Es noticia
Narcos, la renuncia de Marlaska
  1. España
  2. Matacán
Javier Caraballo

Matacán

Por

Narcos, la renuncia de Marlaska

En el orden de prioridades de inversión del Gobierno, el Campo de Gibraltar ha vuelto a quedar demasiado lejos. Y Marlaska habrá acabado aceptándolo así

Foto: Marlaska, en un cumbre de Interior de la UE. (EFE/Julien Warnand)
Marlaska, en un cumbre de Interior de la UE. (EFE/Julien Warnand)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El ministro Marlaska cree que ya se ha ganado, que la situación ya se ha controlado, pero nadie lo comparte en ese rincón de España que tantas veces ha gritado para que, al menos, se le pueda oír. Es el Campo de Gibraltar y es Ceuta, la mayor puerta de entrada de la droga de toda Europa; más agujero que puerta por cómo se manejan, con qué soltura, algunos de los narcotraficantes más activos de la zona. El ministro cree que le está ganando la batalla y por eso se repliega, que es lo que ha alarmado a estas gentes de la 'novena' provincia andaluza.

Es Algeciras, es La Línea y es Ceuta, justo enfrente. Son barrios enteros, como recreaciones de Cali o Medellín, narcobarrios en todas esas ciudades; es el Príncipe, al que todo el mundo recordará por aquella serie de televisión de amores y jóvenes transportando fardos de hachís empapados por la espuma del mar que levantan las lanchas al cruzar el Estrecho. No hay paz ni descanso en esos barrios en los que nadie se sorprende con la noticia de un tiroteo en las calles. "Ya no sabemos qué es esto, Siria, Irak o el Príncipe. Estamos hartos de escuchar tiros toda la noche, tenemos miedo", le decían a la televisión local algunos vecinos, rodeados de hijos. Se acabó el romanticismo y la ficción, esta es la realidad diaria de ese rincón de España que se esfuerza, sin conseguirlo, porque alguien desvíe la mirada y aparezcan ellos, con su increíble realidad de matones, fardos, cordones de oro y chavales con la pipa en el cinto.

Foto: Vista de la frontera entre Gibraltar y la Línea de la Concepción. (Reuters/Jon Nazca)

Todos pensaron, hace cuatro años, que la persona que iba, al fin, a escucharlos era un famoso magistrado metido a ministro socialista, Fernando Grande Marlaska, que, además, se ganó su escaño en el Congreso como 'cunero' por la provincia de Cádiz. Pensaron que el ministro Marlaska era la persona que, al fin, iba a plantarle cara al narcotráfico pero, cuatro años después, observan desolados que el ministro ha bajado los brazos. Lo piensan ellos y deben interpretarlo igual los propios narcotraficantes que, exaltados, lo han 'celebrado' en los últimos días con tiroteos sucesivos.

Como un golpe de autoridad para dejar claro quién manda allí. Pero vayamos al origen del conflicto, al por qué de la inquietud y la decepción que se vive en el Campo de Gibraltar. Desde hace décadas, distintas asociaciones vecinales, quizá las primeras que se constituyeron en España para luchar contra el narcotráfico, exigen una mayor inversión del Estado en aquella zona, tanto para paliar las altas tasas de paro de la comarca (el desempleo es la estructura social idónea para el narcotráfico) como para aumentar las dotaciones de policías, guardias civiles, jueces y fiscales.

Foto: Munición de escopeta que impactó en uno de los furgones policiales durante los disturbios. (EC)

Tan precarios son los medios que muchas veces no se trata de mejorar; bastaría con dignificar las dotaciones policiales y judiciales que se emplean para luchar contra el tráfico de droga en el Campo de Gibraltar. La decisión del ministro Grande-Marlaska, que tanto ha desconcertado, ha sido la de suprimir un dispositivo especial, creado por él mismo nada más llegar al Gobierno: el OCON-Sur, Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico de la Guardia Civil. En estos cuatro años, a pesar de los muchos sinsabores, del dolor infligido, y de la infinita capacidad de los clanes de la droga para mutar y reinventarse, lo que nadie cuestionaba era que, por primera vez, el Estado les estaba plantado cara.

