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El PSOE aplaza la revuelta social
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Galo Mateos

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El PSOE aplaza la revuelta social

“En España, se dan las condiciones objetivas para una revuelta social. Lo que no se da, es el gobierno de derechas sobre el que aplicarla.”Con esta

“En España, se dan las condiciones objetivas para una revuelta social. Lo que no se da, es el gobierno de derechas sobre el que aplicarla.”

Con esta humilde tesis, que supongo fácil de compartir, iniciamos este análisis de hoy, dedicado al PSOE. Es obvio, que toda insurrección que se pretenda eficaz, debería presentar dos fases: una, intelectual y moral, cargada de indignación; y, otra, física, en las calles, como expresión colectiva de la primera. Tan malo es, que la fase de movilización física no haya pasado por una insurrección intelectual y moral previa, como sucedió en el Magreb; como quedarse solo en esta primera,  sin refrendo social posterior. En el caso español, ahora parece que nos encontremos al término de la fase de indignación, tan solo pendientes de que un gobierno conservador asuma las riendas, para expresarle nuestro descontento en las calles. 

¿Por qué no se puede presentar batalla social a un gobierno teóricamente de izquierdas?

No hay nada en contra y lo vamos a hacer, pero tengamos presente que los movimientos sociales de contestación, se aglutinan mucho mejor por la izquierda que por la derecha. Aceptemos que aún hay mucho que trabajar en la percepción social acerca de quienes han sido las víctimas y los beneficiarios en este proceso. La sociedad civil, debería tener en una mano la lista completa de los agravios específicos producidos por la partitocracia y sus círculos de poder; y, en la otra, un riguroso catálogo de remedios alternativos a su entera satisfacción. Ambas cosas existen, pero falta la formulación final y, sobre todo, falta el liderazgo que gestione esta ante la sociedad. En cuanto a la formulación, ya estamos muy cerca en estas páginas, de inventariar los daños y los culpables directos de los mismos, así como de ofrecer un catálogo realista de soluciones alternativas.

Pero aún no hemos podido identificar el líder que lo canalice y personifique ante la opinión pública. Sin esa función, podríamos quedarnos en la primera parte del proceso: la mera denuncia. Confiemos en que durante las semanas que restan hasta las Locales y en el tiempo dado hasta las Generales, España pueda activar alternativas a sus dos grandes partidos. Sirvan estas consideraciones de explicación, para quienes esperasen expectantes, la inmediata invasión de las calles. A pesar del descontento existente, ahora sería mucho menos probable que cuando empezase a gobernar la derecha. Por eso significamos en nuestro titular, que lo que realmente aplaza la intensidad de la revuelta, no es la falta de motivos, que, sinceramente sobran, sino la decisión de agotar el mandato del PSOE en el poder.

La causa, pues, de ese retraso, residiría en la voluntad ese nuevo senado oligárquico que frecuenta La Moncloa. Siempre astutos, han ganado un año, con el agotamiento del mandato, antes de que el pueblo descubra que el último ingrediente de su descontento, está servido: un gobierno conservador al que sojuzgar e imputar. Los más escépticos, son bien conscientes de que España nunca se levantaría contra el PSOE, mientras si lo haría, y por la mitad de motivos, contra el PP.  

¿De confirmarse en España esa incapacidad social para rebelarse masivamente contra el PSOE, qué opción nos quedaría?

Sinceramente, nuestro enemigo son unas carencias constitucionales concretas y la inaceptable corrupción y obsolescencia del sistema partitocrático. Hemos de buscar esos 3 millones de votos en el canal internet y la voz que mejor personalice nuestras ideas. No disponemos de vehículo propio y si podemos movilizarnos en colaboración con otras fuerzas, lo haremos, aún cuando sospechemos de nuestras limitaciones frente a una poderosa izquierda teórica. No esperemos en estas movilizaciones iniciales, ni apoyo de sindicatos, ni funcionarios ni estudiantes. Que para nuestra sorpresa, serán quienes las encabecen, y por los mismos motivos, cuando el enemigo sea otro.

Lo que realmente aplaza la intensidad de la revuelta, no es la falta de motivos, que, sinceramente sobran, sino la decisión de agotar el mandato del PSOE en el poder

Hemos tratado de acercarnos a la situación de hecho minuciosamente, tratando de separar los pecados de los hombres de los pecados del sistema. Y hemos dado un repaso, ligeramente anticipado, a 30 años de política en España 1982-2012. Nuestra conclusión, es que cualquier cosa buena o mala que podamos encontrar en la política española, pertenece básicamente a la forma de pensar y actuar de este partido, que analizamos hoy, que solo tuvo una breve interrupción de 8 años en su mandato, en la que, desgraciadamente, no se produjeron contradicciones respecto de los malos fundamentos formales de nuestra democracia. Las ¾ partes de una generación completa, hemos estado presididos por un gobierno socialista, que comporta un gran inventario de actuaciones, sobre las que establecer juicios de valor en el tiempo.

Resultaría, pues, riguroso, afirmar que España es un país socialista, al modo en que este partido lo ejerce, cuando menos. Obvio que las listas cerradas y la Ley D’Hondt, guardan parte del secreto de la multiplicación de escaños con sus votos, pero rige para todos igual. Indiscutiblemente, ha sido más votado que ningún otro en las Elecciones Generales 2008, en las que no hubo el menor contratiempo, obteniendo, nada menos que un 15% más de votos que su rival, con mayores fuentes de apoyo en IU y partidos regionalistas para gobernar. Esa es la realidad, que obliga a un desproporcionado esfuerzo a quien quiera desbancarle en las urnas y por las que solo ha perdido el poder, cuando los resultados se mostraron calamitosos en extremo. Mal que pudiera pesar a algunos y exagerando un poco la nota, el socialismo, aquí en España, lo tenemos hasta en el aire que respiramos.

