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El poder judicial no aguanta más
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Javier Caraballo

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El poder judicial no aguanta más

La única solución a medio plazo que existe es la reforma de la elección de los vocales del CGPJ para que sean los jueces y magistrados quienes elijan a sus representantes

Foto: Pedro Sánchez. (EFE)
Pedro Sánchez. (EFE)

Vale que no tiene mucha relevancia recordarlo, por lo mucho que el personaje, Pedro Sánchez, se desmiente a sí mismo, pero lo dijo con todas las letras, en varias entrevistas: “Hay que despolitizar el órgano de gobierno de los jueces y que sea independiente. He propuesto al Partido Popular que los partidos dejemos de proponer candidatos (…) Yo estoy dispuesto, porque creo que ha sido al Partido Socialista a quien han hecho más daño estas comodidades del bipartidismo”. Era el Pedro Sánchez de 2014, a cuatro años de llegar al poder en la Moncloa, cuando Mariano Rajoy era el presidente del Gobierno.

Es verdad, como queda dicho, que no tiene demasiado valor recuperar contradicciones en el líder socialista porque Pedro Sánchez no resiste el más leve polígrafo de hemeroteca, que es un eficaz detector de mentiras en política, pero en este caso merece la pena recordarlas porque es el Poder Judicial en España el que no aguanta más este bochorno y esta precariedad. Y la única solución a medio plazo que existe es la reforma de la elección de los vocales del CGPJ para que sean los jueces y magistrados quienes elijan a sus representantes y, a partir de ahí, confiar en una progresiva dignificación de la Justicia en España, sometida en la actualidad a toda clase de vejaciones.

Foto: El presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey Felipe VI, en un acto. (EFE)

La distorsión principal de la renovación del Consejo General del Poder Judicial es que, en la mayoría de las ocasiones, se analiza y se interpreta como un problema político, de negociación y pactos entre los partidos mayoritarios, socialistas y populares, sin darnos cuenta de que con ese enfoque estamos participando del juego de intereses del poder, sin atender a las verdaderas reclamaciones de la Justicia en España. Por eso debemos cambiar la mirada y contemplar el bloqueo de la renovación de la cúpula del poder judicial como una inaceptable negligencia para resolver los graves problemas de la Justicia, entre los que, por cierto, no figura la independencia de los casi 5.500 jueces y magistrados que hay en España.

El hecho de que, desde el principio de la democracia, se haya sustraído de los profesionales la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, en contra del espíritu de la Constitución, no afecta a la independencia de los profesionales, por mucho que sea evidente la politización del órgano de gobierno de todos ellos. Dicho de otra forma, se traslada, de forma disparatada, la sensación de que la independencia de todos los jueces y magistrados depende de la elección del consejo cuando en realidad lo que está en juego son los medios con que cuentan los tribunales españoles para impartir justicia. Por eso es necesario un CGPJ menos dócil, menos maniatado políticamente a los otros poderes del Estado, para que sea más exigente, más combativo, dentro de las funciones limitadas que tiene, que van desde el nombramiento de magistrados del Tribunal Supremo hasta la inspección de los tribunales, pasando por el régimen disciplinario de jueces y magistrados.

Lo que no aguanta más de la Justicia en España es el colapso exponencial de los asuntos judiciales. Lo que debería convertirse en un escándalo político es que el órgano de gobierno de los jueces lleve dos años bloqueado, sin renovación y con sus funciones limitadas tras la última reforma, mientras que aumenta el retraso en los procesos judiciales hasta límites inconcebibles, inadmisibles. El colapso que ya existía, y que ha ido creciendo exponencialmente durante todo el periodo democrático, se ha incrementado hasta la asfixia por el parón de la pandemia. Pongamos el ejemplo más sencillo y, a la vez, más lacerante; no es necesario recurrir a las grandes cifras, aunque son apabullantes, ni al retraso de años y años en grandes macrocausas.

Pensemos en un simple trabajador, despedido de su empresa de forma irregular, que se va a los tribunales a reclamar un despido improcedente o un impago: tendrá que esperar al menos tres o cuatro años para que se fije la fecha de su juicio. En un mercado laboral como el español, con la elevada tasa de paro que tenemos, solo hacía falta que no exista ni celeridad en la Justicia para pisotear más al personal. El Consejo General del Poder Judicial no es quien elabora los presupuestos de la Justicia, porque eso depende del Gobierno de España y, dependiendo de las competencias adquiridas, de las comunidades autónomas, pero sí tendría que constituirse en el principal portavoz de las injusticias que se padecen en España, que padecen los españoles, por la falta de medios y recursos en los tribunales.

Foto: Foto: iStock.

Cuando Pedro Sánchez se mostró partidario de acabar con el dedazo político en la elección de los vocales del CGPJ, desveló, asimismo, que en Podemos eran partidarios de lo contrario y que, cuando hablaba de estas cosas con Pablo Iglesias, este le decía: “Pues yo creo que es más importante controlar a jueces y fiscales”. Era la época en la que Pedro Sánchez decía que no podría dormir si gobernase con Podemos… En fin, que cuando, pasados los años, se constituyó el actual Gobierno de coalición, siempre se interpretó que era Pablo Iglesias quien frenaba una reforma ‘constitucional’ para la elección de los vocales del CGPJ. Ahora que Pablo Iglesias no está en el Gabinete, Pedro Sánchez debería volver sobre sus palabras de hace siete años y abandonar, como él mismo decía, esas “comodidades del bipartidismo”, que en realidad son los vicios adquiridos que acabaron con el bipartidismo que ahora vuelve de nuevo.

En cuanto al Partido Popular, copartícipe del bloqueo actual, hace bien en anteponer todo acuerdo a "una inminente reforma que permita que los miembros del Poder Judicial sean elegidos directamente por los jueces; eso es lo que pide Europa y eso es lo que está pidiendo el PP", como sostiene el secretario de Justicia popular, Enrique López. Pero que sea verdad, porque tampoco el PP está falto de contradicciones e incumplimientos en esto. Para que podamos creernos la sinceridad de esa propuesta, ese mismo Partido Popular tendrá que abandonar su estrategia actual de ‘acoso y derribo’ del Gobierno de Pedro Sánchez, como si ya estuviésemos en campaña electoral. Una vez más se olvidan del interés general y de que es el poder judicial en España, la Justicia, quien ya no aguanta más.

Vale que no tiene mucha relevancia recordarlo, por lo mucho que el personaje, Pedro Sánchez, se desmiente a sí mismo, pero lo dijo con todas las letras, en varias entrevistas: “Hay que despolitizar el órgano de gobierno de los jueces y que sea independiente. He propuesto al Partido Popular que los partidos dejemos de proponer candidatos (…) Yo estoy dispuesto, porque creo que ha sido al Partido Socialista a quien han hecho más daño estas comodidades del bipartidismo”. Era el Pedro Sánchez de 2014, a cuatro años de llegar al poder en la Moncloa, cuando Mariano Rajoy era el presidente del Gobierno.

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