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Un nuevo modelo económico para España
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Galo Mateos

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Un nuevo modelo económico para España

¿Tenemos los españoles capacidad para implantar un nuevo modelo económico? ¿Podríamos disponer de un modelo distinto al vivido hasta ahora, basándonos  en una aplicación específica de

¿Tenemos los españoles capacidad para implantar un nuevo modelo económico?

¿Podríamos disponer de un modelo distinto al vivido hasta ahora, basándonos  en una aplicación específica de la denominada sociedad del Conocimiento?

¿Resolvería ese nuevo modelo, nuestros problemas de crecimiento, empleo, endeudamiento y optimización presente y futura de nuestros recursos?

Es un tema capital, este, que nos pareció que, por su mayor trascendencia, debía anteceder al previsto para esta semana, acerca de cuánto deben ganar los políticos. Así, nuestro ofrecimiento final, incluiría las 10 propuestas políticas más necesarias y el modo de incorporar nuestra economía a la sociedad del Conocimiento, superando de manera consistente y en el menor tiempo posible, el mal momento que atravesamos.

Entremos, pues, en el debate.

Actualmente, nuestro modelo es el de una sociedad de carácter comercial, cuyo valor añadido apenas supera el coste de la mano de obra aplicada. De manera, que cuando cae la demanda, la explotación de los negocios no dispone de otro colchón, que la reducción del número de empleados  y/o sus salarios. Con este modelo, nuestra viabilidad  futura, solo podría llegar por una recuperación económica internacional, fuera de nuestro alcance y sometidos a una precariedad laboral permanente.

Diferentemente, un modelo de sociedad ligada al Conocimiento, se correspondería con una economía cuyo PIB y evolución social, fuesen fruto de saltos en el nivel de educación e investigación.

Definamos, pues, este posible modelo de crecimiento propio, vinculado a la incorporación plena de nuestra economía en esa sociedad del Conocimiento.

Propongámonos aplicar nuestras capacidades a la creación en España, de  25 núcleos de liderazgo internacional, en 25 modalidades diferentes como la medicina, biotecnología, agricultura, ganadería, pesca, energía, preservación del medio ambiente, arquitectura y construcción,  aeroespacial, telecomunicaciones, software, artes, moda, turismo, etc.

Núcleos que denominaríamos ‘clústers’ , de los que ya disponemos de buenos antecedentes en cada Autonomía y  del que su más vivo ejemplo sería  Silicon Valley, el lugar que más renta, vía sociedad del Conocimiento, haya podido  generar en el planeta.

Estos clústers, estarían liderados por una universidad, en su rama internacional específica, y un centro de investigación asociado (CSIC), cursándose estudios universitarios, postgrados y tesis, únicamente en inglés y dando opción a la incorporación de profesores y alumnos extranjeros.  No resulta ya discutible, que la mejora e internacionalización de los procesos educativos, genera una renta mayor y una base consistente con que defenderla.  Todos los países que nos preceden en el ranking, tuvieron tiempo atrás esa preocupación por su futuro, no por su pasado, y la firmeza de hacer prácticamente bilingües sus principales capas de población.

La vida en torno a estos clústers, se extendería hacia las más importantes empresas usuarias de ese campo concreto de conocimiento. De manera que los estudiantes pudiesen trabajar en prácticas y posteriormente, titulados, liderando proyectos o emprendiendo startups bajo la tutela y estructuras compartidas de otras más grandes. Al calor de estos primeros establecimientos, crecería, como siempre, la industria auxiliar y de servicios.

Este conjunto de nueva implantación precisaría de un hábitat capaz de suministrar vivienda, y toda clase de servicios, a una nueva ciudadanía, que idealmente cifraríamos en 25.000 personas empleadas, para un máximo de 100.000 habitantes. Estos 25 conjuntos compondrían las ‘neociudades’ a desarrollar.

Estas neociudades, eco-sostenibles, peatonales , con solo vehículos eléctricos, energía solar-térmica propia, con un marcado interés arquitectónico, y viviendas únicamente en alquiler, constituirían un importante polo de atracción para los intercambios científicos y comerciales, vía ferias y congresos internacionales, y para una nueva forma de turismo cultural, que crece a gran velocidad. La gestión correría a cargo de city-managers, no políticos.

Internacionalmente, la difusión de esta idea y la convocatoria pública de estos concursos, reflejaría la voluntad de cambio de nuestra sociedad y provocaría inequívocos gestos de simpatía, distintos de las críticas y burlas soportadas como epítome de un país acabado.

¿Cuánto dinero haría falta para desarrollar esas 25 neociudades del Conocimiento? Estimamos que 100.000 MM €. Suficientes para la edificación de 50 mill de M2 sobre 50.000 Has. de suelo rústico a expropiar, y circulante para 5 años hasta el inicio de operaciones.  Pudiendo albergar un total de 2,5 millones de personas.

¿De dónde puede venir esa financiación? De una emisión de obligaciones de la SEPI o ICO, al 6% con garantía del Estado, sin fiscalidad en 5 años  y procedentes básicamente del ahorrador español y de fondos de pensiones extranjeros. No podemos pedirle nada al Estado, desde luego. El importe del pago anual de intereses procedería de los alquileres, a estimar, también, en torno al 6% del capital invertido.

¿Dispondríamos de suficiente capacidad de ejecución simultánea para los 25 proyectos? El total de 50 mill de m2 cubiertos, significaría la plena ocupación de nuestra capacidad constructiva durante 5 años, con tipologías de edificación, fundamentalmente industriales y de servicios, junto con unas 120.000 viviendas anuales. Todas las superficies de alquiler, evitando cualquier opción de especulación en estas neociudades. Con un procedimiento habitual  de concursos y creación de UTES, supondría la total recuperación del sector.

¿Además de construcción y turismo, qué otros sectores, se verían beneficiados? La lista de parados caería drásticamente al reactivar la construcción, arquitectura, ingeniería, oficios, autónomos, infraestructuras,  cemento, materiales, transporte, turismo, restauración y servicios. Las actividades universitarias y de investigación, absorberían importantes cantidades de paro juvenil, vía cursos puente para acceder al nivel exigible, que sería el gran beneficiario a futuro,  de una transformación económica así. Y de paso, contribuiría a racionalizar el precio de la vivienda en las ciudades actuales, permitiendo un mayor número de transacciones.

Adoptando un programa así, generaríamos un importante superávit fiscal,  capaz de amortiguar el peso de la Deuda. La confianza internacional regresaría a donde solía, tanto por la simpatía que despertase la calidad de nuestro esfuerzo, como por la mayor capacidad añadida para devolver los préstamos.

Hay muchos proyectos de creación de nuevas ciudades, en México (50 ), China (4, proyectados por una empresa española) y USA. Pero ninguno que  tenga como eje la gestión del Conocimiento como idea líder en su desarrollo.

Quien esto les relata, vive en un entorno similar al descrito y conociendo ambas sociedades, no aparece ningún obstáculo real que impida pasar de un modelo a otro, distinto de nuestra propia voluntad de hacerlo. Hay demasiada literatura victimista y sin fundamento acerca de nuestras carencias. Somos tan aptos como los demás y para el que no se lo crea, siempre habrá un curso puente. Tal vez sea este, el último tren que pase por nuestra puerta.

¿Tenemos los españoles capacidad para implantar un nuevo modelo económico?