Podemos discutir las bases de ese liderazgo electoral, pero nada lo cambia. Solo en una ocasión, por esos dos mandatos, ha hecho mejor a su contrario, tras la comisión de actos verdaderamente vandálicos contra el propio Estado, como en el 96; y, probablemente, pero está por ver, en el 2012, ante la catástrofe que vivimos.  Lo que certifica, que muy trágica ha de ser la causa, para que los españoles le retiren el voto. Adivinaron una vez las reglas del voto de los españoles y de eso siguen viviendo. Las encuestas le dan perdedor frente al PP en este momento, pero aún no se han celebrado las elecciones.

La anunciada candidatura socialista de Pérez Rubalcaba o Chacón, estampas desconectadas de un futuro que necesitamos radicalmente distinto del trato despótico y displicente que hasta ahora recibimos de ellos, no representa cambio ninguno que procesar en nuestro modelo. Lo único que nos concierne, en nuestra nueva concepción de ciudadanía responsable y vigilante, es cómo evitar que esta catástrofe pueda prolongarse. Conscientes, sobre todo, de que al otro lado, el PP, participa de los mismos fundamentos políticos y, tal vez, de niveles de corrupción equivalentes; poco importa quién gane en ese siniestro ranking, sabemos quién pierde. Simplemente, por modificar el estilo de gestión y ponerle nuevos rostros al poder, sin refinar su mensaje a la sociedad y bajo la etiqueta de ‘más de lo mismo pero con otras caras’, no debería alcanzar diferencias memorables.

No queremos un déspota más virtuoso, sino el sistema que impida serlo. Si el PP, no aprovechase esta debacle para cambios constitucionales profundos, como los ofertados en nuestro decálogo, les resultará aún más difícil contener el descontento y las movilizaciones. Lo tendrá que hacer más tarde y en plena agonía, si esto no mejora, como parecen indicar todos los pronósticos. Puede que, como en épocas pasadas, no consiguiésemos la implantación directa de una Reforma, sino una simple Contrarreforma posterior, que entiendan les permite sobrevivir a nuestra presión. Con las distancias debidas, en lo que parece puedan desembocar Libia o Siria, si no consiguen eliminar su actual régimen.

Frente a nuestro decálogo, decirles, queridos lectores, que lamentablemente el programa del PSOE, no recoge, ni por lo más remoto, ningún parecido con lo que proponemos. Y también, que parece, que cuanto pueda ofrecernos, es un pacto con la oligarquía financiera dominante, para, en un ejercicio de socorro mutuo, entregarles las Cajas saneadas de balance y personal, y cumplir los acuerdos con Alemania, que, obviamente, ocultan la intervención de nuestra economía. Acuerdo, en el que son explícitas las obligaciones contraídas con los acreedores de nuestro mal vigilado sistema bancario, para renovar nuestra Deuda. Carga, esta, ante la que la sobredimensión administrativa y la corrupción auspiciada por esta partitocracia en taifas y ayuntamientos, nos hará incapaces de generar el margen fiscal positivo que la pueda compensar.

Cambiar de manos el poder, intrínsecamente, no nos solucionaría nada, aunque pueda representar un alivio temporal dejar de ver al PSOE al frente de nuestras vidas

Quién nos iba a decir que, precisamente, bajo un partido socialista, llegaríamos a pactos con el Capital, tan contrarios a los intereses sociales. El capitalismo que nos aqueja, no tiene fronteras, pero el sistema de Bienestar Social al que afecta, las necesita de modo imperativo, por cuanto es depositario del ahorro y las promesas de una sociedad concreta, sujeta a un cálculo actuarial preciso, en el que ningún político debería introducir sus sucias zarpas en busca de salvavidas financieros o votos.

Cambiar de manos el poder, intrínsecamente, no nos solucionaría nada, aunque pueda representar un alivio temporal dejar de ver al PSOE al frente de nuestras vidas. Para los amantes de la gráfica, anexamos un reciente enlace con la ‘ética’ del poder. Un vergonzoso corruptódromo sobre el que no vale la pena extenderse ahora. Es de todos conocido, el grado de saqueo material y moral que apartó del poder al PSOE en el 96, y las nulas muestras de arrepentimiento o de petición de perdón a la sociedad, ofrecidas desde entonces. Por supuesto, sin añadir los cientos de miles de personas de las que soportamos sus nóminas y jubilaciones, solo por pertenecer a sus círculos clientelares. Querríamos oír la palabra PERDÓN por alguna parte, pero es tal la soberbia y la actitud despótica, que hace inútil cualquier esperanza de cambio.

La próxima semana, tendremos al PP, último partido en nuestro análisis. Estudiaremos bien a fondo el caramelo envenenado que recibiría junto con el poder, si así sucediese, y cómo ‘salvarle’ –vía nuestro referéndum-, de una más que probable revuelta social de gran alcance, precisamente larvada durante el mandato del PSOE. Solo 3 millones de votos, coordinados vía internet, nos separarían de ese objetivo.

Decía el -por aquí- inédito Montesquieu, que “la democracia debía guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia; y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo”. Lo sorprendente es que bajo el gobierno del PSOE hayamos alumbrado la síntesis de ambos excesos, consintiendo una casta privilegiada y despótica, contra la que hemos decidido rebelarnos y acabar con esa orgía romana que celebran con nuestros impuestos.

Esperamos sus siempre inteligentes y amenos comentarios, que vienen configurando este agradable y provechoso rincón para el debate, hoy como siempre, abierto hasta el anochecer, a pesar de las fiestas. Gracias por su participación.

“En España, se dan las condiciones objetivas para una revuelta social. Lo que no se da, es el gobierno de derechas sobre el que aplicarla.”