Los catalanes piden menos samba y más trabajo

Empecemos con una nota de color. A pesar de ser los ciudadanos de toda España que soportan una mayor carga tributaria gracias a la presión fiscal añadida por la Generalitat, solo el 6% de los catalanes están a favor de una rebaja de impuestos.

Eso es lo que dice la última Encuesta de Valoración del Gobierno y de las políticas públicas del 2021 del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), el equivalente al CIS del gobierno español, que acaba de publicarse. Claro que la pregunta que se hace a los ciudadanos es más o menos esta: ¿Está de acuerdo con que se bajen los impuestos a cambio de pegar a los niños en las escuelas y dejar morir a la gente en los hospitales?

El ciudadano, que mayormente es buena persona, a la fuerza ha de responder que de ninguna manera quiere pagar menos. Así que el 6% favorable a la bajada de impuestos no puede ser otro que el porcentaje de sociópatas que habita por desgracia en toda sociedad.

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Antonio Fernández. Barcelona

Exageramos la pregunta, pero no mucho. La original era esta: ¿Han de bajarse los impuestos en detrimento de la calidad de los servicios públicos? Juzguen por sí mismos si no hay ahí una invitación a responder en una determinada dirección y si no existen fórmulas más neutras para plantear la cuestión.

Pero la opinión sobre la presión fiscal no es la parte más jugosa del trabajo que ha presentado el CEO. Lo más relevante es, en resumidas cuentas, que los catalanes le piden a su gobierno menos samba y más trabajar. Menos independencia y más intensidad en el ejercicio de las competencias que ya ejerce. Y eso se lo pide no solo el electorado constitucionalista, también los independentistas exigen mayoritariamente lo mismo.

ERC se mantendrá en la estrategia de no recalentar en demasía el plato independentista al tiempo que tampoco dejará que se enfríe del todo

Que la pulsión soberanista anda un poco adormecida es algo que los trabajos de dicho centro ya venían apuntando, pero que ahora se manifiesta todavía más nítidamente.

En el conjunto de toda la sociedad catalana son ya el 59,5% los que le piden a la Generalitat que priorice la gestión del día a día, mientras que caen al 37,5% los que preferirían que la energía se dedicase a solucionar el conflicto político con el Estado. Hay que viajar a 2019 para invertir estos porcentajes. El viraje se produjo en 2020, con la pandemia reinando en la agenda, y en 2021 se consolidó a tenor de los datos que acaban de conocerse.

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A. Fernández. Barcelona

Estos porcentajes son relevantes para entender la firmeza con la que ERC se mantiene en la estrategia de no excitar en demasía el avispero soberanista y evita sin despeinarse la tentación de sucumbir a la presión que recibe de su socio, JxCAT, para reactivar una estrategia de confrontación con el estado. Todavía se entiende mejor si añadimos esta cifra complementaria: un 63% de los votantes de ERC quiere que su gobierno se centre en la gestión de sus competencias.

En cambio, en JxCAT las cifras apuntan en sentido contrario. El 61% de los votantes del partido de Carles Puigdemont siguen insistiendo que la Generalitat ha de focalizarse en solucionar el conflicto político con el estado. Es una opinión que ni tan siquiera comparten ya los votantes de la CUP, que también mayoritariamente (53%) contestan que quieren ver a su gobierno centrado en la gestión de los asuntos diarios.

Por lo demás, lo de siempre. El ejecutivo de Pere Aragonés suspende, como también hace lo propio el de Pedro Sánchez. No hay noticia en este frente

A tenor de las respuestas que han dado los ciudadanos al estudio (1.500 participantes), el tándem Pere Aragonès-Oriol Junqueras mantiene el incentivo para seguir aferrado a la estrategia de negociación con el PSOE, en el plano partidista, y a la mesa de negociación entre el gobierno catalán y el español en el plano institucional, aunque no puedan ofrecer por el momento ningún resultado a su electorado.

Así que, por mucho que de manera recurrente Pere Aragonès amenace velada o explícitamente al presidente Pedro Sánchez si no hay avances concretos en la negociación del conflicto, ERC se mantendrá en la estrategia de no recalentar en demasía el plato independentista al tiempo que tampoco dejará que se enfríe del todo. No romper los platos, pero avisar de que pueden romperse algún día. Ese es el punto en el que ERC está cómoda ahora mismo y el estudio del CEO reafirma que es una buena posición.

La otra nota destacada del estudio es que más del 50% de los encuestados considera que el gobierno catalán no sabe cómo resolver los asuntos del país. Un 43%, más generoso en el juicio, considera que sí sabe hacerlo, pero que no tiene tiempo; mientras que tan solo un exiguo 2,1% razona que sí está solucionando problemas. Paradójicamente, los votantes de JxCAT se apuntan al bombardeo y más de un 50% considera que el gobierno en el que está su partido no está haciendo bien su trabajo.

Por lo demás, lo de siempre. El ejecutivo de Pere Aragonés suspende, como también hace lo propio el de Pedro Sánchez. No hay noticia en este frente.