cabaña: "Queremos que el Gobierno explique el extremismo en la aplicación de las medidas penitenciarias a Pedro Pacheco”.

En España se cometen atropellos continuos contra las decisiones judiciales cuando se comparan sentencias y casos prescindiendo de los detalles, muchas veces esenciales, pero es verdad que en el caso de Pacheco existen algunos agravios comparativos difíciles de explicar. No sólo porque no se le haya permitido salir de la cárcel ni un solo día durante tres años, cuando muchas veces se aplica el tercer grado a partir del cumplimiento de los tres cuartos de condena, sino porque en la misma Andalucía se ha absuelto hace poco a un consejero del Gobierno andaluz por unos hechos idénticos: la contratación de una persona para un cargo que nunca ejerció. Es el famoso caso del militante del PSOE de Málaga al que, para darle un sueldo a cargo del erario público, lo nombraron director general de Flamenco y en ese puesto estuvo durante tres años cobrando hasta que un día lo llamaron los periodistas y resultó que ni él mismo sabía que ocupaba ese puesto. En tres años, aquel tipo jamás pisó el despacho. Sin embargo, en este caso los implicados han quedado absueltos porque el tribunal correspondiente, en contra incluso del criterio de la Fiscalía, no ha encontrado más que errores administrativos menores. Serán casos distintos, obviamente, pero los hechos son idénticos y, en toda España, se pondrán encontrar similitudes. De ahí la extrañeza y, sobre todo, la necesidad de que se aclare lo sucedido porque lo peor que puede ocurrir es que, al cabo de los años, el propio paso por la cárcel de Pedro Pacheco acabe confirmándole a algunos aquella boutade de que en España “la Justicia es un cachondeo”.

Hace tres semanas que Pedro Pacheco ha comenzado a respirar tranquilo. Quienes lo tratan, quienes lo visitan, quienes se interesan por él en el penal de El Puerto de Santa María, en el que está preso desde el 24 de octubre de 2014, dicen que a finales del pasado año creyó tocar fondo. En una inspección rutinaria de su celda, encontraron un par de libros de más y un crucifijo de madera que no estaba autorizado, con lo que de forma inmediata perdió su condición de preso del módulo de respeto y lo mandaron al régimen común, donde la vida de un recluso es más ingrata todavía. Pero, y todo eso, ¿por qué? Nadie putea a un preso por un par de libros… ¿Qué tiene de especial la condena de Pedro Pacheco en comparación con la de otros políticos implicados en casos de corrupción? Ni siquiera hace falta comparar su situación con la de Iñaki Urdangarín, que sigue viviendo en Suiza tras una condena de seis años por el caso Noos, sino con el ingreso en prisión, casi al mismo tiempo que Pacheco, del abogado José María del Nido, que participó en el saqueo de Marbella y lleva ya meses en libertad. ¿Qué ocurre? Este es el extraño caso de Pedro Pacheco encarcelado.

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