La estadística no miente en eso, y desde la creación de agosto de 2018 de planes de seguridad especiales y de la creación del OCON-Sur, han aumentado exponencialmente las detenciones y la desarticulación de esas bandas. En la actualidad, en los juzgados del Campo de Gibraltar se instruyen siete macrocausas que implican a más de trescientas personas, todas ellas relacionadas con los clanes de la droga que operan en ambas orillas del Estrecho.

Ninguna de las noticias publicadas estos años, desde su creación, ha desligado la mayor efectividad lograda en la persecución y detención de los capos de la droga con la creación de este dispositivo especial impulsado por Marlaska. El OCON-Sur estaba integrado por unos 150 guardias civiles de distintos territorios, que estaban allí destinados en comisión de servicio. A partir de ahora, todo eso desaparece y los agentes que lo integraban se han dispersado por distintas Comandancias de la Guardia Civil.

"Desde la creación de los planes de seguridad especiales y de la creación del OCON-Sur, han aumentado exponencialmente las detenciones"

El ministro Marlaska, en uno de esos odiosos juegos de palabras que se utilizan en política para intentar ocultar torpemente algo que está a la vista de todos, dice que no hay "desmantelamiento" sino "reestructuración". Pero la realidad es tozuda: en las pocas semanas que han pasado desde que se suprimió el Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico, han aumentado los tiroteos en dos barrios de la comarca, en el de La Piñera de Algeciras y en el de Palomeras, en La Línea. Con solo mirar uno de esos videos que se suben a las redes sociales, como en este último caso, podemos imaginar la escena, los chavales de las bandas, pistola en mano por la calle, a plena luz del día, y los vecinos contemplando la escena desde el balcón mientras oyen disparos.

Tan normal como el miedo de los funcionarios de prisiones en esta parte de España: en la cárcel de Botafuegos los funcionarios saben que los narcos los controlan dentro y fuera de la prisión y que cuando el vehículo de uno de ellos sale ardiendo una noche, aparcado junto a su casa, es solo una señal de lo que les puede pasar. Botafuegos; también ha sucedido estos días. Como el gravísimo incidente de la barriada del Príncipe, en Ceuta, cuando unos narcos asesinaron a un militar, un cabo de los Regulares, tiroteado en el sótano de un bloque de edificios.

Francisco Mena, referente y coordinador de asociaciones y movimientos contra la droga en el Campo de Gibraltar, no duda de que todo ello guarda una relación directa con la decisión del Ministerio de Marlaska. "¿Por qué lo ha hecho? Tampoco nosotros lo entendemos", le confiesa Francisco Mena a El Confidencial, aunque, internamente, considera que han sido los propios mandos de la Guardia Civil quienes han sugerido al ministro la supresión de ese dispositivo.

Las razones no son difíciles de imaginar: ante la precariedad de medios en el conjunto de las comandancias españolas y andaluzas, los mandos de la Guardia Civil habrán determinado que no se puede sostener un dispositivo así, con 150 agentes, y un coste salarial mayor del habitual por la situación extraordinaria de comisión de servicio por el que cobraban un extra por la completa disponibilidad.

"Es muy evidente que, al desmontar las estructuras especiales que se habían creado, volvemos a la situación en la que estábamos hace cinco años. Es como si se pretendiera normalizar la existencia del narcotráfico y eso es un gran error", lamenta Francisco Mena. Pero tiene razón. Y no hace falta que le den muchas más vueltas a lo ocurrido. En el orden de prioridades de inversión del Gobierno, el Campo de Gibraltar ha vuelto a quedar demasiado lejos. Y Marlaska habrá acabado aceptándolo así. De modo, que cuando alguien se vuelva a preguntar quién paga la factura de los bonos o las ayudas que aprueba el Gobierno de Pedro Sánchez, aquí, en el Campo de Gibraltar, tiene una parte de la respuesta.

El ministro Marlaska cree que ya se ha ganado, que la situación ya se ha controlado, pero nadie lo comparte en ese rincón de España que tantas veces ha gritado para que, al menos, se le pueda oír. Es el Campo de Gibraltar y es Ceuta, la mayor puerta de entrada de la droga de toda Europa; más agujero que puerta por cómo se manejan, con qué soltura, algunos de los narcotraficantes más activos de la zona. El ministro cree que le está ganando la batalla y por eso se repliega, que es lo que ha alarmado a estas gentes de la 'novena' provincia andaluza.

Fernando Grande-Marlaska Guardia Civil Tiroteo
El redactor recomienda