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COPE, Iglesia y PP

La Iglesia se ha distinguido siempre por su enorme realismo político. Ningún Estado, ninguna institución, atesora tan fabuloso acervo como sus dos mil años de compleja

La Iglesia se ha distinguido siempre por su enorme realismo político. Ningún Estado, ninguna institución, atesora tan fabuloso acervo como sus dos mil años de compleja historia política. El minúsculo país cuyo territorio fijaron definitivamente los Tratados de Letrán no pertenece a la ONU: sin embargo es una potencia diplomática de primer orden.

El Estado Vaticano no es una democracia, sino una monarquía absoluta: pero se la respeta moralmente en el mundo entero. Por si no fuese suficiente, su cabeza tampoco se equivoca. Y es que ni su reino es de este mundo, ni sus razones son las de los demás.

El día 7 a las 7:00 en el 99.1 empieza a emitir Es Radio, que no es otra cosa que el resultado de la separación de la COPE de sus dos mejores locutores. Se ha especulado mucho acerca de las causas reales de esta salida: que si el estilo Jiménez Losantos resultaba polémico… que había quien ambicionaba quedarse con su programa… Bien pero, ¿y en tal caso por qué César Vidal debía de abandonar la casa también?

Las razones probablemente sean otras y más profundas que las tratadas habitualmente. Quizá tenga que ver con que la Iglesia tiene sus propios valores e ideales, a los que sirve con obediencia ciega, porque a ella le mueve la fe y un poderoso instinto de conservación. Si como escribía el Papa Ratzinger en su encíclica Deus Charitas Est, la fe ilumina la razón, dando una perspectiva diferente a las cosas, el de la COPE probablemente sea un buen ejemplo de esto.

Con su realismo sin remilgos la Iglesia ve a Zapatero -el promotor del aborto, la eutanasia, el anticlericalismo y el matrimonio entre homosexuales- ganando las elecciones por tercera vez consecutiva. Su obsesión por controlar todos los resortes del poder, incluidos todos los medios de comunicación, le podrán garantizar un tercer mandato, asistido por algún populista golpe de efecto en el último momento.

La realidad es sin embargo que un debilísimo PP es la única opción posible al PSOE. Pero el PP carece de medios que le sean serviles. Los medios situados en la misma franja del espectro político popular, no dejan de ser todo lo críticos con el PP que estiman oportuno. Entre otros, dos periodistas de la COPE, la habían emprendido con algunos de los más destacados políticos populares. Y esos periodistas eran precisamente los Sres. Jiménez Losantos y Vidal. Pero la Iglesia sabe que sin medios afines al PP, serviles como lo son los medios afectos a la izquierda española, el tercer mandato socialista está asegurado.

Para su incomodo, los cinco mandatos socialistas habidos hasta la fecha, le han supuesto a la Iglesia graves quebrantos tanto en el orden moral que predica como en el orden material que precisa. Pero es que el Estado diseñado por Zapatero ha ido a más, arrogándose el derecho sobre la vida y la muerte de las personas.

Ante esto, la Iglesia ha decidido apoyar al Partido Popular. Y si para ello hay que sacrificar la libertad de prensa por un tiempo, pues será un mal menor, frente a la que entienden resulta definitivamente peor.

La COPE apoyará ciegamente al PP, no porque no vea sus defectos, sino porque es consciente de las alternativas. No está dispuesta a malgastar sus medios en propuestas electorales tan nobles como se quiera, pero que nunca serán masivas y por tanto, incapaces de dar una alternativa numéricamente eficaz.

La COPE sabe bien que puede perder oyentes e ingresos publicitarios: pero Dios proveerá. Sus razones son otras que las estrictamente mercantiles. Ya se sabe: su reino no es de este mundo.

Muchos son los socialistas que piensan que un tercer mandato de Zapatero sería un suplicio. A ellos se dirige el mensaje positivo de la COPE: a ese millón largo que decide quién será el próximo inquilino de La Moncloa, porque su voto de una elección a otra, puede variar. Esos, los “indecisos”, deberían recibir ese nuevo mensaje de que el PP es algo positivo y “votable”: de lo contrario, volverán a votar la opción tradicional para muchos y que no es otra que el PSOE. Pero si el PP tuviese una buena campaña de prensa, podría llegar a ser una opción asumible, incluso para quien no es su votante natural.

Para quienes tradicionalmente voten PP el voto no será uno de preferencia: pero sí uno que no les costará demasiado depositar, porque será visto como un voto útil. Votarán PP en vez de la abstención de castigo a un PP que sienten que les ha defraudado, y que hoy por hoy es la opción de muchos. Darán la razón a la Iglesia en su mesurado juicio de cómo salir mejor parada, y de su sentido práctico deshaciéndose de los periodistas que dificultaban el único relevo aritméticamente posible.

La Iglesia, en su inagotable capacidad de superviviencia, pedirá el voto para Rajoy, no por sus méritos sino por la imperiosa necesidad de que Zapatero no siga. Tal es el grado de deterioro al que ha llegado nuestra democracia. Y aunque aún estemos lejos de las urnas, la Iglesia, esa gran especialista en almas y por tanto en ánimos, sabe bien que debe ir proclamando su mensaje desde ahora.

Desde Proyecto Cívico trabajaremos sin descanso para contribuir en todo lo que podamos a la imprescindible regeneración democrática de nuestro país. No escatimaremos esfuerzos a la rectificación urgente de cuantas acciones han ido empobreciendo material y moralmente nuestra existencia.

Y como siempre, esperamos sus comentarios, los de una sociedad civil que no se rinde. Y con ellos elaboraremos nuestro Manifiesto Cívico.

La Iglesia se ha distinguido siempre por su enorme realismo político. Ningún Estado, ninguna institución, atesora tan fabuloso acervo como sus dos mil años de compleja historia política. El minúsculo país cuyo territorio fijaron definitivamente los Tratados de Letrán no pertenece a la ONU: sin embargo es una potencia diplomática de primer orden.

Iglesia Federico Jiménez Losantos