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El verdadero PSOE busca su Feijóo
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Pilar Gómez

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El verdadero PSOE busca su Feijóo

Entre los socialistas, Sánchez ya está amortizado. Solo queda por ver si tendrán que aguantar como parece a que pierda en 2023. García-Page y Fernández Vara son el modelo

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)
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Algo se mueve en el PSOE verdadero. La cuenta atrás para poner fin a la era Sánchez ha comenzado. Suele pasar que el último en enterarse cuando se empieza a mover la maquinaria de los partidos es el sacrificado. Pablo Casado fue un claro ejemplo. No podía creerse lo que estaba pasando. Su secretario general le había perjurado que en el PP no había díscolos sino soldados. Les faltó olfato para saber que el caballo de Troya tenía gallegos y andaluces en su panza.

Entre los socialistas verdaderos se asume que habrá que esperar al batacazo en las urnas para desactivar el "sanchismo". Los más optimistas se aferran a la posibilidad de que el presidente dé un paso atrás si llegado el momento las encuestas son adversas. El rumor de que la soberbia de Sánchez le lleve a abandonar, antes que perder, parece que no tiene visos de acabar siendo una información. "Es no conocerle", me insistía un diputado que está con él desde el origen. A futuro todo es posible. En la política española mañana es ayer, pero en estos momentos el hecho de que en el último semestre del próximo año España ostente la presidencia de la UE es un acicate para que Sánchez agote todos los plazos posibles. Con o sin corbata.

Si en las autonómicas las cosas van mal, solo quedará la cabeza de Sánchez para cortar

En la retaguardia hay quienes están desojando la rosa en busca de su "Feijóo". Existe cuórum en que el sucesor debe ser el alter ego de Sánchez. Se busca un socialdemócrata verdadero, con experiencia en la gestión, capaz de sentarse con el PP y levantarse con Bildu. Como muy bien dice el compañero Antonio Casado: alguien más cercano a Felipe González que a la Pasionaria. A la cabeza de todos viene el nombre de Emiliano García-Page. Él ahora está en ganar sus elecciones. Es de los pocos que anota mayorías absolutas como el inquilino de Génova. Hace unos días, cuando Carlos Herrera le preguntó si acudiría al rescate de su partido, se dejó querer con el recurrente "haré lo que necesite mi país".

En las autonómicas de mayo de 2023, el PSOE tendrá una especie de primarias. Si feudos como Castilla-La Mancha o Extremadura resisten, quedará en evidencia que Sánchez es el problema. Tanto García-Page como Guillermo Fernández Vara practican una política antagónica a la de Moncloa. El primero corre más riesgos en sus declaraciones, el segundo es más conciliador por eso de que está en Ferraz. Les une que siguen siendo socialistas verdaderos. El presidente no saldrá bien parado en ningún caso. Si se pierden más plazas históricas, como ha ocurrido con Andalucía, se dispararán los nervios. No quedan más cabezas de turco que cortar, solo la de Sánchez.

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante un acto de la campaña electoral en Andalucía. (EFE/Álvaro Cabrera)

El PSOE verdadero también se moverá en Andalucía. Susana Díaz se ha convertido en el pañuelo de lágrimas de los que no se acostumbran a perder. El hombre de Sánchez, Juan Espadas, ha quedado desautorizado para reconstruir el partido a futuro. La federación más grande está descabezada y la exbaronesa sigue siendo el único referente ganador.

La fama de 'killer' se está convirtiendo en un arma de doble filo. Entre los llamados apóstoles del sanchismo ya todos son Judas. Renegarán de él sin pestañear. Adriana Lastra jamás pensó que la abocarían a salir, casi sin recoger, de su Ferraz natal. Como ella, hay una larga lista de fieles que han visto que ahora mandan los infieles.

Con el presidente están hoy los enemigos de ayer. Patxi López, Antonio Hernando, Óscar López se dan codazos. Quienes los conocen no los reconocen. ¿Pero y si son ellos el caballo de Troya? ¿Si están esperando a clavar el puñal como Bruto? Quizás Sánchez también se lo pregunta y por eso solo confía en sí mismo. Tan solo ven que entre los empresarios ha empezado a circular que había citado estos días en Moncloa a Iván Redondo.

Algo se mueve en el PSOE verdadero. La cuenta atrás para poner fin a la era Sánchez ha comenzado. Suele pasar que el último en enterarse cuando se empieza a mover la maquinaria de los partidos es el sacrificado. Pablo Casado fue un claro ejemplo. No podía creerse lo que estaba pasando. Su secretario general le había perjurado que en el PP no había díscolos sino soldados. Les faltó olfato para saber que el caballo de Troya tenía gallegos y andaluces en su panza.

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