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Verónica Fumanal

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Las mujeres pugnan por liderar Europa

Los partidos españoles son perfectamente conocedores que en la próxima legislatura en Europa se debatirán cuestiones importantes que afectarán directamente a nuestro futuro y no se la pueden jugar

Foto: Teresa Rivera durante una conferencia sobre los Derechos Humanos (EFE/Ana Escobar).
Teresa Rivera durante una conferencia sobre los Derechos Humanos (EFE/Ana Escobar).
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Las elecciones europeas van a ser la primera competición electoral protagonizada por candidatas mujeres. Es tan inédito como celebrable, los principales partidos españoles han designado a candidatas para encabezar las listas al parlamento europeo, donde se juega el futuro de la política internacional, pero también nacional; mucho más de lo que pareciera. Todo apunta a que primeras espadas como Teresa Rivera (PSOE), Dolors Montserrat (PP), Estrella Galán (Sumar), Irene Montero (Podemos), Diana Riba (ERC), Ana Miranda (BNG), Oihane Agirregoitia (PNV) estarán al frente de sus respectivos partidos para luchar en las elecciones más abiertas y decisivas de los últimos años.

No debería ser noticia, pero lo es. Por primera vez en España asistiremos a debates electorales mayoritariamente protagonizados por mujeres candidatas. Así como en las elecciones autonómicas y generales los hombres continúan siendo mayoría absoluta, en esta ocasión, los partidos políticos han decidido enviar a mujeres de primer nivel, con currículums absolutamente acreditados a un parlamento que necesita más gestión, técnica y conocimiento, que zascas testosterónicos.

Note el lector que he dicho "decidido enviar", porque si hubiera elecciones primarias las mujeres tendrían más dificultad en acceder a liderar las candidaturas por los sesgos y estereotipos que sufren las mujeres que desean o quieren el poder, siempre tan penalizadas por ser ambiciosas. Así que, para la igualdad, las primarias son un mal negocio.

En el Parlamento Europeo se deciden cuestiones trascendentales y estructurales. Me explico: cuando se aprueba una legislación europea y se desarrolla en directivas de obligado cumplimiento en todos los países miembros, no son leyes para una legislatura, son reglas que vienen para quedarse al menos una década y que dictan la senda de lo que deben ser las nacionales. Por ejemplo, cuando la UE aprobó la limitación de los plásticos de un solo uso, en España se aprobó una ley que obligaba a dar agua del grifo gratis en los restaurantes. La medida fue polémica, eso sí, como no había manera de modificar la legislación en Europa, se aplicó y el debate mediático duró más bien poco. Europa había hablado.

En Bruselas quieren debates de calidad, hacer políticas que protejan este pequeño espacio en el mundo de derechos y libertades

La regulación de los datos personales ha sido otra de las grandes legislaciones europeas en materia tecnológica. El pasado año, la UE prohibió a Meta procesar datos de los usuarios para invadirles con publicidad personalizada. Además, se acaba de aprobar la Zona Única de Pagos en Euros que hará que las transferencias bancarias deban ser gratuitas y en menos de 10 segundos. Se imagina el lector, si estas legislaciones las hubiera aprobado un Gobierno nacional, hubieran contado con un debate tan estéril como polarizado, con argumentos tan peregrinos como la nacionalización de la banca al estilo Venezuela.

Sin embargo, en las sesiones parlamentarias o en las comisiones del Parlamento Europeo no escucharán (mayoritariamente) debates de zascas, ni votaciones a la contra porque son propuestas por el adversario político. En Bruselas y Estrasburgo quieren debates de calidad, de altura y, sobre todo, hacer políticas que protejan este pequeño espacio en el mundo de derechos y libertades, llamado UE.

Y claro, para debates de altura, necesitas líderes políticos de altura. Que se sepan mover en los ámbitos europeos, que dominen idiomas, un currículum solvente que envíe un mensaje de respetabilidad: y ahí es donde las mujeres nos movemos mejor. Todas las candidatas que les he mentado se caracterizan por trayectorias solventes, currículums acreditados, capacidades de negociación.

Estas mujeres no abrirán los informativos en el día a día en la próxima legislatura, pero estarán decidiendo sobre el futuro del mundo

Los partidos políticos españoles son perfectamente conocedores que en la próxima legislatura en Europa se debatirán cuestiones importantes que afectarán directamente a nuestro futuro: en materia tecnológica, migratoria, de sostenibilidad, agraria y alimentaria, de seguridad y no se la pueden jugar enviando a políticos sin la experiencia y capacidad necesaria para defender los intereses de España.

Estas mujeres no abrirán los informativos en el día a día en la próxima legislatura, pero estarán decidiendo sobre el futuro del mundo. Lo digo, porque, salvo honrosas excepciones, no las veremos protagonizar la actualidad, ni abrir los titulares de los periódicos, pero estarán librando los debates que realmente cambian la vida de los españoles. La parte negativa de la falta de repercusión de su trabajo en Europa es que seguiremos sedientas de referentes femeninas en la política española; la parte positiva, es que harán su trabajo sin la presión de tener que enzarzarse con la de enfrente simplemente por postureo y es precisamente, esa falta de pimpampum político diario, la permite que la UE legisle sobre cuestiones fundamentales sin la presión de la polarización emocional que sufrimos en los parlamentos nacionales.

Las elecciones europeas van a ser la primera competición electoral protagonizada por candidatas mujeres. Es tan inédito como celebrable, los principales partidos españoles han designado a candidatas para encabezar las listas al parlamento europeo, donde se juega el futuro de la política internacional, pero también nacional; mucho más de lo que pareciera. Todo apunta a que primeras espadas como Teresa Rivera (PSOE), Dolors Montserrat (PP), Estrella Galán (Sumar), Irene Montero (Podemos), Diana Riba (ERC), Ana Miranda (BNG), Oihane Agirregoitia (PNV) estarán al frente de sus respectivos partidos para luchar en las elecciones más abiertas y decisivas de los últimos años.

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