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'Hackers', Ábalos vuelve a engañar
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Javier Caraballo

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'Hackers', Ábalos vuelve a engañar

El respeto a la verdad. Eso es lo que convierte en grave la última trola del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos

Foto: El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)
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Hay algo filosófico en el concepto de verdad y mentira del ministro José Luis Ábalos; lo suyo va más allá de esta tendencia al engaño que anida en el poder, y en la política, desde tiempos remotos. ¿Aristóteles? ¿Nietzsche? Probablemente, pero lo que nadie discutirá es que lo de Ábalos es otra cosa, por la alegre desconsideración que tiene al rigor, a la veracidad, y por la templada facilidad con que acumula trolas sin inmutarse. No ha hecho más que empezar el curso político y ya ha colado otra: un falso 'hacker' en su ministerio para eludir un problema mayor de responsabilidades entre sus asesores.

Se trata, es verdad, de una cuestión menor, pero si nos tomamos en serio la cosa pública, ninguna mentira debe ser pasada por alto y, mucho menos, el uso del engaño o la ocultación como forma de hacer política en el Gobierno. Quiere decirse que nunca debemos renunciar al ideal de que la mentira sea castigada en política con la máxima contundencia, que no debemos plegarnos a esa indulgencia española hacia el pícaro. En otros países, en otras culturas, los engaños en política se pagan y los responsables públicos dimiten en cuanto son descubiertos en un engaño o un abuso: en Irlanda, acaba de dimitir el ministro de Agricultura por haber asistido a una cena en un club de golf en la que había, repartidas en dos salas, 80 personas, cuando la limitación por las medidas contra la pandemia en ese país es de 50 personas. Pero es que ese ministro había sustituido en julio a otro que también dimitió porque había ocultado que en 2016 lo multó la policía por conducir con más alcohol del permitido. ¿Por qué vamos a renunciar los españoles, que estamos tan lejos de eso, a la esperanza de que, al menos, un cargo público no le pierda el respeto a la verdad?

El respeto a la verdad. Eso es lo que convierte en grave la última trola del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, un departamento tan rimbombante en los títulos como rudimentario en los procedimientos. La engañifa, que ha pasado casi desapercibida, se produjo el pasado sábado, cuando en las redes sociales de ese ministerio se publicó un mensaje impropio de un Gobierno, pero habitual en esos espacios que muchos utilizan como basurero. En pleno incendio de la sierra de Huelva, el ministerio de Ábalos puso el siguiente mensaje contra el presidente de la Junta de Andalucía: “Ha tardado varios días en aparecer. ¿Dónde ha estado metido Juanma Moreno mientras ardía Huelva? ¿De vacaciones con su superpresi o tratándose de cosas inconfesables?”.

Cuando la polémica comenzaba a inflarse, el propio ministerio borró ese mensaje y ofreció una explicación de lo sucedido: “Hoy, nuestra cuenta de Twitter ha sido víctima de 'hackeo'. Maliciosamente, alguien ha hecho un uso fraudulento para causar daño a la imagen del Ministerio de Transportes. Procederemos a hacer las investigaciones pertinentes y pedimos al presidente Juanma Moreno nuestras más sinceras disculpas”. Un despropósito se quiere tapar con un engaño y, encima, se pretende hacer pasar por víctima al farsante. Eso es lo que convierte en grotesco esta historia ínfima; igual que ocurrió, en febrero pasado, con el chusco episodio de la vicepresidenta de Venezuela, que fue engordando exponencialmente hasta que la alarma sanitaria de la pandemia lo borró todo de la agenda política.

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Aunque no existe constancia de que el autor del mensaje haya sido uno de los miembros del propio gabinete del ministro, alguien del equipo encargado de las redes sociales, es evidente que no se trata de un 'hacker', como supieron deducir al instante los propios tuiteros: ni el 'hacker' más imbécil de la tierra se molesta en intervenir una cuenta oficial para cargar contra los adversarios políticos del 'hackeado'. Lo normal en un 'hacker' es que se burle, se mofe, de la persona a la que dirige sus ataques, no de sus rivales políticos, como sí hacen, en sus cuentas privadas, algunos de los asesores del ministro.

Tiene tan poco sentido que sea un 'hacker' como que, al mismo tiempo que el mensaje contra el presidente de la Junta de Andalucía, el ministerio también compartiera un mensaje de la cuenta oficial del PSOE, en la que se difundía una entrevista con el ministro de Cultura. ¿Qué 'hacker' quiere dañar la imagen de Ábalos compartiendo ‘maliciosamente’ la entrevista de uno de sus compañeros de Gobierno? No, está claro, no ha habido 'hacker', porque los ataques informáticos contra las instituciones, como ha ocurrido en varios ministerios, lo que buscan es información y datos confidenciales o, simplemente, dinero, contante y sonante, para lo que bloquean los dispositivos electrónicos de sus víctimas. El 'hacker' de Ábalos se lo ha inventado Ábalos aprovechando que el Centro Nacional de Inteligencia está investigando los ataques a móviles de varios ministros y altos cargos de la Administración del Estado.

Foto: La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. (EFE)
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En el mensaje del Ministerio de Transportes en el que se da cuenta de que sus redes sociales han sido atacadas por un 'hacker', hay cuatro frases, y cada una de ellas contiene un engaño. El ministro Ábalos no ha sido “víctima” de un ataque y nadie pretendía “causar daño a la imagen” de su ministerio. No es verdad que vayan a abrir “las investigaciones pertinentes” y tampoco son ciertas las “sinceras disculpas” al presidente de la Junta de Andalucía. Todo es una simulación para evitar que le puedan exigir explicaciones y que, al final, se vea obligado a destituir a alguno de sus asesores y activistas.

Después de lo ocurrido con el caso Delcy, en el que acumuló hasta cuatro versiones distintas, todas ellas cargadas de contradicciones, a lo que nos lleva este episodio menor del 'hacker' inventado es a preguntarnos cuándo debemos creer al ministro Ábalos, si se le pillan engaños tanto en los asuntos de gran relevancia como en los de escasa trascendencia. Lo que decía Nietzsche es que el lenguaje es un conjunto de metáforas, que con las palabras nunca se llega a la verdad. Debe ser que Ábalos, tan curtido en engaños, le ha encontrado una justificación filosófica a lo suyo.

Hay algo filosófico en el concepto de verdad y mentira del ministro José Luis Ábalos; lo suyo va más allá de esta tendencia al engaño que anida en el poder, y en la política, desde tiempos remotos. ¿Aristóteles? ¿Nietzsche? Probablemente, pero lo que nadie discutirá es que lo de Ábalos es otra cosa, por la alegre desconsideración que tiene al rigor, a la veracidad, y por la templada facilidad con que acumula trolas sin inmutarse. No ha hecho más que empezar el curso político y ya ha colado otra: un falso 'hacker' en su ministerio para eludir un problema mayor de responsabilidades entre sus asesores.

Hackers José Luis Ábalos Anida Huelva