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Torremolinos chic (I): una Kalaschnikoff, musa de Salvador Dalí
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Agustín Rivera

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Torremolinos chic (I): una Kalaschnikoff, musa de Salvador Dalí

Kalaschnikoff no sólo es un fusil de asalto. Es el apellido de Nanita, musa de Salvador Dalí, la mujer más decisiva para el genio después de

Foto: Torremolinos chic (I): una Kalaschnikoff, musa de Salvador Dalí
Torremolinos chic (I): una Kalaschnikoff, musa de Salvador Dalí

Kalaschnikoff no sólo es un fusil de asalto. Es el apellido de Nanita, musa de Salvador Dalí, la mujer más decisiva para el genio después de Gala. Nanita Kalaschnikoff vivió en Torremolinos. Ella fue representante del Torremolinos chic, aquel que nació en la segunda mitad del siglo XX y culminó en la Santa Transición, la época en la que la barriada (hoy pueblo) de la entonces provinciana Málaga capital concentraba a artistas y aristócratas. Un encantador disparate de placer y libertad.

José Luis Cabreray Lutz Petry encendieron una web que ya se ha convertido en fetiche, en un apreciable objeto de culto cibernético. Estos dos melancólicos enamorados del Torremolinos que huyó del tiempo crearon Torremolinos chic, mina sin límite de caducidad de personajes, anécdotas, fotografías e imágenes claves para entender lo que se cocía en la entonces meca del turismo nacional.

En esta primera entrega nos centramos en Nanita Kalaschnikoff, gran amiga del matrimonio Gala (la de “piel sedosa” que cantaba Ana Torroja) y Salvador Dalí, la pareja que dormía en camas separadas en su hogar de Port Lligat de la Costa Brava. La Kalaschnikoff, fallecida en 2009, se llamaba en realidad Fernanda Carretero, pero adoptó el apellido ruso tras casarse con Michel Kalaschnikoff. Nanita, aficionada a los whiskys on the rocks en el Marbella Club, se casó con un aristócrata ruso y jubiló el Carretero. Su padre era el escritor José María Carretero, reconocido donjuán, escritor de novelas galantes y semipornográficas bajo el seudónimo de El Caballero Audaz.

Cuenta el periodista Antonio Olano, amigo personal de Pablo Picasso, que Kalaschnikoff fue “imprescindible en la vida de Dalí y de todos sus amigos”. “Hubiese podido escribir”, relata Olano en El Imparcial, “la verdadera vida, la casi desconocida biografía del máximo genio de varios siglos. Le bastaba con permanecer, honesta, castamente, a su lado. Todos los dalinianos nos veíamos constantemente frecuentando la ruta de artista: Nueva York, París, Port Lligat, Barcelona, Madrid… En todos los lugares de la ruta daliniana, el artista anunciaba su presencia así:

Aplausos para Su Majestad el Rey Luis XIV.

Porque era así como la llamaba. El Rey Luis XIV. Por su porte y nariz. Nanita Kalaschnikoff acogió en su casa torremolinense a la cantante Amanda Lear, también icono de Dalí, y portada de un disco de Roxy Music. Lear era en realidad un chico francés que cambió de sexo en Tánger y se casó con un escocés.

La intensa amistad entre Kalaschnikoff y Dalí escribió uno de sus últimos capítulos en febrero de 1980. Gala y el pintor cayeron enfermos de gripe. Volaron de Nueva York a España. Los Dalí querían quedarse en la casa de Nanita de Torremolinos, pero su vivienda no era tan grande. Eligieron el hotel Incosol de Marbella. Se quedaron un mes. Lo relata Ian Gibson en los agradecimientos de La vida desaforada de Salvador Dalí: “Las infinitas conversaciones con ella me ayudaron a entender muchas facetas de la personalidad de Dalí que de otra manera se me hubieran escapado”. Gibson compartió con Nanita rondas de whiskys en la terraza del Marbella Club.

La relación de Salvador Dalí con Torremolinos se remonta al 15 de abril de 1930. Cuenta el hispanista británico en El País que el diario malagueño La Unión Mercantil ya anunciaba que “el gran pintor catalán", estaba pasando una temporada en por aquel entonces “pequeña aldea de pescadores, sin apenas turistas”. Lo que no recogió el rotativo era que acompañaba a Dalí “una llamativa rusa, esposa del poeta francés Paul Éluard, que gustaba de bañarse desnuda en La Carihuela -donde había instalado a los amantes su anfitrión, el poeta José María Hinojosa- y de pasearse entre los ribereños con los pechos al aire”.

Sesenta y cuatro años antes que Lady Di en el Byblos de Mijas, Gala pionera en practicar el topless en la aún no conocida como Costa del Sol. Nanita seguía apellidándose Carretero y Kalaschnikoff era un fusil sin chic alguno.

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Kalaschnikoff no sólo es un fusil de asalto. Es el apellido de Nanita, musa de Salvador Dalí, la mujer más decisiva para el genio después de Gala. Nanita Kalaschnikoff vivió en Torremolinos. Ella fue representante del Torremolinos chic, aquel que nació en la segunda mitad del siglo XX y culminó en la Santa Transición, la época en la que la barriada (hoy pueblo) de la entonces provinciana Málaga capital concentraba a artistas y aristócratas. Un encantador disparate de placer y libertad.

Salvador Dalí